El Economista (México) - Estrategias
Coronavirus: mantener la calma
LOS BROTES y epidemias de salud pública como el reciente coronavirus pueden asustar rápidamente a los inversionistas y, con el tiempo, afectar a las economías y a las empresas. El reciente brote de coronavirus ha cerrado aeropuertos, detenido el comercio y llevado a la rápida construcción de nuevos hospitales en China. Los efectos del brote pueden empujar a la economía de China a un periodo de crecimiento más lento, con una caída de las cotizaciones a medida que los inversores buscan protección.
Si se consideran nueve brotes importantes que han ocurrido desde 1998, hay pocas pruebas que vinculen las epidemias mundiales con los fundamentos de las inversiones a largo plazo.
Es posible que la economía china se ralentice, tal vez incluso de manera significativa, pero eso no es motivo para invertir o desinvertir. La inversión a largo plazo suele estar desconectada de las reacciones económicas a corto plazo, por lo que los inversores deben mantener su atención en lo que importa.
Para entender los posibles impactos de un brote, debemos hacer un pronóstico. Es importante reconocer que nadie puede predecir el futuro, pero muchas investigaciones sugieren formas de mejorar los pronósticos.
Una forma de mejorar la precisión de un pronóstico es empezar con lo básico. ¿Con qué frecuencia los brotes se convierten en epidemias? ¿Qué efecto tienen las epidemias en las economías o los mercados? Lo que muestra la historia es que los inversionistas suelen reaccionar ante esos brotes imprevistos, pero los mercados tienden a recuperarse al cabo de seis meses.
Otra forma de mejorar los pronósticos es admitir lo que no se sabe y no se puede saber. Los expertos médicos podrían predecir las tasas de mortalidad, etc., pero nadie puede predecir cómo los factores desconocidos pueden afectar la propagación de este o cualquier otro brote.
Entonces, ¿cómo podemos hacer una evaluación razonable del impacto potencial del coronavirus? Como inversionistas a largo plazo, impulsados por la valoración, nuestra preocupación es cualquier impacto potencial en los flujos de caja de las empresas. Por ejemplo, ¿afectará el impacto colectivo del brote (menos vuelos, menos comercio, pérdida de productividad, etc.) a unas pocas empresas, a unas pocas industrias o a mercados enteros? Ésa es la pregunta que nos hacemos.
Nuestra respuesta es que, en esta etapa, tenemos que asumir que el brote tomará un camino similar al de otras epidemias y, por lo tanto, creemos que no hay razón para que los inversionistas se alarmen.