El Economista (México) - Estrategias
¿Reactivará a la economía mexicana la entrada en vigor del T-MEC?
CON LA ENTRADA en vigor del T-MEC a partir de este 1 de julio se estaría concluyendo un tortuoso ciclo de negociación-revisión-ratificación iniciado en mayo del 2017 y que daría como resultado un nuevo acuerdo que, coincidentemente, se estaría aplicando ante un escenario económico internacional incierto derivado de la crisis económica ocasionada por el COVID-19. Indudablemente, es un instrumento que definirá el rumbo económico de nuestro país para los próximos años, no sólo por lo que significa en cuanto al elevado nivel de interrelación e interdependencia con Estados Unidos, sino también por las oportunidades derivadas para salir de las dificultades económicas que ha ocasionado el confinamiento. Por ello es importante analizarlo también en el contexto del crecimiento esperado en las principales regiones económicas con las que México tiene relaciones comerciales.
LA REACTIVACIÓN ECONÓMICA ESPERADA DE LOS BLOQUES ECONÓMICOS
Con el inicio del proceso de desconfinamiento en Europa se avizoran escenarios diferentes entre sus naciones. En ese sentido, el Banco Central Europeo, estima que la caída para este año sea de 5.5%, en tanto considera que para el 2021 se registre un crecimiento positivo del 4.3%, para que en los dos años subsecuentes pueda situarse en 1.4%, en decir, en niveles muy similares a los registrados en los años previos a la pandemia. Se identifica que las economías de España e Italia enfrentarían mayores problemas para superar la crisis debido a sus altos niveles de endeudamiento, mientras que, para Alemania, se esperaría una recuperación relativamente más rápida, debido a que su paquete de rescate económico aplicado se encuentra entre los más grandes que se han lanzado durante esta pandemia.
En el caso de Asia, donde la economía China sigue siendo el eje central del crecimiento, no sólo de la región sino del mundo, se estima una caída del orden del 6.8% durante el primer trimestre del año. Para ello, el gobierno ha reducido la tasa de interés de referencia y ha proporcionado gran liquidez a su sistema financiero para brindar recursos frescos a las empresas. Por la solidez de sus finanzas públicas y por su elevado nivel de reservas monetarias, se estima que retomará la senda del crecimiento durante el segundo trimestre del año para cerrar el 2020 con un crecimiento cercano al 2.5%. Sin duda, el principal problema que deberá enfrentar en los próximos meses será la caída de la demanda de sus productos por parte de casi todo el mundo.
Centrando la atención con nuestros socios comerciales de Norteamérica, se observa que el PIB de EU ha registrado una caída del 4.8% en el primer trimestre del año y los especialistas prevén que la caída se prolongue durante el segundo trimestre del año. En el caso de Canadá, se estima una caída mayor, cercana al 6.2%, en donde su importante vínculo con su vecino del sur y la caída de sus ingresos petroleros como sexto productor mundial del hidrocarburo hacen prever que la economía comience a crecer a partir del 2021.
¿ DE DÓNDE VENDRÍA LA RECUPERACIÓN?
El escenario económico internacional se vislumbra sombrío en lo que resta del año, caracterizado por caída en la producción, elevados niveles de desempleo en las naciones y en consecuencia disminuciones importantes en el consumo de bienes y servicios, es decir, estamos en el círculo vicioso de la recesión.
Como lo señalábamos en la colaboración anterior, cuando analizamos de manera comparativa los paquetes de rescate económico de nuestros principales socios comerciales en relación al aplicado por el gobierno mexicano, el cual prácticamente es inexistente, las perspectivas se tornan más preocupantes.
Se estiman afectaciones importantes, principalmente en las PYMES mexicanas, lo que hace prever que alrededor de 750,000 personas se queden sin empleo durante 2020, aunado a los problemas estructurales que ya arrastrábamos en el mercado laboral, teniéndose en perspectiva mayores niveles de delincuencia, informalidad y de pobreza alimentaria.
Derivado de lo anterior, podríamos identificar, en una primera instancia, de dónde podría partir la locomotora que realice el esfuerzo de arrastre para comenzar a romper dicho círculo vicioso. Parecería que podría ser la entrada en vigor del T-MEC. Para EU también resulta fundamental, ello explica el cabildeo de su gobierno con el nuestro para reactivar a la brevedad las cadenas de valor. También a ellos les conviene.
Seguramente los sectores muy ligados a la exportación hacia nuestro vecino del norte serán fundamentales para el despegue, especialmente los agroalimentarios, de materias primas y en segundo término el automotriz, una vez que se vayan recuperando los niveles de consumo. También serán amplias las oportunidades para el desarrollo de nuevos proveedores, ante los conflictos comerciales que no terminan entre EU y China. La ventaja competitiva de la cercanía geográfica y de la mano de obra mexicana altamente calificada nuevamente estarán presentes.
Lo preocupante es que nuevamente la palanca para el crecimiento parece que provendría del exterior. Mientras, al igual que en administraciones anteriores, seguirán pendiente las políticas públicas que promuevan un desarrollo económico sobre bases propias, sostenido por un mercado interno sólido y robusto.