El Economista (México) - Previsión
SURREALISMO ECONÓMICO
En su visita a México, hace 78 años, André Bretón expresó no haber conocido país más surrealista que el nuestro. De pensamiento cierto y pluma afilada, el escritor francés sabía lo que expresaba.
Bretón sostenía que el surrealismo es inmediato, irreflexivo y está despojado de toda referencia a lo real.
Uno no puede menos que recordar a dicho autor, cuando se observa una vez más en nuestro entorno una repetición más de ese afán institucional por cumplir al menos con dos de esas premisas.
Ahora tocó turno a nuestra pobreza, ése que lastra, transita y corroe las entrañas de nuestro país, y que por ahora no nos permitirá saber cuán pobres fuimos como nación en el 2015. El Módulo de Condiciones Socioeconómicas (MCS), publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), no es confiable. El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) presupone que las carencias sociales y la pobreza a nivel nacional que ahí se indican le quedan cortas a nuestra realidad.
Prestigio y credibilidad están en juego, y arrastran en el terreno de la irreflexión e irresponsabilidad, una de las cuestiones más sensibles a resolver en el país: la relacionada a nuestro sistema de pensiones. ¿Cómo garantizar a cada trabajador nuestro un patrimonio digno y suficiente, “que al menos esté por arriba de la línea de pobreza” - como dicen diversos especialistas- si ahora, con la imprecisión del Módulo 2015 del Inegi, no sabemos dónde se diluye dicha línea?
Sobra destacar la necesidad de fincar responsabilidades, el tema en cuestión no es un asunto nimio. El 2018 está a la vuelta, pero detrás vienen el 2030 y el 2050. La historia de la pobreza no miente, dice el Coneval. Bretón tampoco.