El Economista (México) - Reporte Especial
LAS METAS FIJADAS POR EPN,
¿herencia para su sucesor?
Al inicio de este sexenio, el presidente Enrique Peña Nieto dijo que el principal reto tanto para las autoridades como para las instituciones financieras era lograr que el sistema bancario mexicano fuera más profundo e incluyente, amén de que, al desarrollar todo su potencial, aportaría más al crecimiento económico de México. La principal meta era que el crédito interno al sector privado pasara de representar 26% como proporción del Producto Interno Bruto (PIB) en el 2013, a 40% al cierre del sexenio.
Para lograr este objetivo se hizo lo que se denominó una reforma financiera histórica, que modificó 34 leyes y 13 decretos bajo cuatro objetivos principales: fortalecer el Estado de Derecho a fin de permitir a la banca cumplir con su función social de prestar en mejores condiciones; hacer una competencia más intensa entre los intermediarios bancarios; hacer más activa a la banca de desarrollo, y por último, tener un sistema financiero sólido y que se maneje con prudencia.
Durante esta 81 Convención Bancaria se contará con la participación de los aspirantes a la Presidencia de la República y seguramente harán mención a los compromisos de Peña. De entrada, el tan ansiado 40% del crédito como proporción del PIB se quedó corto. Al cierre del 2017 la relación era 35% del PIB, esto es, un avance en los últimos años 3.7 veces por arriba de la economía, con lo que se ha convertido en un motor muy importante para el desarrollo del país.
Lo cierto es que hubo factores que impidieron el mayor crecimiento de la economía nacional y, en consecuencia, del crédito, como la volatilidad a nivel internacional, las fluctuaciones en los precios internacionales del crudo y una desaceleración del mercado interno. A esto se suma la incertidumbre en la negociación del TLCAN.
A decir del sector bancario, la expansión del crédito es sostenible, ya que la banca se encuentra bien capitalizada, hay una sana originación del crédito y un mayor número de clientes. Además hay segmentos, sectores y personas que todavía no hacen uso del sistema financiero formal.
En la actualidad, la banca en México atiende a 48.7 millones de clientes, comparados con los 20.9 millones que atendía en el 2000.
La última vez que México alcanzó niveles superiores a 30% del PIB fue en 1994, previo a la crisis, y de ahí tocó un mínimo de 13% en el 2001.
La aparición de las financieras tecnológicas (fintech) en escena será otro factor sobre el que habrá de trabajar la banca con el nuevo gobierno, pues se anticipa una mayor competencia y hasta fusiones con estas entidades, en espera del reglamento de la recién aprobada Ley Fintech.