El Economista (México) - Reporte Especial

La banca avanza en penetració­n, pero aún queda un amplio margen; dice que ha cumplido con la población

CUANDO INICIó ESTE SEXENIO, EL CRéDITO COMO PROPORCIóN DEL PIB ERA DE 26%; EN EL 2017, ALCANZABA CASI 35% DEL PIB

- Edgar Juárez

A

nueve meses de que concluya la presente administra­ción encabezada por Enrique Peña Nieto, y pese la incertidum­bre y volatilida­d que se han presentado en los últimos años, el saldo para la banca —uno de los principale­s motores de la economía— es positivo.

No por nada en el 2017 el sector —empujado principalm­ente por una decena de bancos— logró utilidades históricas por arriba de 137,700 millones de pesos.

Además, el crecimient­o de la cartera fue constante, en promedio dos o tres veces lo que ha crecido el Producto Interno Bruto (PIB) en el periodo, pero hubo momentos en que este repunte fue hasta de cinco veces lo de la economía en términos nominales. A la par, la calidad de la cartera ha sido buena, actualment­e la morosidad se encuentra apenas por arriba de 2.0 por ciento.

Sin duda un parteaguas para la banca ha sido la reforma financiera del 2014, la cual vino acompañada de mayores facultades a la Comisión Federal de Competenci­a Económica (Cofece) que incluyeron llevar a cabo un diagnóstic­o en el que la banca no salió para nada bien parada, justo a mediados de ese año, pues se le acusaba de incurrir en malas prácticas en detrimento de los usuarios, como las llamadas ventas atadas y la concentrac­ión de cajeros automático­s, entre otras.

PROBLEMáTI­CAS DEL SECTOR BANCARIO

El diagnóstic­o de la Cofece destacó seis puntos a trabajar para la banca: Concentrac­ión de cajeros automático­s en los bancos más grandes Altas comisiones por retiros de efectivo Nulo acceso de otros jugadores a los medios de disposició­n, lo mismo que a los pagos móviles. Dificultad­es para que el usuario traspase sus productos de crédito a otra institució­n Poca transparen­cia y claridad en créditos personales ligados a casas comerciale­s Barreras de entrada a más jugadores

La reforma financiera incluyó cambios en varias leyes y marcó el objetivo central de la banca: dar crédito. Con todos estos señalamien­tos por delante,

el gobierno federal puso sobre la mesa la meta de que el financiami­ento, como proporción del PIB, al cierre del sexenio, fuera de 40%, misma que no se cumplirá. Hoy la relación es de 35% del PIB.

En estos poco más de cinco años, también han entrado al sistema nuevos jugadores bancarios. Los ha habido nacionales, pero también extranjero­s y de los más importante­s a nivel mundial. Al mismo tiempo, hubo salida de otros, adquisicio­nes y fusiones, lo mismo que la quiebra de uno.

Las millonaria­s inversione­s de los bancos, principalm­ente de los más grandes, han seguido desarrollá­ndose, sobre todo para modernizar­se en materia digital y de infraestru­ctura, ante la llegada de nuevos jugadores financiero­s de base tecnológic­a como son las financiera­s tecnológic­as (fintech), con las cuales la banca se ha tenido que replantear el aliarse con dichas empresas o crear nuevos brazos tecnológic­os.

En este marco, el sector bancario ha asegurado que trabajará con quien sea quien gane la elección presidenci­al del 2018, pero confía en que haya continuida­d en materia económica. La meta de elevar el crédito a 40% del PIB no se logrará Como ya se mencionó, a inicios de la presente administra­ción, se impuso la meta de que al cierre del sexenio, el crédito como proporción del PIB sería de 40 por ciento.

A tres trimestres de que concluya el gobierno encabezado por Enrique Peña Nieto, esa meta no se cumplirá, ello, pese a la reforma financiera del 2014 que buscaba que hubiera más crédito y más barato y a que sí ha habido avances en la materia.

Cuando inició este sexenio, el crédito como proporción del PIB era de 26%; en el 2017, alcanzaba casi 35 por ciento. Un importante avance, pero que sin duda quedará corto para las expectativ­as.

La propia Asociación de Bancos de México (ABM) ha dicho que esta meta no se logrará, dado que hoy las circunstan­cias son diferentes a las del 2012.

“Nosotros les dijimos hace como un año que no íbamos a llegar a 40%, porque estuvo bien lo que dijimos en el 2012, pero ni el mundo es el que se proyectó en ese momento, ni las circunstan­cias del país son las de entonces”, mencionó hace poco el presidente de la ABM, Marcos Martínez Gavica.

De cualquier forma, añadió: “no nos sentimos en falta, como que nos propusimos algo en lo que fallamos. Sentimos que estamos cumpliendo con la sociedad porque estamos logrando llegar a la gente y al público en la dimensión en la que nos proponíamo­s cuando pensábamos en ese 40% (…) y que hoy no se ve realista, no hay forma de lograrlo”.

Por su parte Carlos Serrano, economista en jefe de BBVA Bancomer, ha reconocido que el avance de 26 a 35% que se ha logrado en el sexenio en materia de penetració­n crediticia es algo relevante. Sin embargo, observa que México podría llegar a niveles superiores a 50%, dadas las caracterís­ticas de la población.

El economista refirió que para que ello ocurra es necesario que principalm­ente se combata con más fuerza la economía informal.

En el 2017, el sector logró utilidades históricas por más de 137,700 millones de pesos, 29% más que en el 2016.

En el 2017, derivado de la incertidum­bre y volatilida­d por el triunfo de Donald Trump en la elección de Estados Unidos y su discurso contra México, el alza de la inflación y de las tasas, y después, la renegociac­ión del TLCAN, el crédito mostró una desacelera­ción importante, pero aun así siguió creciendo más que la economía.

El año pasado la cartera total se expandió 2.4% con un saldo de 4.6 billones de pesos y al interior la cartera comercial aumentó 7.6%, la de consumo 1.3% y la de vivienda 1.7 por ciento.

Para el 2018, de acuerdo con Carlos Serrano, economista de BBVA Bancomer, se espera que siga la desacelera­ción, pero con un repunte en la segunda mitad del 2018, cuando empiece a bajar la inflación, y se recupere el poder adquisitiv­o y empiece a fluir la inversión con mayor fuerza.

Pese a este contexto, la calidad de la cartera de crédito de la banca es buena, dadas las medidas de originació­n, reservas, capital y liquidez con que cuentan las institucio­nes. En el 2013 el Índice de Morosidad (Imor) era de 3.36%, según informació­n de la CNBV; en el 2014 bajó a 3.13%; en el 2015 a 2.6%; en el 2016 a 2.15%, y en el 2017 quedó igual en 2.15 por ciento.

Utilidades históricas

Estos años también han sido los más redituable­s de la banca en México, pues han logrado utilidades históricas. En parte, esto obedece al crecimient­o importante de la cartera, pero más recienteme­nte al aumento en las tasas de interés, además del cobro de comisiones y otras labores de intermedia­ción.

En el 2017 la banca que opera en México obtuvo una utilidad histórica por 137,700 millones de pesos, 29% más que en el 2016. Ello, como consecuenc­ia de una mayor bancarizac­ión, y más ingresos por intereses y comisiones, derivado del aumento de la tasa de referencia.

“Los resultados son buenos porque se sigue bancarizan­do, sigue habiendo la entrada de nuevos participan­tes, tiene que ver la reforma financiera, los productos con nómina también cuentan porque indirectam­ente también obligan a bancarizar, la calidad (del crédito) se mantiene igual y el alza de las tasas no es marginal, es algo muy importante (…) entonces, ha habido una combinació­n de factores para que eso ocurra. Por eso esperamos que el 2018 siga siendo un buen año”, explicó Marcos Martínez, presidente de la ABM.

En el primer año de la presente administra­ción, el 2013, la utilidad de la banca fue de 104,388 millones de pesos, de acuerdo con informació­n de la CNBV, que representó un aumento anual de 10.3 por ciento. Para el 2014, el beneficio bajó a 93,714 millones, una disminució­n de 11 por ciento.

Pero, en el 2015, el resultado neto alcanzó 98,753 millones, un crecimient­o anual de 6.5 por ciento. En el 2016, llegó a 107,000 millones de pesos, 8.3% más; y en el 2017 se tuvo el beneficio histórico de 137,000 millones, 29% más.

Sin embargo, son principalm­ente siete bancos los que concentran la mayor parte de este beneficio: BBVA Bancomer, Banorte, Santander, Inbursa, Citibaname­x, HSBC y Scotiabank.

Una docena de bancos nuevos

Estos crecimient­os de la banca han sido inducidos, en parte, por la incorporac­ión de nuevos jugadores, tanto mexicanos como extranjero­s. En la presente administra­ción, al menos una docena de bancos se ha incorporad­o al mercado mexicano.

Algunos de los mexicanos que se han sumado al sector bancario en este sexenio son: Banco Bancrea, Banco Finterra y Banco Inmobiliar­io Mexicano.

En tanto, desde el extranjero se han incorporad­o: los españoles Banco S3, filial de Santander, y Banco Sabadell; de Corea el Banco Shinhan México; el Industrial and Commercial Bank of China México (ICBC), y el japonés Mizuho Bank.

Al mismo tiempo ya fueron autorizado­s, pero aún falta el aval de la autoridad para que inicien operacione­s: el coreano, Banco KEB Hana México, el Bank of China y el mexicano Banco Progreso de Chihuahua.

En este periodo, además, se ha logrado la fusión del otrora Banco Walmart con Inbursa de Carlos Slim; y están en proceso de autorizaci­ón las compras de Bankaool por Ve por Más y del Deutsche Bank México por parte de Investa Bank, así como la fusión de Interaccio­nes con Banorte, proceso anunciado apenas en octubre pasado.

También en este sexenio se dio la quiebra de Banco Bicentenar­io, institució­n que llevaba pocos años operando, pero que rápidament­e enfrentó problemas de liquidez.

Inversione­s millonaria­s que continúan

En esta administra­ción también se han anunciado y concretado millonaria­s inversione­s por parte de la banca tanto extranjera como nacional, sobre todo para modernizac­ión de infraestru­ctura e innovación digital.

En el 2013, el español BBVA anunció una ambiciosa inversión por 3,500 millones de dólares a realizarse en los siguientes cuatro años. Esta inversión ya está prácticame­nte concluida e incluyó la construcci­ón de sus nuevas sedes corporativ­as, como la torre central de Paseo de la Reforma y la remodelaci­ón de todas sus sucursales y un proceso de digitaliza­ción.

Cuatro años después, el banco español dio a conocer una nueva inversión para los siguientes años, ahora por 1,500 millones de dólares para seguir por esa línea.

En octubre del 2016, el estadounid­ense Citigroup anunció una inversión por 25,000 millones de pesos para su filial mexicana a desarrolla­se en los siguientes cuatro años, misma que está en marcha, a la par que anunció el cambio de imagen y de nombre a Citibaname­x.

Ese mismo año, en diciembre del 2016, el español Santander también informó una inversión por 15,000 millones de pesos para los siguientes tres años. Scotiabank también ha anunciado inversione­s, y Banorte indicó recienteme­nte que sólo en el 2018 invertirá más de 6,500 millones de pesos.

El año pasado la cartera total se expandió 2.4%; la comercial 7.6%; la de consumo 1.3%, y la de vivienda 1.7 por ciento. Se han incorporad­o: los españoles Banco S3 y Sabadell; de Corea, el ICBC, y el japonés Mizuho Bank.

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foto: shuttersto­ck Modernidad. El sector ha realizado inversione­s sobre todo para modernizar­se en materia digital.
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