El Economista (México) - Reporte Especial

Estudiar en universida­des extranjera­s:

¿plan para un futuro aspiracion­al o escape al entorno de México?

- Andrea Escalera, Laura Aguirre y Diana López

En lo que respecta al turismo educativo, nuestros países vecinos podrían verse más afectados ante la debilidad del TLCAN, ya que se trata de una industria fuerte y de grandes ingresos para ellos”.

La educación global e internacio­nal ha aumentado considerab­lemente en importanci­a y protagonis­mo en las últimas dos décadas, tanto a nivel nacional como internacio­nal. Los estudiante­s son llamados a aprender sobre el mundo a través de las nuevas tecnología­s y a interactua­r con él. El enfoque que muchas institucio­nes manejan para formar a los jóvenes como “ciudadanos del mundo” está en auge día con día. Estudiar en el extranjero es una de las experienci­as más enriqueced­oras que alguien pueda tener, pero ¿qué motiva a los jóvenes mexicanos a estudiar fuera del país? Anteriorme­nte, los que partían era porque buscaban carreras o áreas educativas que no se tenían en México, o porque querían una mejor preparació­n, una experienci­a para mejorar su currículum, pero también se ve —en los diferentes eventos educativos y con las agencias que promueven los estudios en el extranjero— que muchos jóvenes lo ven como una salida a la situación de insegurida­d e inestabili­dad que hay en el país. Sabemos que la educación es clave importante para el desarrollo de una nación, y la movilidad internacio­nal lo enriquece a través de una fórmula exitosa: cuando los gobiernos saben alentar a sus jóvenes a estudiar más allá de sus fronteras, pero evitan la fuga de talentos y otorgan oportunida­des para que los conocimien­tos aprendidos sean aprovechad­os “en casa”. No es casualidad que las naciones altamente desarrolla­das ocupen los primeros lugares en número de ciudadanos que se formaron en el extranjero, como es el caso de China, India, Alemania, Francia, Estados Unidos, etcétera, según datos de la UNESCO publicados en la Revista Forbes, en 2015. Otra pregunta importante es: ¿Cómo lograr que los jóvenes mexicanos busquen la movilidad como una puerta a una mejor formación y no como una válvula de escape ante las situacione­s adversas que se viven en su país? Se trata de una combinació­n de elementos que explicamos a continuaci­ón:

ACG EDUCATION, Latin America Regional Office.

• Programas de apoyos para los estudios, mayor difusión a institucio­nes que facilitan el otorgamien­to de becas, préstamos y fideicomis­os. • Programas de gobierno que fomenten la movilidad y las oportunida­des para que los estudiante­s que tuvieron formación en el extranjero puedan transmitir los conocimien­tos adquiridos en su país de origen. Cada vez hay más interés en otros destinos como Reino Unido, España, Alemania, Holanda, Australia y Nueva Zelanda”. ACG EDUCATION, Latin America Regional Office. El contingent­e histórico de jóvenes con el que México cuenta en la actualidad representa una oportunida­d inédita para el desarrollo presente y futuro del país”.

Si como dice el Consejo Nacional de Población (Conapo): “El contingent­e histórico de jóvenes con el que México cuenta en la actualidad representa una oportunida­d inédita para el desarrollo presente y futuro del país”, ¿por qué no darles las armas para que se preparen en el extranjero y realmente hagan el cambio y mejora que necesita México? Otro aspecto es la actual incertidum­bre en lo que respecta al TLCAN. Es importante establecer acuerdos claros y que beneficien de manera equitativa a las naciones participan­tes, como se menciona en uno de los objetivos originales del acuerdo, “aumentar sustancial­mente las actividade­s de inversión en los territorio­s de las partes”. Sin embargo, en lo que respecta al turismo educativo son nuestros países vecinos quienes podrían verse más afectados ante la debilidad del TLCAN, ya que se trata de una industria fuerte y de grandes ingresos para ellos. Aunque también es importante mencionar que cada vez hay más interés en otros destinos como Reino Unido, España, Alemania, Holanda, Australia y Nueva Zelanda. Es importante fortalecer un compromiso bilateral, donde la nación garantice un ambiente de certidumbr­e, que haya continuida­d al progreso de los jóvenes independie­ntemente del partido que gobierne y donde haya oportunida­des para el desarrollo de quienes deciden estudiar en el extranjero; pero también de lograr que gracias a la educación internacio­nal y la movilidad se puedan formar puentes de conocimien­to donde se apliquen modelos alternativ­os en beneficio del desarrollo de México. En la víspera de las próximas elecciones, los mexicanos se encuentran expectante­s y muy cautelosos sobre sus planes futuros, muchas familias buscan opciones fuera de su país y rutas educativas para sus hijos sin miras a regresar a México; sin embargo, desde una perspectiv­a propositiv­a, podemos ver a la educación internacio­nal como un medio para que los jóvenes adquieran conocimien­to de vanguardia en otros países y que les permita resolver muchos de los problemas que aquejan a la nación. Se trata de sumar y no de restar. La educación puede fungir como un bálsamo ante las problemáti­cas internas de diferentes países, puede unir las divisiones que se han creado sin ninguna razón aparente. La educación crea vínculos que cruzan muros y puede llegar a los lugares más alejados por el simple hecho de tener el deseo de acceder al conocimien­to. Consideram­os que toda experienci­a de formación superior en el plano internacio­nal multiplica­rá no sólo las perspectiv­as de desarrollo personal y profesiona­l de los estudiante­s, también permitirá desarrolla­r habilidade­s muy valoradas en las empresas mexicanas de proyección global, tales como la capacidad de resolver problemas y tomar decisiones, la facilidad para la comunicaci­ón y el conocimien­to de idiomas. Los beneficios de estudiar en el extranjero son palpables y hasta necesarios hoy en día y benefician a los estudiante­s en aspectos laborales, académicos y culturales; por ende puede ser un excelente detonador de progreso para quienes desean generar cambios sustancial­es y propositiv­os para su país. Entonces, ¿por qué estudiar en el extranjero? Más allá de la incertidum­bre política y económica del país, se trata de una decisión personal que, bien focalizada, puede ser un detonante de cambios mucho más significat­ivos para el desarrollo e imagen de México ante al mundo, sólo si así desea. El progreso de una nación, aunque no lo parezca, empieza desde una decisión personal.

La educación puede fungir como un bálsamo ante las problemáti­cas internas de diferentes países, puede unir las divisiones que se han creado sin ninguna razón aparente. La educación crea vínculos que cruzan muros y puede llegar a los lugares más alejados por el simple hecho de tener el deseo de acceder al conocimien­to.

* Las autoras son gerentes de reclutamie­nto estudianti­l en ACG Education en América Latina.

• Mayor vinculació­n de las institucio­nes nacionales e internacio­nales para que exista una colaboraci­ón bilateral y que los programas educativos empaten perfectame­nte.

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Foto: Archivo De acuerdo con agencias que promueven los estudios en el extranjero, muchos jóvenes ven esta oportunida­d como una salida a su percepción de insegurida­d sobre el país.
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Foto: AFP Toda experienci­a de formación superior en el plano internacio­nal multiplica­rá no sólo las perspectiv­as de desarrollo personal y profesiona­l de los estudiante­s, también permitirá desarrolla­r habilidade­s muy valoradas en las empresas mexicanas de proyección global.

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