El Economista (México) - Termómetro Económico
Mercados, en modo reactivo
Para cualquiera que le esté dando seguimiento a los mercados, ya sea porque tiene pasivos en dólares, inversiones en Bolsa o tenga contratados préstamos en pesos a tasa variable, seguramente pudo darse cuenta a lo largo de la semana pasada que los mercados no tienen palabra de honor y hoy se encuentran en modo reactivo
Lo anterior, tras el fuerte optimismo vivido, de pronto viraron en sentido contrario sin mayor explicación, haciendo que el peso se depreciara 2.5% frente al dólar, su peor caída desde diciembre pasado, mientras que el principal indicador de la BMV retrocedió 0.7%, rompiendo una racha ganadora de dos semanas.
¿Pero qué cambió en tan pocos días? Realmente nada. Sólo la percepción. Eso es volatilidad.
La fiesta se desató cuando los mercados percibieron de manera positiva las estimaciones de crecimiento global del Fondo Monetario Internacional (FMI), haciendo que el principal indicador de la Bolsa Mexicana de Valores avanzara hasta los 49,090.74 puntos, mientras que el tipo de cambio se apreció fuertemente para tocar 17.99 pesos por dólar y las tasas de interés de largo plazo regresaran a niveles de 7.25 por ciento.
A lo anterior se sumaron las declaraciones de los representantes comerciales de Estados Unidos, Canadá y México en el sentido de que se podría alcanzar un acuerdo, a finales de este mes o a más tardar a principios del mes entrante, sobre la modernización del TLCAN.
Adicionalmente, declaraciones de los presidentes de la Fed de Atlanta y Minneapolis a principios de la semana, en el sentido de que los salarios en su país aún son bajos, generaron la percepción en los mercados de que el endurecimiento de la política monetaria en ese país definitivamente sería gradual.
Por otro lado, el tema de la guerra comercial entre China y Estados Unidos se tomó un respiro, tras el escalamiento que habíamos venido observando en días recientes, mientras que por el lado de Corea del Norte se dieron anuncios relativos a que estarían deteniendo las pruebas y el desarrollo de armas nucleares en ese país, contribuyendo a la distensión en la relación con los Estados Unidos en preparación a la cumbre que se dará próximamente entre los primeros mandatarios de ambas naciones.
Sin embargo, un golpe de realidad enfrentó a los mercados, al quedar claro, tras la publicación del libro Beige de la Fed, que se mantiene la expectativa de tener entre dos y tres incrementos más en su tasa de referencia a lo largo de este año, ante posibles presiones inflacionarias generadas, entre otras razones, por la fuerte alza en el precio del petróleo que ha tenido un avance de 51.49% desde junio del año pasado a la fecha en el contrato a julio que cotiza en el NYMEX de Nueva York y que al cierre del viernes estaba ya cercano a los 69 dólares/barril, mientras que elbono estadounidense a 10 años alcanzó niveles máximos desde febrero pasado al ubicarse en 2.9 por ciento.
Por su parte, la tasa de interés del Bono M10 en México cerró el viernes en 7.50%, lo que representó un alza de 17 puntos base a lo largo de la semana, el tipo de cambio peso/dólar se ubicó en 18.55, retrocediendo 56 centavos en tres sesiones, mientras que el principal indicador de la Bolsa cerró en las 48,431.58 unidades, es decir, 659.16 unidades menos, equivalentes a un retroceso de 1.34% con respecto al nivel máximo alcanzado apenas el martes pasado.
Todo lo anterior sin duda afecta a las empresas mexicanas y habría que añadir que al final de la semana se dejó entrever la posibilidad de que no se llegue a un acuerdo en el TLC tan pronto como se esperaba, mientras que para cuando lean esta columna ya habremos tenido el primer debate de candidatos a la Presidencia de nuestro país, que dependiendo del resultado, podría abonar aún más a la volatilidad.
No esperen más: tomen coberturas para fijar su tipo de cambio y convertir sus créditos de tasa variable a fija. ¡Los mercados no tienen palabra de honor!