El Economista (México) - Termómetro Económico
La tormenta que se avecina
Se fue septiembre y con él cerramos el tercer trimestre de un año que sin duda ha sido complicado a nivel global y particularmente para México con varios factores internos, por ejemplo, la renegociación del TLC, la elección presidencial, las presiones inflacionarias, incremento en tasas de interés y fuerte volatilidad en el tipo de cambio
Sin embargo, hay un factor importante que viene a generar presiones adicionales a los ya mencionados con anterioridad: el alza en el precio del petróleo que impacta negativamente en el bolsillo de los consumidores y el cual se antoja seguirá presionado hasta el año que entra.
El viernes, el precio del barril de petróleo WTI en la Bolsa de futuros de Nueva York a plazo de diciembre de este año se ubicó en 71.96 dólares, lo que significa un espectacular incremento en su cotización al haber avanzado 56.5% desde el mes de junio del 2017 a la fecha, cuando cotizaba en 45.98 dólares/barril. De hecho, del pasado 15 de agosto a la fecha, el WTI ha ganado12.44 por ciento.
Por su parte, el Brent del mar del Norte ha ganado desde el pasado mes de abril 20% en su cotización para ubicarse a plazo de diciembre en niveles de 81.38 dólares/barril, mientras que una encuesta realizada entre 50 economistas estimó que la cotización del Brent promediaría este año un precio de 73.48 dólares/barril, mientras que la expectativa para el 2019 es que promedie en niveles de 73.75 dólares, lo que se convierte en las estimaciones más altas proyectadas a lo largo de este año.
Entre las causas a destacar está la aplicación de sanciones que pretende instrumentar el gobierno de Estados Unidos a Irán, tercer productor más importante de la OPEP, a partir del próximo 4 de noviembre, donde su oferta podría verse disminuida hasta en 1.5 millones de barriles diarios.
De hecho, de abril a septiembre ya se ha reducido en 800,000 barriles diarios.
El problema de tener precios del petróleo elevados es que inciden directamente en las presiones inflacionarias que se han dejado sentir y que han obligado a los bancos centrales a actuar en consecuencia.
Así, la semana pasada, la Reserva Federal de Estados Unidos incrementó por tercera vez este año su tasa de referencia llevándola a niveles de entre 2.0 y 2.5%, con la intención de elevarla una vez más en diciembre, tres más a lo largo del 2019 y una vez más en el 2020 alcanzando niveles de 3.4%, donde estiman se tendría la inflación a raya sin afectar el ritmo de crecimiento económico.
En México, a pesar de que la última lectura sobre la inflación se tomó un respiro con respecto a la anterior, ésta sigue siendo muy elevada, tanto, que el propio gobernador del Banco de México estimó que la meta de inflación no será alcanzada pronto, lo que significa que tendrán que actuar en consecuencia, subiendo el costo del dinero en nuestro país. A lo anterior se suma toda la incertidumbre que ha generado la guerra comercial entre las dos principales economías del mundo, donde la OMC predijo que el intercambio comercial se reducirá en el 2018-19, la OCDE estimó una reducción al crecimiento económico global en el 2019 al ubicarlo en 3.7% y la calificadora Fitch hizo lo propio al ubicar el crecimiento mundial para el 2019 en 3.1 por ciento.
Mientras tanto, al momento de escribir esta columna aún no se sabe si Canadá se incorporará al TLC o no, donde nuestro país quedaría en una posición complicada para cualquier negociación futura si queda como un acuerdo bilateral.
Para aderezar el tema, estamos a escasos dos meses de las elecciones intermedias en Estados Unidos, donde se vive un clima político bastante complicado y donde el presidente Trump tomará las decisiones en política económica o comercial que considere pertinentes para asegurar el triunfo en estas elecciones y la posibilidad de reelegirse en el 2020.
No hay duda de que se avecina una tormenta que impactará en el tipo de cambio, precio de commodities, tasas de interés y mercados accionarios.
¡Para todos, hay coberturas!