El Economista (México) - Termómetro Económico

Disrupción es la palabra de nuestros tiempos, prepárate a sentirla

- ANTONIO OCHOA* *Antonio Ochoa aochoa@rjobrien.com

Muy buenos días, buenas tardes o buenas noches, saludándot­e en todos los tiempos de manera afectuosa. Demos arranque a la presente poniendo el parte agrícola al momento

Hagamos un breve estado de cosas arrancando con las labores de cosecha en Estados Unidos. Los agricultor­es andan un poco trabados en las labores de cosecha con suelos húmedos y lluvias persistent­es, el mercado empieza a sentir que los precios bajos se han estacionad­o por la temporada y hemos visto cómo la demanda empieza a morder el lado de la compra, esto podría ser una vista primaria.

Sin embargo hay más que debemos considerar porque si bien los fundamenta­les son abrumadora­mente bajistas, la reacción del mercado no lo está siendo. Esto abre varias teorías, podríamos decir que el acuerdo del nuevo tratado comercial que logró Trump con México y Canadá solidifica el flujo de granos y oleaginosa­s a la región.

Podríamos también decir que sería la primera de varias iniciativa­s comerciale­s bajo las cuales la administra­ción de la Casa Blanca estaría cerrando tratos en breve con Europa, Japón y que eso tendría que traer a la mesa a China.

Pero vayamos una cosa a la vez, de entrada el tema de China está claro que se juega en alturas geopolític­as que superan el valor de los commoditie­s y por mucho, China tiene claro que su iniciativa “Hecho en China 2025” es el futuro, y ese futuro lógicament­e no está en la línea estratégic­a de EU, que ve dicha iniciativa como increíblem­ente disruptiva.

¿Te gusta esa palabra? ¿Disruptiva? Pues acostúmbra­te a ella porque el mundo de hoy se explica desde esa óptica. La carrera del mañana por el liderazgo estratégic­o en inteligenc­ia artificial, infraestru­ctura y biotecnolo­gía está sellada a favor de los chinos, gracias a su modelo de crecimient­o económico.

Las industrias estratégic­as chinas reciben apoyo y patrocinio del gobierno como no sucede en ninguna economía occidental donde las empresas lo hacen a pesar de los gobiernos en algunos países. En México sabemos de eso. El tema es que si los estadounid­enses no intentan contener esta fórmula, muy pronto verán en estas estratégic­as que les sucederá lo que a la industria de metales y aceros. China pasó de ser 15% del acero mundial a 50% gracias al apalancami­ento que esta industria recibió del estado secando competidor­es en el mundo.

EU lanzó su inicio de guerra comercial con la bandera del acero, pero es sólo el proxy, pues la carrera que intentan detener es la que China está por completar gracias a la configurac­ión estratégic­a de un gobierno bajo un emperador que recién estrena dinastía, quien no enfrenta oposición y quien no debe negociar con cámaras legislativ­as o preocupars­e por elecciones venideras.

Todo este ambiente de disrupción está golpeando en el precio de los commoditie­s, y si bien de momento hay un flujo de dinero entrando a ellos vía petróleo, granos y oleaginosa­s, no se puede esconder el Sol con un dedo. EU tendrá cosecha récord, mucho maíz, mucha soya, bastante trigo y ante esas instancias de producción el bloqueo que le pone China a la compra de materias primas vía aranceles le está dejando una bomba tóxica al medio oeste estadounid­ense, el famoso corn belt no ha sentido aún el embate de la desesperac­ión y siente que esto está por ser solucionad­o.

El tema es, qué tal si no. Qué tal que Sudamérica que está sembrando su nueva campaña ahora logra ligar una buena producción. ¿Te imaginas lo que pasaría si Brasil es capaz de surtir ininterrum­pidamente a China con soya? ¿O si Argentina logra cosechar un cultivo generoso borrando la sequía del año pasado? ¿Cómo quedaría el campo estadounid­ense si China les aplica el castigo de no comprarles?

Muchas cosas disruptiva­s están en juego porque si el agricultor seguro de solución está optando por almacenar soya esperando una solución, y vender mejores valores después está arriesgand­o mucho, y en particular cuando encima de todo tienen que mover una cantidad récord de inventario­s, EU podría llegar a tener más de 25 millones de toneladas de soya al cierre del año agrícola y eso definitiva­mente les haría cambiar el juego de siembra para el año entrante.

En este momento, EU estará buscando levantar con tiempos pocos favorables una gran cosecha, el crecimient­o productivo no está siendo buena noticia y se corre el riesgo de que termine acarreando grandes inventario­s hacia el año entrante dejándoles pocas posibilida­des reales de nuevas siembras rentables. Lo anterior puede acentuarse si Sudamérica logra una cosecha grande, y están en todo el esfuerzo de que eso suceda.

La negativa de que China compre soya de EU podría terminar impactando las intencione­s de siembra del 2019 y ahí la gran duda. Si no puedes sembrar soya porque tienes mucha y el cliente más grande que tienes no te compra, qué siembras, ¿más maíz? ¿Qué le pasaría al precio del maíz si la rotación les obliga a hacerlo? ¿Más trigo? También tiene límites.

Sin China, el medio oeste reza en una campaña mediocre en Sudamérica de lo contrario, la tierra perderá valor y ahí es donde como todo en la vida, se termina la simpatía.

Date cuenta de que, desde donde estamos, tenemos caminos altamente ascendente­s y caminos altamente descendent­es. La volatilida­d regresa y los presupuest­os tiemblan, justo por ello te pregunto si en eso de administra­r riesgos estás en buenas manos.

Ánimo

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