El Economista (México) - Termómetro Económico
Disrupción es la palabra de nuestros tiempos, prepárate a sentirla
Muy buenos días, buenas tardes o buenas noches, saludándote en todos los tiempos de manera afectuosa. Demos arranque a la presente poniendo el parte agrícola al momento
Hagamos un breve estado de cosas arrancando con las labores de cosecha en Estados Unidos. Los agricultores andan un poco trabados en las labores de cosecha con suelos húmedos y lluvias persistentes, el mercado empieza a sentir que los precios bajos se han estacionado por la temporada y hemos visto cómo la demanda empieza a morder el lado de la compra, esto podría ser una vista primaria.
Sin embargo hay más que debemos considerar porque si bien los fundamentales son abrumadoramente bajistas, la reacción del mercado no lo está siendo. Esto abre varias teorías, podríamos decir que el acuerdo del nuevo tratado comercial que logró Trump con México y Canadá solidifica el flujo de granos y oleaginosas a la región.
Podríamos también decir que sería la primera de varias iniciativas comerciales bajo las cuales la administración de la Casa Blanca estaría cerrando tratos en breve con Europa, Japón y que eso tendría que traer a la mesa a China.
Pero vayamos una cosa a la vez, de entrada el tema de China está claro que se juega en alturas geopolíticas que superan el valor de los commodities y por mucho, China tiene claro que su iniciativa “Hecho en China 2025” es el futuro, y ese futuro lógicamente no está en la línea estratégica de EU, que ve dicha iniciativa como increíblemente disruptiva.
¿Te gusta esa palabra? ¿Disruptiva? Pues acostúmbrate a ella porque el mundo de hoy se explica desde esa óptica. La carrera del mañana por el liderazgo estratégico en inteligencia artificial, infraestructura y biotecnología está sellada a favor de los chinos, gracias a su modelo de crecimiento económico.
Las industrias estratégicas chinas reciben apoyo y patrocinio del gobierno como no sucede en ninguna economía occidental donde las empresas lo hacen a pesar de los gobiernos en algunos países. En México sabemos de eso. El tema es que si los estadounidenses no intentan contener esta fórmula, muy pronto verán en estas estratégicas que les sucederá lo que a la industria de metales y aceros. China pasó de ser 15% del acero mundial a 50% gracias al apalancamiento que esta industria recibió del estado secando competidores en el mundo.
EU lanzó su inicio de guerra comercial con la bandera del acero, pero es sólo el proxy, pues la carrera que intentan detener es la que China está por completar gracias a la configuración estratégica de un gobierno bajo un emperador que recién estrena dinastía, quien no enfrenta oposición y quien no debe negociar con cámaras legislativas o preocuparse por elecciones venideras.
Todo este ambiente de disrupción está golpeando en el precio de los commodities, y si bien de momento hay un flujo de dinero entrando a ellos vía petróleo, granos y oleaginosas, no se puede esconder el Sol con un dedo. EU tendrá cosecha récord, mucho maíz, mucha soya, bastante trigo y ante esas instancias de producción el bloqueo que le pone China a la compra de materias primas vía aranceles le está dejando una bomba tóxica al medio oeste estadounidense, el famoso corn belt no ha sentido aún el embate de la desesperación y siente que esto está por ser solucionado.
El tema es, qué tal si no. Qué tal que Sudamérica que está sembrando su nueva campaña ahora logra ligar una buena producción. ¿Te imaginas lo que pasaría si Brasil es capaz de surtir ininterrumpidamente a China con soya? ¿O si Argentina logra cosechar un cultivo generoso borrando la sequía del año pasado? ¿Cómo quedaría el campo estadounidense si China les aplica el castigo de no comprarles?
Muchas cosas disruptivas están en juego porque si el agricultor seguro de solución está optando por almacenar soya esperando una solución, y vender mejores valores después está arriesgando mucho, y en particular cuando encima de todo tienen que mover una cantidad récord de inventarios, EU podría llegar a tener más de 25 millones de toneladas de soya al cierre del año agrícola y eso definitivamente les haría cambiar el juego de siembra para el año entrante.
En este momento, EU estará buscando levantar con tiempos pocos favorables una gran cosecha, el crecimiento productivo no está siendo buena noticia y se corre el riesgo de que termine acarreando grandes inventarios hacia el año entrante dejándoles pocas posibilidades reales de nuevas siembras rentables. Lo anterior puede acentuarse si Sudamérica logra una cosecha grande, y están en todo el esfuerzo de que eso suceda.
La negativa de que China compre soya de EU podría terminar impactando las intenciones de siembra del 2019 y ahí la gran duda. Si no puedes sembrar soya porque tienes mucha y el cliente más grande que tienes no te compra, qué siembras, ¿más maíz? ¿Qué le pasaría al precio del maíz si la rotación les obliga a hacerlo? ¿Más trigo? También tiene límites.
Sin China, el medio oeste reza en una campaña mediocre en Sudamérica de lo contrario, la tierra perderá valor y ahí es donde como todo en la vida, se termina la simpatía.
Date cuenta de que, desde donde estamos, tenemos caminos altamente ascendentes y caminos altamente descendentes. La volatilidad regresa y los presupuestos tiemblan, justo por ello te pregunto si en eso de administrar riesgos estás en buenas manos.
Ánimo