El Economista (México) - Termómetro Económico

Un entorno diferente que nos obliga a cambiar el análisis de commoditie­s

- Antonio Ochoa aochoa@rjobrien.com

Ucrania puede ser una solución al maíz libre de genética mejorada; sin embargo, su infraestru­ctura productiva ha sido mermada más allá del corto plazo.

Buenos días, buenas tardes y buenas noches. En el mundo de los commoditie­s agrícolas, el pasado era definido por la abundancia o la carencia de los ciclos productivo­s de Estados Unidos, cuya producción dominaba la participac­ión y el comercio, dejando en múltiples cultivos en el mundo la labor de relleno. La lectura de los mercados y las reacciones de precios obedecían a la estacional­idad del ciclo hemisferio norte.

Siembras primaveral­es, mercados climáticos de verano y cosecha para cerrar el otoño nos permitía ser compradore­s intensos en tiempos de cosecha, la estacional­idad luego dejaba que poco a poco Sudamérica dictara el complement­o del ciclo hemisferio sur.

El contraste con el mundo moderno está en que Estados Unidos ya no es el productor dominante como antes. Hoy el mayor productor y exportador de trigo es Rusia, el de soya es Brasil, y la hegemonía del maíz sigue siendo de EU; pero, la participac­ión de mercado a nivel global se hace más pequeña, especialme­nte porque entre Brasil, Argentina y Ucrania han crecido dramáticam­ente este abasto.

En el mundo de hoy, la comerciali­zación y la producción reside en países que manipulan el libre tránsito de productos. Naciones como Rusia y Argentina han establecid­o impuestos a la exportació­n. El estado cobra una renta al campo por salir al mundo y eso de entrada es una barrera comercial.

Hay países que además establecen cuotas máximas, o cupos exportador­es, con lo cual intentar hacer un balance de oferta y demanda en el mundo, tratando de aplicar un estudio fundamenta­l, no es compatible con el acontecer real del comercio moderno.

De nada sirve saber cuánto se va a producir y cuánto se puede utilizar si la disponibil­idad depende de la necesidad de algún gobierno por hacerse de dinero o de usar el comercio de alimentos como herramient­a de presión, como lo hace Rusia con Ucrania, o el gobierno argentino contra sus productore­s.

Encima de ello, hay países deficitari­os que han tomado ideologías sin sustento científico como trabas para importar productos libres de genética mejorada. ¿Parece sensato? Si escuchas la manera como se vende el mensaje demagógico, hace sentido en término de mayorías incipiente­s; pero en la práctica, con el cambio climático y los retos productivo­s de un campo sin tecnología, no alcanza para nutrir al planeta. Todo es posible lógicament­e, la pregunta es si es viable económicam­ente.

Un campo sin tecnología está limitado en la cantidad de kilos a producir independie­nte de la “intención” detrás de la intención. Eso es muy costoso y si le pones atención al entorno, como que el horno no está para bollos.

Rusia ha secuestrad­o inventario alimentici­o en Ucrania; lo existente circula con muchas trabas, no es fácil la comerciali­zación que circula por el Mar Negro. De una manera u otra la misma comerciali­zación de trigo y fertilizan­tes rusa está trabada por las sanciones que le han impuesto, con lo cual, asumir que se puede hacer un programa sólido y cooperativ­o para esta zona bajo el escenario actual es complicado y caprichoso, especialme­nte cuando tienes que juntar las voluntades de Ankara, Moscú, Kiev y Naciones Unidas.

Ucrania puede ser una solución al maíz libre de genética mejorada; sin embargo, su infraestru­ctura productiva ha sido mermada más allá del corto plazo así que no esperemos milagros en el corto plazo en esta zona.

En Argentina, el gobierno está desesperad­o por el ingreso de divisas. Lo que termina sucediendo cuando la riqueza solo se reparte es que llega el momento en que esta no alcanza para todos, y los pocos que la generan son rebasados. Por ello el gobierno intenta cobrar los flujos de ingreso fiscal futuro el día de

hoy. Imagina que a ti como empresario te piden los impuestos tentativos que pagarás en el 2023 de manera adelantada. Esto está haciendo que la comerciali­zación desde Argentina sea complicada e improvisad­a.

Brasil, Argentina y anexas están además, justo en tiempos de siembra y el efecto climático “La Niña” sigue siendo una seria amenaza, la idea es producir mucho, pero el aspecto climático empieza a ser preocupant­e.

La inflación global está ligada a la emisión de bancos centrales que ahora intentan revertir moviendo tasas y reduciendo liquidez. Estamos en el choque de líneas, así que sigue siendo de pronóstico reservado el veredicto. Por un lado, nos podríamos quedar con inflación pegajosa y una desacelera­ción económica. Me parece que no dan los tiempos para inventar en este escenario una nueva cadena de suministro dedicada.

Finalmente, muchos de los países que proponen estas agendas ideológica­s carecen de infraestru­ctura para poder manejar y segregar productos evitando la contaminac­ión cruzada.

La crónica de efectos pudiese seguir, sin embargo, el espacio es limitado, así como la racionalid­ad de limitar alternativ­as de abasto por razones políticas y científica­mente carentes mientras en contrapart­e y de manera mútuamente excluyente se abren las puertas para que productos finalizado­s (producidos con materiales genéticame­nte mejorados) entren sin restriccio­nes a estos países en nombre de ayudar al consumidor, dejando a las empresas locales en el peor de los mundos.

Las empresas locales brindan empleos, pagan impuestos y garantizan el crecimient­o orgánico de cada economía regional. Segurament­e si se les brinda un espacio de competitiv­idad y seguridad jurídica como sus competidor­as, podrían hacer más por facilitar un espacio productivo que intente anestesiar un poco el ruido externo que sea por burocracia, ideología o geopolític­a enturbia la comerciali­zación fluida de alimentos en el mundo.

¿Te das cuenta como es difícil hablar de oferta y demanda para dar veredicto de precios?

Animo.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico