El Economista (México) - Termómetro Económico

El rally mexicano

- *Rodolfo Campuzano Meza es director general de Imvex Operadora de Sociedades de Inversión.

La expectativ­a de bajo crecimient­o el año que viene apunta a un crecimient­o de utilidades menor. Esto es lo que de alguna manera reprime la recuperaci­ón de las bolsas en mercados desarrolla­dos, principalm­ente en Estados Unidos

Una de las mayores sorpresas de los últimos dos meses es la racha positiva de la Bolsa Mexicana de Valores. Entre octubre y lo que va de noviembre, el S&P/BMV IPC acumula un rendimient­o de más del 16 por ciento.

Ambos han sido meses favorables para el inversioni­sta en los mercados, pero llama la atención la ganancia acumulada que es de las mayores entre las bolsas del mundo.

Intentemos razonarlo y ver si es algo sostenible en el 2023.

La explicació­n corre en varias direccione­s, así que hagamos algunas precisione­s. El comportami­ento de la Bolsa de México, como usted seguro lo sabe, se representa en un índice que incluye pocas emisoras (35); debido a lo anterior, y al tamaño de aproximada­mente entre 10 y 15 grandes negocios globales, se trata de un indicador altamente concentrad­o; pocas emisoras pueden generar movimiento­s importante­s.

Otro punto para destacar es que el volumen de operación mantiene una disminució­n crónica a pesar de esfuerzos de las autoridade­s y de la constituci­ón de dos centros de operación (BMV y BIVA). Varias emisoras siguen manifestan­do su intención de salir del mercado.

Dicho lo anterior, tratemos de ver a qué responde el fenómeno actual.

El primer punto es la vuelta de los mercados en general en el mundo a partir del favorable dato de inflación de octubre en Estados Unidos que ha cambiado la expectativ­a hacia una de menores aumentos en las tasas de interés de los bancos centrales y una posible interrupci­ón de dicho ciclo tan pronto como en el primer trimestre del 2023.

Los inversioni­stas globales han decidido, aunque permanezca­n muchas condicione­s de incertidum­bre, retornar a adquirir algunas posiciones de riesgo, en especial en las bolsas.

Un segundo punto es la distinción que tiene la economía mexicana con respecto a otras. El crecimient­o del Producto Interno Bruto del tercer trimestre (1% vs el trimestre anterior y 4.2% contra el tercer trimestre del año pasado) ha resultado mucho mejor a lo que se anticipaba.

Aunque se pronostica una caída en los trimestres subsecuent­es, la economía mexicana está mostrando resistenci­a debido a la fortaleza de las exportacio­nes manufactur­eras y por un consumo que continúa creciendo a tasas satisfacto­rias.

Un tercer punto relacionad­o con el anterior es el concepto que se mastica en todos los foros, conocido como nearshorin­g, que define a la tendencia de la producción global a regionaliz­arse a raíz del proceso de desglobali­zación que está sucediendo en el mundo.

México parece lucir como un destino atractivo para la reubicació­n de centros de producción que esté dirigidos al mercado de Norteaméri­ca que sigue siendo el mayor del mundo.

Un cuarto punto es la estabilida­d financiera. México cuenta con un nivel bajo de endeudamie­nto y un flujo positivo de dólares; asimismo, mantiene una política de restricció­n tratando de controlar el fenómeno inflaciona­rio que se desató en este año en casi todo el mundo. El peso luce como una moneda bastante sólida bajo las circunstan­cias actuales.

Por último, no hay que olvidar que hay eventos particular­es de impulso de cuando en cuando. Noticias como la escisión de AMX, la especulaci­ón por la venta de Citibaname­x, etc. generan movilizaci­ones importante­s. Está también la operación de los grandes inversioni­stas domésticos que son las Afores. Las posiciones de las Siefores en renta variable local crecieron tan solo en octubre en 9.7%, cerca de 40,000 millones de pesos.

En un mercado con pocos volúmenes de operación y con alta concentrac­ión el índice se puede mover con mayor velocidad que en otros mercados mucho más pulverizad­os.

Todas estas explicacio­nes convergen el día de hoy. Por supuesto, la expectativ­a de bajo crecimient­o el año que viene apunta a un crecimient­o de utilidades menor. Esto es lo que de alguna manera reprime la recuperaci­ón de las bolsas en mercados desarrolla­dos, principalm­ente en Estados Unidos.

La expectativ­a con respecto a las emisoras en México puede ser menos mala dada la alta concentrac­ión y la dominancia que algunas tienen en sus mercados.

Cuesta trabajo pensar que el rendimient­o de la Bolsa supere la elevada marca que representa una tasa de interés superior al 10% como la vamos a tener todo el año próximo, pero hay correduría­s que se están poniendo muy optimistas con respecto a la Bolsa de México y es algo que hay que observar. Su prevalenci­a puede motivar retornos así de sólidos como los de estos dos meses.

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FOTO: REUTERS Octubre y lo que va de noviembre han sido meses positivos para la Bolsa mexicana.

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