El Economista (México) - Turismo
EL OASIS VERDE MADRILEÑO
Es mucho más que sólo el pulmón de la ciudad: aquí puede sentirse el pulso de los madrileños
Cuatro siglos de antigüedad han contribuido a aumentar la belleza natural e histórica del Parque de El Retiro
MADRID, España. Con más de 400 años, parece lógico que la palabra “retiro” esté integrada al nombre y esencia de este enorme parque, que, sin embargo, sigue siendo uno de los principales activos turísticos de la capital española.
Pulmón citadino, según el lugar común que refieren sus más de 15,000 árboles distribuidos por la verde piel que cubre 125 hectáreas; en este espacio, ubicado en el corazón de la urbe, se puede medir el pulso que va marcando la comunidad.
Y es que el Parque de El Retiro es la médula espinal donde se reúnen propios y extraños, jóvenes y ancianos, mujeres y hombres, perros y gatos, todos, dispuestos a hacer un alto en la rutina para disfrutar, cada día, la historia y vida que, parafraseando una famosa canción ochentera, aún pasa por la contigua Puerta de Alcalá.
Creados por Felipe IV, en el siglo XVII, como quinta de recreo para los reyes de la Casa de Austria, los entonces Jardines del Buen Retiro son hoy los labios que no dejan de narrar historias propias del anecdotario ibérico.
principales atractivos
Por sinuosos caminos que se conectan cual terminales nerviosas en el cuerpo se puede disfrutar del aroma que desprenden sus majestuosos jardines, como los del Parterre, de estilo afran-
cesado, con trazos geométricos y setos recortados; o los de Cecilio Rodríguez, con su elegante rosedal, compuesto por más de 4,000 flores.
Asimismo, se pueden llenar los oídos con los sonidos que hacen los pájaros que allí habitan, con las notas de los músicos urbanos que alegran las tardes y hasta con el correr del agua por fuentes deslumbrantes, como la de las Gaviotas, la de los Galápagos, la de la Alcachofa y la del Ángel Caído. Agua que, al igual que en el cuerpo humano, juega un papel muy importante en este terreno fértil, llenando de belleza los paisajes y de calma a los visitantes que gozan de una tranquila navegación sobre el Estanque Mayor, la joya de la corona en este espacio.
Igualmente bello y transparente se erige el Palacio de Cristal, por otro lado, que fuera creado para dar cabida a una muestra de plantas exóticas en la exposición de Filipinas de 1887
En el Parque de El Retiro se encuentra el árbol más viejo de Madrid: el ciprés calvo, un ahuehuete de más de 400 años que, se piensa, desciende del llamado árbol de la Noche Triste, bajo el cual lloró el conquistador Hernán Cortés.
y que hoy es uno de los principales ejemplos de la arquitectura del hierro en España, emulando unos ojos con los que se ve siempre el vaso medio lleno de arte y belleza, pues se exhiben allí, temporalmente, algunas colecciones de arte.
Y es que, además de todo, el Parque de El Retiro es esa mano talentosa que ha configurado un museo al aire libre, con piezas esculpidas por grandes genios, como las ubicadas en el Paseo de las Estatuas, dedicadas a los monarcas de España, mismas que no fueron colocadas en lo alto del Palacio, como se tenía pensado, por temor a que se terminaran cayendo, vencidas por su peso.
Esto es el Parque de El Retiro, memorial que no se olvida de los atentados del 11 de marzo y que con sus cuatro siglos de vida sigue construyendo el presente y mirando al futuro como pulmón, corazón y cerebro de los madrileños.