El Economista (México) - Turismo
TEMPORADA ALTA
Victoria Huertas, directora regional de Aerolíneas de Amadeus Latinoamérica, explica la maduración del modelo low cost en México
HASTA HACE POCO TIEMPO, las compañías aéreas en el mundo encajaban en dos categorías basadas en sus modelos de negocio. Por un lado, las aerolíneas tradicionales de “servicio completo”, y por otro, las compañías de bajo costo con una oferta más despojada y un modelo operativo simplificado.
Hoy en día, no es tan simple. A medida que las aerolíneas fueron explorando nuevas formas de asegurar el crecimiento y expandir su base de clientes, tanto a nivel nacional como internacional, comenzaron a evolucionar sus modelos de negocio, tecnología y, por supuesto, su oferta de productos, servicios y rutas aeroportuarias disponibles.
Así aparece un modelo híbrido, que combina de forma única el negocio de aerolíneas tradicionales con propuestas de bajo costo. En los próximos años, la industria clasificará los tipos de aerolíneas basándose en tres parámetros: opciones de productos y merchandising tales como comidas durante el vuelo, clase de cabina y salones, el nivel de servicio y comodidad y, finalmente, la conveniencia, a través de la sincronización de vuelos, la ubicación del aeropuerto y las posibles conexiones.
En este contexto, las aerolíneas de bajo costo han despegado con fuerza. Luego de haber probado su éxito en mercados aéreos robustos como Brasil, México y Colombia, hoy fijan su mirada en otros países. Pese a que entre el 2011 y el 2016 estas aerolíneas se hicieron con 53% del crecimiento de la actividad en la región (según datos de ALG), mercados como Argentina recién comienzan a advertir su llegada, con clientes que demandan tarifas más flexibles.
Para México, la llegada de aerolíneas de bajo costo ha significado un incremento récord en el número de pasajeros transportados por aerolíneas mexicanas. Únicamente en el 2016, éstas movilizaron a más de 80 millones de pasajeros, lo cual representó un incremento de 10% en tráfico para el sector.
Cuando hablamos de la “maduración” del modelo low cost en la región, debemos entender que no se trata solamente de la llegada de estas aerolíneas, sino de cómo la industria en general ha tenido que reinventarse para ir de la mano con dicha tendencia.
De acuerdo con cifras de la CAF, el tráfico aeroportuario se triplicará en los próximos 24 años y la región de Latinoamérica contará con cerca de 25 aeropuertos de clase mundial que permitirán el desplazamiento de más de 25 millones de pasajeros al año. En México, la necesidad de ampliar los puntos aeroportuarios ya es presente. Como ejemplos están la construcción del NAICM y el crecimiento del Aeropuerto Internacional del Bajío/Guanajuato.
A la luz de esas cifras y contexto, las aerolíneas que prosperarán serán las que ofrezcan el mejor servicio al cliente y experiencia en tecnología para innovar y posicionarse en un mercado estrechamente ligado a las expectativas del viajero. El llamado modelo low cost en la región tendrá mucho trabajo por hacer y desafíos por sortear, pero también un sinfín de oportunidades para seguir creciendo. Victoria Huertas es directora Regional de Aerolíneas, Amadeus Latinoamérica