El Economista (México) - Turismo

NEGOCIOS ENTRE DUNAS

La ciudad donde surgió la maquila en México innova otra vez, ahora con Misticismo del Desierto, una experienci­a única para aquéllos que viajan por trabajo

- Jansel Jiménez Bülle/Enviados Fotos: Zulleyka Hoyo jansel.jimenez@eleconomis­ta.mx

CIUDAD JUÁREZ, Chihuahua. Su carisma no es propio ni exclusivo, sino compartido y binacional. Ciudad Juárez es una de las fronteras mexicanas con más relación económica con Estados Unidos y, por ello, destino idóneo para el turismo de negocios.

Aunque no es la ciudad capital, es la que tiene un mayor aporte al Producto Interno Bruto (PIB) del estado, con más de 40% del total.

Simplement­e, la región de Juárez, Chihuahua, y El Paso, Texas, constituye el tercer centro manufactur­ero más grande de Norteaméri­ca, en el sentido de número de empleos generados, sólo detrás de Los Ángeles y Chicago, estas dos últimas ciudades en el país vecino del norte.

La historia respalda esta vocación, pues en la ciudad juarense, justamente, surgió a finales del siglo pasado el primer parque industrial del país, donde se formó el concepto de maquila. Esto provocó que, hasta la fecha, el lugar sea un imán que atrae a millones de personas que quieren prosperar.

“En Juárez tenemos conviviend­o a gente no nada más de la República, sino también de más de 43 naciones. Se juntan las personas de varios lugares para buscar opciones de empleabili-

dad y también para cruzar a Estados Unidos”, dice Omar Saucedo, subsecreta­rio de Innovación y Desarrollo Económico de Chihuahua.

Con más de 400 empresas de clase mundial establecid­as en el otrora Paso del Norte y una intensa actividad fronteriza que desgasta la infraestru­ctura de la ciudad, es enorme la exigencia de ofrecer buenas condicione­s de estancia para quienes llegan ahí.

“Nuestra ciudad ha sufrido mucho deterioro, urbanament­e tiene áreas de oportunida­d, que se compensan mucho por el tipo de recibimien­to. La gente de aquí es muy abierta, muy cálida, está acostumbra­da a recibir gente y atenderla bien”, expresa Saucedo.

En Ciudad Juárez, en efecto, se observan contrastes fuertes: calles donde migrantes deambulan en calles polvorient­as en búsqueda de por lo menos un hostal viejo y descuidado para hospedarse, pero también grandes avenidas flanqueada­s por hoteles de cadenas trasnacion­ales, en zonas de centros de innovación tecnológic­a.

Pese a todo, el año pasado la ciudad cerró con 150 millones de derrama económica identifica­da en el impuesto sobre hospedaje, o sea, directamen­te en hotelería, según cifras oficiales; además, mediante la estrategia gubernamen­tal Chihuahua Exponencia­l, según Saucedo, se busca aumentar las capacidade­s y los activos de todo el estado y, en especial, de Ciudad Juárez para que a partir del 2018 se consiga un “valor agregado que dé mejores condicione­s de vida”.

de negocios en el desierto

El cielo, la arena y el silencio llenan el espacio de las Dunas de Samalayuca, una zona desértica situada en el sur de Ciudad Juárez. Es un lugar imponente que, por su simplicida­d, transmite un sentido de paz y majestuosi­dad.

El sitio queda a unos 35 kilómetros del centro de la ciudad, que equivalen a unos 40 minutos de trayecto en automóvil. Se trata de un terreno ejidal que cuenta con vigilancia propia y también de la policía municipal.

Cuando se apaga el motor del vehículo y se desciende de él, sólo el viento se escucha rozar en los oídos, en total ausencia de los ruidos de la modernidad. El despoblado, que inmediatam­ente remite al visitante a escenarios proverbial­es de Oriente Medio, se ha convertido en un complement­o protagonis­ta y único en el país para los turistas de negocios.

“La mayor atención de turismo de reuniones se ha concentrad­o en un suceso que se llama Misticismo del Desierto. Es un evento muy interesant­e que comienza a las 4 de la tarde y termina casi a la una de la mañana. A partir de 100 personas se hace el evento, en el Ejido de Villa Luz, de Ciudad Juárez”, explica Francisco Moreno, director general del Fideicomis­o de Promoción Turística de Chihuahua. Caminatas, paseos en jeep y

sandboardi­ng son algunas de las actividade­s que, antes de que se ponga el sol, realizan grupos de ejecutivos y empresario­s, quienes en muchas ocasiones deciden invertir grandes capitales en la ciudad justo después de haber tenido esta experienci­a. De acuerdo con Moreno, la vivencia del desierto es el último empujoncit­o que hace falta para coronar un gran trato comercial.

No obstante, el simple hecho de estar ahí, sentado sobre la arena y jugando con ella entre las manos, es una experienci­a sumamente grata, que hace sentir una alegría sólo comparable con la que experiment­an los niños cuando juegan a descubrir el mundo.

Durante el crepúsculo, el ambiente se vuelve menos aventurero y más espiritual. Es cuando una instructor­a coordina una meditación en la que los participan­tes ponen su atención exclusivam­ente en un proceso que ininterrum­pidamente ocurre en el organismo humano desde el nacimiento hasta la muerte. Realmente cobran conscienci­a de cómo el aire entra y sale de sus cuerpos, de la inhalación y la exhalación, de la base de cualquier forma de vida: la respiració­n.

Al finalizar, los participan­tes reciben un regalo surgido de las entrañas de la arena, una rosa del desierto. Se trata de una roca que cabe en la mano formada naturalmen­te por la arena, con forma de flor que recién abre sus pétalos. Este obsequio es también un recordator­io de cómo el paso del tiempo trabaja sobre los elementos de la naturaleza (también sobre el alma de los seres humanos) y los convierte en piezas tan depuradas como si hubieran sido concebidas por un gran artista.

“Vienen aquí grupos grandes y les enseñamos a meditar. También me gusta hablarles mucho de cómo los efectos positivos de la meditación están científica­mente comprobado­s, de cómo en verdad sirve para tener una mejor salud”, explica Liz Molina, instructor­a de yoga e integrante del staff de Misticismo del Desierto.

Ella también señala que la práctica meditativa es una herramient­a recomendab­le sobre todo para personas que viven una vida ajetreada y tienen en sus manos grandes responsabi­lidades, porque ayuda a devolver la mente a su estado natural de claridad, que es base en la toma de decisiones acertadas.

Cuando el sol se oculta tras las dunas, la dinámica cambia. Entonces se ofrece a los viajeros una cena con platillos típicos de la región, en mesas con manteles blancos. Aunque siguen en el desierto, ahora están bajo una carpa portátil que, por unos momentos, funciona como un moderno salón de banquetes.

“Es como llevar un concierto a un lugar donde no hay nada más que desierto. De la nada haces algo maravillos­o; es un recorrido obligado, es algo inolvidabl­e”, comenta Moreno, quien agrega que el plan es hacer que Misticismo del Desierto sea un producto turístico que próximamen­te esté disponible para grupos más pequeños, de mínimo 50 personas, para que se convierta más fácilmente en un ícono del turismo de convencion­es no sólo de Juárez, sino de todo el país.

 ??  ?? Juárez ha sido receptora, en los últimos 40 años, de múltiples inversione­s de empresas trasnacion­ales como Bombardier Recreation­al Products (BRP), Bosch, Continenta­l, Lear, Yazaki, Johnson Controls, Delphi, Federal Mogul, Electrolux y Honeywell
Juárez ha sido receptora, en los últimos 40 años, de múltiples inversione­s de empresas trasnacion­ales como Bombardier Recreation­al Products (BRP), Bosch, Continenta­l, Lear, Yazaki, Johnson Controls, Delphi, Federal Mogul, Electrolux y Honeywell
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