El Economista (México) - Turismo
Si se cumplen los retos, México se puede promover por sí mismo
MÉXICO VIVIRÁ una nueva etapa en su historia, con un nuevo gobierno y un modelo económico alterno al neoliberalismo, en el que la austeridad será el centro del pensamiento combinado con las bondades de los mercados competitivos; la llamada cuarta transformación. Para saber cuáles serán los retos a los que se enfrentará la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, es necesario comprender que el turismo es una actividad económica satelital, que la hace depender de una serie de decisiones en otros ámbitos de la economía.
Si bien el turismo ha tenido un crecimiento inusitado en los más recientes años, los beneficios no se han detonado potencialmente, pues las comunidades aledañas a los destinos turísticos siguen marginadas, los salarios del sector son bajos, existe poca incorporación de las comunidades indígenas productoras de artesanías, y el acceso al turismo se sigue concentrando en el decil más alto de la población (65% en el 2016) con lo que continúa siendo un bien de lujo para los mexicanos pues solamente 29% de la población puede viajar. Este precisamente es uno de los retos, generar planes de turismo social a fin de que el segmento de bajos ingresos logre viajar y elevar no solamente el crecimiento económico del turismo sino del desarrollo económico del mismo.
El reto principal es por mucho el combate a la inseguridad ya que este factor explica la disminución en el crecimiento de la llegada de turistas internacionales hasta octubre del 2018 (6.5% versus 11.9% en el 2017).
Es imperante crear la Guardia Nacional tal como lo implementó Francia a raíz de los atentados terroristas, si bien aún no estamos —ni esperemos llegar— en ese nivel de inseguridad, es primordial que los turistas internacionales se sientan seguros.
Es notable que las policías están rebasadas en número y capacidades, por lo que se requiere una formación más capaz y competitiva que pueda detener la violencia. Esto generará un circulo virtuoso, al también disminuir las Advertencias de Viaje hacia México, nuestro país se podrá promover por sí mismo.
Tener recursos para la promoción si bien son necesarios, en el momento actual son ineficientes puesto que promover un destino inseguro de nada sirve o resulta muy costoso.
La alternativa de crear un sistema de aeropuertos como en las ciudades de Nueva York, Londres, Estambul, Moscú, etcétera, deberá resolver el problema de saturación y la demanda de turistas internacionales, que en seis años podría llegar a 60 millones.
Por último, la creación de infraestructura siempre es un detonador del crecimiento económico, por lo que no dudo que la construcción del Tren Maya generará un amplio mercado para el turismo internacional y mayor desarrollo económico para los estados y para México.
El actual gobierno recibe un país ubicado en el sexto lugar del ranking internacional en la llegada de turistas, cualquier disminución de esta posición podría ser vista como un deterioro de la actividad o un mal manejo administrativo del sector; sin embargo, se pronostica al menos un crecimiento de 4% en la llegada de visitantes internacionales en el 2019, ya se evaluará si nos permite sostener la posición actual, aunque creo que es más importante que el turismo sea detonador del desarrollo y no necesariamente que seamos el primer lugar.
Hazael Cerón Monroy es coordinador del CAIT y profesor del CIECAS-IPN.