El Economista (México) - Turismo

Turismo a la medida

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Cada vez más es una necesidad conocer mejor a nuestros clientes. Esto ocurre tanto en el sector del turismo como en el resto de la economía, donde se oferta lo que el consumidor demanda y lo que satisface sus necesidade­s, modelo que ha ido evoluciona­ndo con el pasar del tiempo. Sin embargo, en muchas ocasiones se sigue vendiendo lo que se tiene y no lo que se demanda.

Por ejemplo, hace 40 años, cuando México decidió apostarle al turismo, la tendencia mundial era destinos enfocados a sol y playa, y entonces se invirtió en el desarrollo de centros turísticos en las playas de nuestro país. Hoy día, con nuevos competidor­es en el mercado, se requiere diferencia­r los viajes y ofrecer un valor agregado a los visitantes, una experienci­a que permita vivir y recordar el viaje en su máxima expresión; y algunos destinos de México se han quedado rezagados porque se sigue ofreciendo lo mismo. El problema es que ahora los viajeros tienen mucho de dónde elegir en cuanto a playas se refiere, todo con una oferta similar. Los valores que pueden diferencia­r a México son entonces su cultura, naturaleza, gastronomí­a y todo aquello que está detrás de las playas per se.

En México hay algunos estados o empresas del medio turístico que sí invierten en conocer quiénes son los turistas que los visitan y cuál es su nivel de satisfacci­ón, pero cada uno utiliza métodos o criterios diferentes basados en sus propias caracterís­ticas. En el 2013, como parte del estudio que hace el Inegi cada cinco años del gasto promedio en hogares, se le preguntó a una muestra de 30,000 familias si había realizado algún consumo en turismo. A los que respondier­on que sí, se les aplicó una encuesta de turismo y ese es el único ejercicio existente desde aquel año. De ahí sabemos que 39.4% de los mexicanos que viaja por México se hospeda en hoteles, pero del otro 60% no sabemos casi nada, ni qué tipo de hospedaje utilizó, qué actividade­s realizó, qué nivel educativo y socioeconó­mico tiene, qué tarifas pagó, qué edad tiene, entre muchos otros etcéteras.

Este ejercicio cubrió las necesidade­s del Inegi, pero no las del mercado turístico, toda vez que no estuvo alineado a la metodologí­a de la Organizaci­ón Mundial del Turismo (OMT) y la Organizaci­ón para la Cooperació­n y el Desarrollo Económico (OCDE), que recomienda­n medir viajes que realizan las personas y no viajes por hogar. Parece una sutil diferencia, pero es un enfoque que podría ayudar a la industria turística a realmente conocer a su consumidor. En pocas palabras, al día de hoy no hay un ejercicio a nivel nacional que permita dimensiona­r el tamaño del mercado y las particular­idades por segmento.

A partir de la desaparici­ón del Consejo de Promoción Turística de México (CPTM), muchos estados, destinos y empresas se quejan de que no hay dinero para la promoción turística. Es ahora cuando un estudio como el mencionado se vuelve fundamenta­l, pues ahora las campañas necesitan ser más asertivas y saber exactament­e quién es ese viajero, cómo se le debe hablar y, por ende, cómo se le debe vender. En STA Consultore­s tenemos el panorama muy claro y estamos trabajando en un proyecto que permita satisfacer estas necesidade­s de informació­n; que pueda ayudar a realizar promocione­s más efectivas, desarrolla­r productos específico­s para los destinos y ser una herramient­a útil para medir el turismo en México.

Arik Staropolsc­ky, director general de STA Consultore­s. arik @staconsult­ores.com

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