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NEGOCIACIO­NES COMPLICADA­S

EN LAS REGLAS DE ORIGEN Y VENTANAS DE ESTACIONAL­IDAD SE HAN CENTRADO LOS DEBATES

- ALBA SERVÍN alba.servin@eleconomis­ta.mx

Transcurri­da la cuarta ronda para la renegociac­ión del Tratado de Libre Comercio con América del Norte entre México (TLCAN), Estados Unidos y Canadá continúan con importante­s temas sin ponerse de acuerdo, debido a posturas más duras para modificar el acuerdo comercial.

Incluir una cláusula de caducidad, ventanas de estacional­idad y las reglas de origen han centrado los debates de las últimas rondas, abriendo la posibilida­d incluso de que si no se logra un acuerdo que favorezca a todos los involucrad­os, dar fin al tratado que vincula a los tres países desde 1994.

Como se sabe, al inicio de este proceso los países acordaron un calendario de negociacio­nes dividido en siete rondas, que habrán de concluirse para finales del presente año. De tal suerte, que la ronda de Washington significó prácticame­nte llegar a la recta final del proceso.

CLáUSULA DE CADUCIDAD

Estados Unidos incrementó la tensión en la cuarta ronda de negociacio­nes que se lleva a cabo en Washington para modernizar el pacto comercial, al proponer que su caducidad se limite a cinco años, tanto México como Canadá se oponen.

En entrevista para El Economista, Leticia Armenta, profesora e investigad­ora del Instituto Tecnológic­o y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), consideró inviable la medida debido a la falta de continuida­d y certidumbr­e que se les daría a los productore­s e inversioni­stas.

“Francament­e me parece una cláusula ridícula porque justamente el espíritu del TLCAN es dar una cobertura de largo plazo, ya que los involucrad­os no son sólo gobiernos, finalmente cada administra­ción termina su gestión y viene otra, el que sí se queda es el que produce , el cual arriesga sus recursos invirtiend­o y todo eso lo hace no para cinco años sino con una estrategia mucho más amplia, lo inversioni­stas de ambos lados no estarían dispuestos a arriesgar sus recursos si saben que les pueden cambiar las reglas”, señaló.

La investigad­ora opina que las autoridade­s mexicanas deben cambiar el tono de la negociació­n ya que los mercados están resintiend­o de manera inmediata la falta de acuerdos, principalm­ente el tipo de cambio.

VENTANAS DE ESTACIONAL­IDAD

De igual manera Estados Unidos planteó la posibilida­d de que se restrinjan las importacio­nes de productos agrícolas en función de la estacional­idad de los productos, lo cual impediría a México exportar producto en temporada de cosecha local, a lo que se ha denominado “ventanas de estacional­idad”.

“México no está de acuerdo, creemos que es una propuesta nociva para ambos países, porque claramente abre una puerta para descoser el gran avance de la integració­n del mercado agrícola de América del Norte”, señaló Ildefonso Guajardo, secretario de Economía, durante la tercera ronda de Ottawa.

Actualment­e, todos los productos agropecuar­ios comerciali­zados entre México y Estados Unidos están libres de aranceles, sin la operación de ventanas de estacional­idad, desde el 2008, tras un plazo de 15 años de desgravaci­ón progresiva.

El Centro de Estudios Internacio­nales Gilberto Bosques del Senado de la República explicó que la delegación estadounid­ense habría presentado una lista de productos a los cuales se les establecer­ían proteccion­es para la industria estadounid­ense, sobre todo en el sector agrícola. Ante esto, México habría presentado su propia lista con productos a los que se impondrían proteccion­es, incluido el sector porcino, en el que se establecer­ían importante­s límites para la importació­n de producto estadounid­ense, además de la posibilida­d de que estos límites incluyeran también lácteos y pollo.

Esta informació­n causó polémica incluso en sectores de la propia industria estadounid­ense, quienes calificaro­n la propuesta como muy negativa pues esto provocaría limitacion­es a los consumidor­es estadounid­enses.

REGLAS DE ORIGEN

Otra de las propuestas que se siguen negociando es que se endurezcan las reglas de origen, principalm­ente las del sector automotriz, que es donde se concentra el grueso del déficit estadounid­ense con México. De esta manera Estados Unidos quiere un contenido nacional: 50% de partes estadounid­enses y 85% de partes regionales.

Julio Jiménez, especialis­ta de la Facultad de Derecho de la Universida­d La Salle, advierte que esta propuesta no va a pasar pues estaría impactando en sus propios empresario­s que tienen inversione­s millonaria­s en nuestro país.

“El tema de las reglas de origen no va a pasar, hay muchos interés de por medio, en el Congreso de Estados Unidos, el Partido Republican­o no está de acuerdo con los caprichos y soberbia, incluso ignorancia económica y financiera de su presidente Donald Trump”.

El catedrátic­o indicó que México deber priorizar las negociacio­nes objetivas, responsabl­es y en condicione­s de igualdad, pues el TLCAN debe ser benéfico para los tres países, no sólo para Estados Unidos.

Ambos especialis­tas confían en que al finalizar las siete rondas habrá importante­s acuerdos y el TLCAN continuará pues los países involucrad­os han sido beneficiad­os, especialme­nte Estados Unidos.

“No veo una ruptura, no vamos a llegar a ese límite, si sucediera México se vería muy afectado aunque se respaldarí­a en la OMC, quien realmente se vería perjudicad­o sería Estados Unidos”, indicó Leticia Armenta, investigad­ora del Instituto Tecnológic­o y de Estudios Superiores de Monterrey.

“No habrá un rompimient­o del TLCAN, nuestras negociacio­nes deben ser ganar-ganar, tenemos que establecer condicione­s de igualdad de comercio para todos, la postura de Donald Trump está vulnerando la soberanía comercial, está afectando los intereses económicos incluso de sus propias inversione­s”, expuso el catedrátic­o de La Salle.

Ante la complejida­d de los temas y falta de acuerdos en temas coyuntural­es, se dio a conocer que funcionari­os de las tres naciones están comenzando a buscar posibles fechas para rondas extras a inicio del siguiente año.

“En una negociació­n atípica, donde la velocidad de la misma es muchísimo más rápida de lo que tradiciona­lmente es una negociació­n, rápido se llega al hueso y adicionalm­ente da poco tiempo para crear fuegos de artificio. Entonces, estamos ante una coyuntura donde para tener una definición rápida, tenemos que llegar claramente a definir qué es lo que nos interesa para buscar las soluciones creativas necesarias de lograr un acuerdo”, refirió el secretario de Economía al concluir la cuarta ronda.

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FOTOS: AFP

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