El Economista (México) - Uniones
Las Uniones de Crédito, de cara al año 2021
SI BIEN EL SECTOR DE UNIONES DE CRÉDITO había mostrado un menor crecimiento en términos de volumen de su cartera desde finales del 2019 durante 2020 observamos que este efecto se acentuó principalmente como resultado de una menor actividad económica por la contingencia sanitaria ocasionada por el Covid-19 así como la consolidación del sector.
El factor común, entre las Uniones de Crédito que dominan el sector, fue una disminución en la colocación a excepción de las entidades financieras que operan con productos de primera necesidad, en este sentido, el deterioro económico a nivel nacional, así como un perfil de riesgo más conservador han sido los principales componentes que han afectado al comportamiento observado en la cartera.
Este comportamiento se puede percibir directamente en el menor número de socios acreditados y aunque también se ha observado una disminución en los socios ahorradores, estos han decrecido a un menor ritmo.
Dando continuidad a los socios ahorradores, como recordaremos, son comúnmente la principal fuente de fondeo para las Uniones, por lo cual resulta de vital importancia entender su comportamiento dentro de este entorno de volatilidad e incertidumbre actual.
En línea con lo anterior, hemos observado que las Uniones han logrado mantener el volumen de préstamos de los socios, sin embargo, la mezcla de estos préstamos se ha concentrado en el corto plazo, llegando a representar aproximadamente el 70.0% de los préstamos totales, situación que implica mayores esfuerzos para las Uniones en retener a sus socios así como posibles riesgos de liquidez.
Adicional a la liquidez, la caída de la colocación, en mayor magnitud a los préstamos comienza a presionar el margen en las Uniones, ya que la cartera y sus inversiones no logran compensar el costo de su fondeo y gasto administrativo que les permita mantener la misma rentabilidad que en periodos anteriores.
Por otra parte, la calidad de la cartera ha mostrado una tendencia a la baja, mostrando montos de cartera vencida que no se observaban en los últimos cinco años. Los dos sectores que se han visto más afectados son: construcción y servicios, los cuales son atendidos por algunas de las principales Uniones.
Asimismo, la contracción de la cartera intensifica el efecto de niveles de morosidad más elevados que en periodo anteriores. A pesar del deterioro en la calidad de la cartera, no se ha percibido un incremento en las estimaciones preventivas llevando a que el índice de cobertura se ubique en niveles inferiores a la unidad.
Si bien, la generación de estimaciones preventivas se encuentra apegada a metodologías empleadas por el sector, el incremento en los índices de morosidad así como la continua ola de contagios por el COVID-19, ha ocasionado el regreso a semáforo rojo en varias entidades del país, afectando la continuidad económica por lo que se podría esperar un incremento adicional en los niveles de la cartera vencida del sector y, con ello, la necesidad de generar estimaciones preventivas y, en alguno casos, la generación extraordinaria para absorber pérdidas de la cartera vencida actual disminuyendo sus niveles de capitalización.
Ángel
Director de instituciones financieras / ABS de HR Ratings