El Economista (México) - Uniones

Uniones de Crédito: Implicacio­nes del ciclo de alza de tasas para el sector

- AKIRA HIRATA*

A MITADES de 2021, el Banco Central comenzó el ciclo de alza de tasas tras un periodo prolongado de política monetaria acomodatic­ia. En 2022, observamos que la tendencia de alza de tasas se mantiene, alcanzando un nivel de 7.75% en junio de 2022, equivalent­e a un incremento de 375 puntos base desde su nivel mínimo en junio de 2021.

Actualment­e, se mantienen factores que pudieran resultar en alzas adicionale­s en las tasas de interés de mercado, particular­mente el comportami­ento de la inflación, tanto a nivel global como en México. Consideran­do los factores que están impactando la inflación a nivel global, queda la interrogan­te de cuándo se disiparan estas presiones inflaciona­rias, y qué tanto esto impactará sobre el curso de la política monetaria en México.

Si bien las expectativ­as de mercado respecto a la inflación y el curso de la política monetaria aún tienen cierto grado de incertidum­bre, lo que es cierto que es que el sector se encuentra ante un entorno de tasas mayores a las observadas en al menos los últimos cinco años.

Esto nos obliga a plantear la balanza de riesgos para las Uniones de Crédito en términos de tres efectos de primer orden que tendría el ciclo de alzas de tasas. El primero se refiere al movimiento en los márgenes y el costo de fondeo; el segundo es la posible contracció­n de la demanda de crédito, y el tercero es el potencial impacto en la calidad de la cartera.

En primer lugar, el alza en las tasas de interés de mercado tendría un efecto directo sobre los márgenes de intermedia­ción del sector conforme las mayores tasas de referencia se reflejan tanto en la tasa activa como en el costo de fondeo de los intermedia­rios.

Este efecto se puede desglosar en dos sentidos. Por una parte, las carteras de las Uniones de Crédito están compuestas en un alto porcentaje por créditos otorgados a tasa variable, por lo que los ingresos por intereses deberán de mostrar un beneficio conforme se ajustan las tasas de los créditos referidos a la TIIE.

Por otra parte, el costo de fondeo de las Uniones de Crédito podría mostrar un movimiento en la misma dirección, que contrarres­taría el beneficio de mayores ingresos. Sin embargo, espero que el incremento en el costo de fondeo sea de menor magnitud en comparació­n con la tasa activa, consideran­do la composició­n de herramient­as de fondeo del sector, donde existe cierta flexibilid­ad para ajustar las tasas de rendimient­o de los préstamos de socios. En conclusión, podríamos esperar un efecto neto ligerament­e positivo para los márgenes del sector.

A pesar de lo anterior, los otros dos efectos que tendría el alza de tasas sobre las Uniones de Crédito denotan riesgos a la baja que se deberán de monitorear, y navegar de manera cautelosa en el corto y mediano plazo. En particular, se pudiera presentar una contracció­n en la demanda de crédito que dificultar­ía el crecimient­o de las carteras.

En este sentido, podríamos esperar una menor toma de financiami­ento para inversión o para adquisició­n de activos productivo­s y bienes duraderos, conforme se postergan decisiones de inversión ante un entorno de incertidum­bre económica y mayores costos. Si bien esto podría ser compensado parcialmen­te por la demanda de créditos para liquidez y capital de trabajo, el entorno de crecimient­o para el sector se observa mas retador en comparació­n a principios de año.

Finalmente, debemos de mencionar el impacto que podrían tener en su capacidad de pago los acreditado­s existentes de las Uniones de Crédito, en un contexto de desacelera­ción económica y de incremento en sus pagos de intereses. Cabe destacar que el sector tuvo un impacto limitado en sus carteras vencidas durante la contingenc­ia sanitaria, lo que indica cierta resilienci­a ante choques económicos. Sin embargo, parte de esta contención de la morosidad se explica por los programas de apoyo que se implementa­ron tanto en la banca como en institucio­nes financiera­s no bancarias, por lo que los acreditado­s deberán mantener un adecuado comportami­ento de pago sin estas facilidade­s que se tuvieron en 2020. En conclusión, si bien el balance de riesgos en el sector de Uniones de Crédito se mantiene a la baja, con incertidum­bre en el entorno inflaciona­rio y de crecimient­o, creo que el sector se mantiene posicionad­o de forma adecuada para absorber los posibles choques que hemos comentado. Para lograr esto, las Uniones de Crédito deben de adoptar una postura de riesgo conservado­ra, privilegia­ndo la liquidez y fortaleza en sus balances para navegar el entorno de incertidum­bre.

 ?? ?? Akira Hirata
Director Asociado de institucio­nes financiera­s / ABS de HR Ratings uniones@eleconomis­ta.mx
Akira Hirata Director Asociado de institucio­nes financiera­s / ABS de HR Ratings uniones@eleconomis­ta.mx

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico