Adultos se sacuden caducidad laboral emprendiendo negocios
Con un gran cúmulo de experiencias de vida y de trabajo, los adultos y adultos mayores se lanzan a iniciar negocios y, aunque hay una brecha tecnológica, el contacto con los jóvenes les ayuda a superarla
EN HIDALGO, José Luis Encino, un ingeniero mecánico jubilado, buscaba apoyo para desarrollar el proyecto que había esbozado: una consultoría en la que jubilados y pensionados dieran capacitación y asesoría a empresas. En Monterrey, Faustino García y Alejandro Vives, ambos de 55 años, empujaban un firma de figuras artesanales desmontables. Era su segundo emprendimiento.
A diferencia del hidalguense, cuyo proyecto habría impacto a por lo menos 1,000 jubilados de haberse llevado a cabo, Talentino halló la ruta para desarrollarse en el mercado, al relacionarse con el sistema emprendedor nuevoleonés. La dupla García-Vives ahora es invitada recurrente a los encuentros de networking para compartir su experiencia.
HILVANANDO HISTORIAS
La vida de Faustino García ha sido un constante sube y baja. Con pocos estudios, pero con tesón, escaló puestos en el sector financiero. Al quedarse sin empleo, viajó a Europa donde ejerció diversos oficios: boticario, panadero, mayordomo. A pesar de sus nuevos conocimientos, no tuvo suerte a su regreso a la ciudad de México, por lo que se vio en la calle y sin dinero.
García se encontró con su viejo amigo, Alejandro Vives. Ambos se instalaron en Nuevo León, donde hicieron pan, que vendían en las calles. Ahí lo ve un conocido suyo, que lo llevó a trabajar al periódico El Norte y posteriormente al diario Reforma. Al cabo de algunos años, se va a la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), hasta que se quedó sin empleo nuevamente, en el 2012.
Retomó el negocio del pan, pero fue amenazado por delincuentes para dejarlo, así que en alianza con Vives crea Talentino, que confecciona figuras de ángeles y para nacimientos, desmontables y personalizados.
Los muñecos van dirigidos a los niños, aunque Faustino García aclara que no es para un mercado de masas. Su intención es colocarlos en Europa y Estados Unidos. Cada figura tiene un costo de 140 a 250 pesos.
A la fecha han vendido más de 1,000 juegos y su meta es colocar 10,000 para el 2023. Para lograrlo están en la incubadora de em- presas del Tec de Monterrey y participan en el programa Hecho en Monterrey. De momento se trata de un proyecto de autoempleo, pero Faustino García adelanta que trabajarán con artesanas de Chiapas, Guerrero y Oaxaca, a las que adquirirán textiles.
POR OPORTUNIDAD O NECESIDAD
Los que se sitúan entre los 45 y 65 años y pertenecen a la generación de los
tienen hambre de renovación. A nivel mundial, este grupo de la población emprende un negocio tanto como los de 18 a 24 años. En México, la tasa de emprendimiento activo de las personas de 45 a 54 años creció más de seis puntos entre el 2011 y el 2013; y 2.5 puntos aquélla del rango entre 55 y 64 años.
“La mayoría de los adultos mayores va más por el autoempleo. En algunas áreas les cuesta abrir su mente, desconfían. Emprender les sirve de terapia, hay quienes invierten su jubilación en un negocio, están física y mentalmente activos y quieren seguir generando ingresos”, explica Nancy Flores, directora de Capacitación de Emprendium, una incubadora de negocios para adultos.
Durante la incubación se hace énfasis en mercadotecnia y finanzas “porque quieren hacerlo todavía de la forma como ellos la vivieron. La tecnología también se les dificulta. Con ellos hacemos cuadernillos de trabajo; cuando los inversionistas nos piden los proyectos, nosotros pasamos (a computadora) los cuadernillos”, abunda.
La incubadora de negocios del Instituto de Capacitación, Evaluación y Certificación en Competencias para el Trabajo (ICECCT) de Nuevo León reportó que 80% de sus proyectos son de personas de más de 40 años, quienes perdieron sus trabajos.
Estar en contacto con jóvenes tiene sus ventajas para los emprendedores adultos, ya que genera la oportunidad de hacer alianzas.
“Los grupos tienen mucho contacto y algunos adultos mayores llegan a hacer alianzas con los jóvenes. Una de nuestras emprendedoras que vende palanquetas y dulces típicos mexicanos se alió con un joven que hace empaques y ahora los dulces se venden en canastas y eso hace más atractivo el producto. Ese tipo de alianzas se llegan a dar”, finaliza Nancy Flores.