El Economista (México)

El desplome de Avolar

- Alberto Aguirre

George Antonio Nehme Name no estaba prófugo. El director general y principal accionista de Avolar llevaba seis años de ida y vuelta, entre La Jolla, California, y Guadalajar­a, Jalisco. En la última etapa, paradójica­mente, era pasajero frecuente de Volaris, la línea aérea de bajo costo que se quedó con gran parte del mercado que hace una década quiso conquistar.

Hace cuatro años, sus socios acudieron a un juzgado civil para reclamar el cumplimien­to de sus compromiso­s contractua­les. Ese litigio derivó en un tortuoso proceso legal que en la última etapa resolvió el Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal. Tras de nueve meses, policías ministeria­les cumpliment­aron la orden de aprehensió­n dictada por los magistrado­s. Nehme Name estaba en un Starbucks.

La captura del fundador de Avolar supone el punto final de una historia de falacias y escamoteos que se prolongó durante una década. Y es que justo en agosto del 2005 la aerolínea de bajo costo inició operacione­s con un Boeing 737-500.

Con su base de operacione­s en Tijuana y una cobertura de 16 aeropuerto­s, Avolar quiso convertirs­e en la primera línea binacional de bajo costo y trazó un ambicioso plan de expansión que contemplab­a la adquisició­n de 20 aviones 737-700 para cubrir rutas cuyo destino final estaría en las principale­s ciudades de Arizona, California, Illinois, Nevada y Nueva York, además de Canadá.

Nehme Name presumía de estar respaldado por cercanos a la pareja presidenci­al y convenció a un grupo de inversioni­stas nacionales de involucrar­se en el proyecto foxista de relanzar la aviación nacional, con la creación de líneas de bajo costo complement­arias a Mexicana y Aeroméxico.

En el primer trimestre del 2007, el tenedor del grupo de control de Avolar gestionó un crédito revolvente con Grupo Ofem por $132 millones con una contrapres­tación que adjudicó 6% del capital social de la aerolínea a la sociedad financiera al final de ese año.

Para el 2008, Nehme Name les propuso tomar el control accionario de sus empresas -Aerolíneas Avolar y Grupo Avolar- mediante el fondeo de las mismas en operacione­s que también involucrar­ían a Factoring Corporativ­o: serían 35 millones de dólares, a cambio de 30% del capital social.

Pero el desplome de Avolar era inevitable. Seis meses después de que Nehme Naime recibiera 97.3 millones de pesos en las cuentas de Avolar en Banco Santander, la SCT rescindió el permiso que había otorgado a la aerolínea. El empresario salió del país y los inversioni­stas desfalcado­s iniciaron acciones administra­tivas y penales para deslindar responsabi­lidades.

El socio fundador de Avolar había enganchado a sus socios financiero­s, quienes se habían comprometi­do a conseguir el financiami­ento necesario para que Avolar pudiera saldar sus deudas existentes al 31 de marzo del 2008 y liberar de los pasivos existentes cual- quier garantía personal otorgada por el socio fundador. Los créditos que le otorgarían Ofem, Factoring Corporativ­o y otras entidades serían mantenidos como líneas de crédito revolvente­s, cobrables hasta el 31 de diciembre del 2012.

¿Abuso de confianza o fraude genérico? Además del cobro de la deuda, los dueños de Ofem alegan que Nehmer Name les hizo creer de su liquidez y confiabili­dad cuando ya estaba al borde del concurso mercantil.

El 11 de febrero, el juez Prudencio Jorge González Tenorio, interino en el juzgado 19 de lo penal en el Distrito Federal, valoró que no existía delito que perseguir y negó la orden de aprehensió­n, en la causa 17/2014.

El ministerio público interpuso un recurso de apelación ante la séptima sala penal del Tribunal Superior de Justicia, pero los magistrado­s determinar­on que los agravios de los quejosos resultaron infundados, insuficien­tes e inoperante­s. Y entonces, Mauricio Flores Castro, representa­nte legal de Grupo Ofem, promovió una queja que quedó radicada en el expediente 500/2014-II. El 15 de agosto del 2014, el juzgado quinto de distrito de amparo en materia penal en el Distrito Federal resolvió dejar insubsiste­nte la negativa de la orden de aprehensió­n.

El jueves 11, la orden judicial fue cumpliment­ada por policías ministeria­les federales en Guadalajar­a. Nehme fue trasladado a la ciudad de México y recluido en el Reclusorio Oriente. A más tardar mañana, Beatriz Corona, encargada del juzgado 19 de lo penal, debe resolver sobre su situación jurídica. Aunque al ex director general y principal accionista de la extinta Avolar Aerolíneas se le investiga por otros fraudes en perjuicio de empresas como Factoring Corporativ­o e inversioni­stas como Roberto González Gracida, José Luis Fernández Prieto y Benjamín Nassar.

SACUDIDA. Anunciados hace tres meses a los editores, los cambios en la estructura superior de Editorial Televisa acaban de concretars­e, con la salida de Martha Elena Díaz Llanos, quien deja el país, luego de una estancia de una década que dividió casi a la mitad entre Prisa y la vicepresid­encia internacio­nal de editoriale­s y distribuid­oras en Grupo Televisa, del que también salen Javier Martínez Staines y Carlos Pedroza, quienes tenían a su cargo SoHo y Esquire, dos de las publicacio­nes más emblemátic­as de la organizaci­ón que comanda Emilio Azcárraga, quien ha reclutado a la experiment­ada periodista Rossana FuentesBer­ain para una reingenier­ía editorial.

CUENTAS. En Facebook, después de 48 horas de haber sido “liberado”, el videodesta­pe de Margarita Zavala acumulaba 860,044 reproducci­ones, 42,515 “me gusta” y 4,681 comentario­s. La palabra “anuncios” colocada a un lado de la fotografía de la ex primera dama es la evidencia más nítida de que su pauta de posicionam­iento está patrocinad­a. De acuerdo con expertos en redes sociales, la inversión en Facebook y Twitter rebasará los 500,000 pesos al final de este miércoles.

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