Europa “no necesita” al FMI: Nikos Pappas
EL FONDO Monetario Internacional (FMI) no debería seguir participando en la ayuda financiera a Grecia, estimó Nikos Pappas, ministro de Estado griego, uno de los responsables de las negociaciones con los acreedores de Atenas.
“Soy de los que piensa que el FMI no debería estar en Europa. Espero que encontremos una solución sin su participación”, declaró el colaborador de Alexis Tsipras, primer ministro, al diario Ethnos.
Pappas estima que Europa “no necesita” esta institución basada en Washington, que tiene “una agenda unilateral y para nada europea”, y que el continente pue- de “seguir adelante sin ella y su dinero”.
El Fondo Monetario se asoció en el 2009 a la Unión Europea (UE) y al Banco Central Europeo (BCE) para poner en marcha un plan de asistencia financiera a Grecia, privada de acceso a los mercados debido a su enorme deuda pública.
El programa de ayuda, que previó 240,000 millones de euros en préstamos a cambio de una drástica austeridad y reformas, terminará con la UE a fines de este mes y con el FMI en marzo del 2016.
Grecia y sus acreedores, que negocian desde hace nueve meses un acuerdo para el desembolso de un tramo de ayuda de 7,200 millones de euros, han empezado a de- batir sobre una extensión del plan de ayuda europeo. Para Atenas, esta prolongación debe basarse en la recuperación económica del país y no en la austeridad, y debe combinarse con un aligeramiento de la deuda.
“El acuerdo debe contemplar unas disposiciones y una duración que fomenten la confianza. No puede ser de corto plazo y ali- mentar la incertidumbre”, indicó Pappas.
El ministro de Estado griego enumera los tres puntos propuestos por Atenas: en primer lugar, transferir la deuda de 27,000 millones de euros al BCE -una parte de la cual vence en breve-, al Mecanismo Europeo de Estabilidad, y oxigenar así las finanzas griegas; en segundo lugar, reestructurar la deuda con el FMI, y por último diseñar un plan de desarrollo económico para 2016-2021.
Estas propuestas, acompañadas de un ahorro presupuestario, fueron rechazadas por los acreedores. A la vez, los planteamientos de estos últimos son considerados “inaceptables” por los griegos.