Exportar no está en chino
Coliman, una pyme michoacana, ha aprovechado la demanda alimenticia de aguacate que hay en China
CON SUS 1,377 millones de consumidores potenciales, China se ha convertido en uno de los destinos preferidos para exportar. Olvidado por las grandes compañías —que eligen a Estados Unidos—, el gigante asiático es destino ideal para las pequeñas y medianas empresas (pymes) mexicanas, expone Jesús Valdés Díaz de Villegas, académico del Departamento de Estudios Empresariales de la Universidad Iberoamericana.
“El mercado es mucho más rentable para las pymes, porque van por sectores de nicho, si sus productos están acompañados de un concepto de innovación, que ofrezca alto valor a la población asiática, ingresarán sin problema”, agrega José Pedro Carreón Gutiérrez, director del Departamento de Economía y Negocios Internacionales en el Tecnológico de Monterrey.
El gobierno federal trabaja en incrementar la relación comercial bilateral. En octubre del 2014, cerca de 200 empresas asistieron a la 11 Feria Internacional China de la Pequeña y Mediana Empresa (CISMEF). Rolando Zubirán, director de Programas de Desarrollo Regional y Sectores Estratégicos del Inadem, indica que, como resultado, cuatro empresas establecieron relaciones de negocios.
México busca replicar casos como el de Coliman, empresa michoacana que exporta aguacate al gigante asiático. Desde el 2014 se ha colocado como la tercera firma exportadora nacional de este alimento a China. En el último año, “ha aumentado la demanda de aguacate —específicamente—, el producto mexicano se ha popularizado”, comenta Ignacio Moreno, contralor de la compañía.
Comparte que “el cliente chino quiere recibir aguacates completamente verdes, en México sabemos que el producto se consume cuando cambia a color oscuro y está suave; ellos ven esto como un defecto, no apto para comerse”.
Por ello, un estudio de mercado evitará pérdidas de tiempo y dinero para los empresarios. Por otro lado, las pymes que buscan conquistar China deben buscar mecanismos de posicionamiento, como un joint venture o socio local que distribuya el producto, un agente o intermediario, con una amplia lista de contactos, o a través del e-commerce.
Carreón Gutiérrez aclara que en China no existen entidades que regulen o persigan este tema, por lo que recomienda reservar los derechos de autor en temas de marcas, fórmulas y patentes, ya que “aplicar una demanda es muy difícil”.
JAPÓN, LA PUERTA A CHINA
Coliman comenzó exportando a Japón, donde un empresario de Hong Kong los contactó para enviar el aguacate a Shanghai, Beijing y Guangzhou, los mercados de frutas más grandes de China.
El producto es transportado vía marítima en empaque especial para conservar su color y consistencia. Esto implica tenerlo en refrigeración y con atmósfera controlada, como si el aguacate estuviera hibernando, indica Ingnacio Moreno.
Según el Banco Mundial, el transporte marítimo cuesta 823 dólares por un contenedor de 20 pies (33.20 m3), “lo más barato en el mercado” y tarda alrededor de 21 días en llegar a su destino final.
Una vez que la mercancía pisa suelo asiático, el importador chino paga un arancel de 25%, explica Ignacio Moreno. Este impuesto los pone en desventaja con el aguacate peruano que no paga arancel. En el 2015 se exportaron 13,200 toneladas de aguacate mexicano, más de 50% fueron enviados por Coliman.
Para ingresar productos mexicanos a China, es necesario contar con factura comercial, certificado de origen (donde se especifique el país procedente, datos del proveedor, valor del producto y su descripción), la fecha de producción y embalaje (en caso de ser materia prima).
También la declaración de aduanas y, en el caso de los productos agrícolas mexicanos, tener un código aduanal que los importadores chinos colocan para certificar la mercancía.
Si bien las relaciones comerciales México-China se están expandiendo, aún falta “mucho que hacer, mucho por conocer, para generar confianza entre la empresa mexicana y la empresa china”, establece Claudia Esteves, coordinadora de Asia y Medio Oriente de ProMéxico.
Los empresarios deben “tener un conocimiento del país, contar con un plan de negocios, tener claro lo que quieren y pueden lograr y pensar a largo plazo, nunca lograr algo de una sola vez, eso es lo más importante”, concluye la funcionaria.