En Jardines del Pedregal reubican ambulantaje, pero no lo erradican
EL AMBULANTAJE en la colonia Jardines del Pedregal, en San Ángel, se ha incrementado en los últimos meses a raíz del cambio en las autoridades de la delegación Álvaro Obregón.
Los puestos fijos y semifijos se ubican en las calles y avenidas de la demarcación sin permiso formal, y no hay sin sanciones formales para los infractores.
Negocios que hace dos días funcionaban sobre avenida de las Fuentes fueron removidos ayer, apenas unos metros, y reubicados sobre avenida San Jerónimo, pero siguen invadiendo las banquetas para vender alimentos, sin solucionar el problema de fondo.
Y no sólo eso. Además de puestos callejeros, en las banquetas de Jardines del Pedregal, zona residencial y, en menor medida, de oficinas, diario se estacionan autos con comida —incluidos sus tanques de gas LP para cocinar— o con mercancías diversas, desde ropa hasta accesorios para telefonía, pero en cualquier caso estorban el paso de discapacitados, transeúntes, y de los vehículos sobre el arroyo.
Los dueños de esos negocios hacen acuerdos extralegales con funcionarios de la delegación como con las patrullas de la zona. Y son estas autoridades las que supervisan su reubicación temporal cuando hay alguna inconformidad por parte de los vecinos en la colonia.
Las principales vialidades en Jardines del Pedregal conectan con Ciudad Universitaria y Periférico Sur, donde los vehículos circulan con velocidades de entre 40 y 60 kilómetros por hora; con frecuencia el paso de esas unidades entran en conflicto con los peatones que se bajan al arroyo vehicular para sortear los puestos de comida.
Algunos pretendieron regularizar su actividad por medio de permisos especiales que la delegación Álvaro Obregón otorgaba a los vendedores ambulantes, pero las autorizaciones de carácter permanente están suspendidas.
Ante tal determinación, el ambulantaje se realiza en contubernio con los patrulleros que vigilan la colonia o funcionarios delegacionales, quienes acuden periódicamente para solicitar dinero a cambio de no retirar los puestos, admitieron varios informales.
Indicaron que la jefatura de la unidad departamental de vía pública de la delegación Álvaro Obregón no se ha aparecido por las calles del Pedregal de San Ángel desde hace años para realizar las inspecciones físicas requeridas para ejercer el comercio ambulante.
Por ello, los puestos que se instalan sobre las banquetas y los carros con mercancías que venden alimentos son irregulares y en vez de buscar legalizarlos y su reubicación, operan mediante el pago de cuotas a autoridades menores.
La zona del Pedregal de San Ángel está dividida en dos partes, una de ellas habitacional y otra comercial y de servicios; la reglamentación urbana permite construcciones de hasta ocho pisos, pero no tiene contemplados mercados o tianguis al aire libre.
El ambulantaje se rige por las normas del Centro de Servicios y Atención Ciudadana, del Programa de Reordenamiento del Comercio en Vía Pública y de la Unidad Departamental de Vía Pública.
Estas dependencias de la delegación deben tener un programa completo que involucre a los vecinos y a los negocios que se podrían autorizar, pero hasta ahora no hay un plan rector de este proyecto y los negocios se mantienen en la calle, empujando al peatón al arroyo vehicular.