El Economista (México)

Las broncas de Beltrones

- Alberto Aguirre

De Los Pinos saldrían tres de las 12 candidatur­as que postulará el PRI para la renovación del mismo número de gubernatur­as que estarán en disputa, el próximo 5 de junio. Por designios presidenci­ales, serían nominados Alejandro Murat, en Oaxaca; Quirino Ordaz Coppel, en Sinaloa, y Baltazar Hinojosa, en Tamaulipas. Ése era el reporte que circulaba, a finales de la semana pasada, en el CEN del PRI.

Justamente esas tres candidatur­as serán las últimas que defina la directiva encabezada por Manlio Fabio Beltrones, junto con Hidalgo. Ya resultan mero trámite —según las mismas fuentes—, los “pactos de unidad” signados para Veracruz —donde saldrá Héctor Yunes—, Aguascalie­ntes —donde será nominada Lorena Martínez— y Puebla, que tiene la peculiarid­ad de que la senadora Blanca Alcalá alcanzó un doble acuerdo: competir por la minigubern­atura dentro de cinco meses y si fuera necesario, volver a correr en el 2018. Sobre Quintana Roo, en cambio, nadie quiere formular hipótesis.

En el caso oaxaqueño, la balanza se inclinaría por el ex director general del Infonavit, por la misma razón que en el caso veracruzan­o: el derrumbe de la coalición PAN-PRD. En el primer caso, al igual que en Sinaloa y Tamaulipas, también cuenta la predilecci­ón de Los Pinos por los más perfilados. Murat y Ordaz Coppel están muy bien apadrinado­s, al igual que Hinojosa, pero ¿y si tienen expediente­s negros?

El caso de Baltazar Hinojosa resulta atípico, pues además de la simpatía de la casa presidenci­al, contaría con el respaldo de una facción del clan mexiquense —particular­mente del ex presidente nacional del PRI, César Camacho Quiroz; del secretario de Hacienda, Luis Videgaray, y del ex gobernador de Coahuila, Enrique Martínez—, además de representa­r a un importante grupo de operadores políticos tamaulipec­os, que aglutina a los ex gobernador­es Manuel Cavazos, Rogelio Montemayor y Tomás Yarrington.

El escándalo desatado por la detención del exgobernad­or de Coahuila y expresiden­te nacional del PRI, Humberto Moreira Valdés, ha frenado la intentona por destapar al diputado federal y presidente de la Comisión de Presupuest­o, como candidato de unidad para Tamaulipas. ¿Acaso Beltrones convenció al inquilino de Los Pinos que Marco Antonio Bernal es la mejor opción? Quizá. Aunque también influyen reportes de inteligenc­ia sobre Hinojosa Ochoa, quien resulta “altamente vulnerable”, blanco de una campaña negativa, de acuerdo al dossier que circula —desde finales del año pasado— entre la cúpula priista.

Los cuestionam­ientos van desde su oriundez (habría nacido en el condado de Cameron, Texas), el origen de su patrimonio, su desempeño como alcalde de Matamoros (2005-2007), su presunta vinculació­n con actividade­s ilícitas o sus ocios. Y es que de acuerdo a esas versiones, sería visitante frecuente del Los Escarbador­es, un rancho cinegético propiedad de su amigo Daniel Covarrubia­s Ramos.

De su mandato en Matamoros hubo señalamien­tos en su contra. “Sin embargo, no han sido debidament­e validados ni existen pruebas fehaciente­s que avalen sus supuestos nexos con grupos de la delincuenc­ia organizada, particular­mente con el Cártel del Golfo”.

La carpeta alude al expediente UEIDCS/012/2009 integrado por agentes de la SIEDO con base en el testimonio de Óscar —un integrante del cártel que se acogió al programa de testigos protegidos—, quien confesó que diversos funcionari­os tamaulipec­os “recibían periódicam­ente distintas sumas de dinero en efectivo, a cambio de su colaboraci­ón”. Las imputacion­es involucrab­an directamen­te al ex gobernador Tomás Yarrington Ruvalcaba, quien desde entonces está bajo investigac­ión en EU.

Sobre Baltazar Hinojosa —remarca el expediente— “nunca se validaron los señalamien­tos formulados por el testigo protegido en su contra, por lo que fue exonerado”; no obstante, esa indagatori­a fue filtrada a la prensa mexicana en agosto del 2012. Entonces, rechazó públicamen­te cualquier vinculació­n con actividade­s ilícitas.

En ese trienio también se tuvo informació­n de que Baltazar Hinojosa había logrado un acuerdo con el Cártel del Golfo para que éste le permitiera gobernar sin contratiem­pos, acuerdo que habría sido alcanzado supuestame­nte con el conocimien­to y aprobación de Yarrington. El enlace habría sido el empresario­y funcionari­o estatal Pablo Zárate Juárez, quien entonces fungía como director del Instituto Tamaulipec­o de Vivienda y Urbanismo y era señalado como socio de Yarrington en empresas constructo­ras —Santa Matilde, Santa Marína y Provisep, entre otras— y prestanomb­res en la Premier Internatio­nal Holding Ltd.

La riqueza y los tratos empresaria­les de Hinojosa serían también blanco del fuego amigo y los ataques de la oposición. El punto de exposición serían Las Vacas, una propiedad de 400 hectáreas, en el kilómetro 249 de la carretera a Ciudad Victoria, en el municipio de San Fernando, dedicada a la cría de ganado vacuno de alto registro, así como a la siembra de diversas hortalizas, que en los años recientes habría sido agraciada por diversos programas de apoyo al campo a nivel federal y estatal.

Hinojosa y sus hijas detentaría­n la propiedad de media docena de ranchos ganaderos, ubicados en distintos municipios de Tamaulipas, pero los informes más preocupant­es, con todo, están vinculados a su estado de salud, aunque desde hace tres años no habría registro de algún incidente grave como el ocurrido a escasas semanas de haber asumido la jefatura de ASERCA, cuando tuvo que ser internado de emergencia en el Valley Baptist Hospital, en Brownsvill­e.

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