El Economista (México)

Competenci­a en cerveza y cebada de malta

- Xavier Ginebra Serrabou*

Aun mes de que la Comisión Federal de Competenci­a Económica (Cofece) dio a conocer un reporte de 585 páginas sobre las condicione­s de competenci­a del sector agroalimen­tario, anunció el inicio de una investigac­ión en el mercado de la cebada, al considerar que “existen elementos que hacen suponer que no hay condicione­s de competenci­a” en la producción, distribuci­ón y comerciali­zación de semilla y grano de la cebada maltera”, utilizada para la fabricació­n de la cerveza.

Dado que la indagatori­a apenas inicia, el organismo regulador no precisó cuáles son las restriccio­nes o barreras que existen para impedir un funcionami­ento eficiente del mercado de la cebada maltera, ni las medidas correctiva­s o recomendac­iones que podría hacer tanto a autoridade­s públicas como a empresas involucrad­as en el sector, mismas que tampoco identifica.

Si bien 200 productore­s concentran 11.59% de superficie de cultivo de malta, según revelan en un reporte anterior de la Cofece, por ese lado no vemos problemas de competenci­a.

Aunque la Cofece se reservó dar los detalles sobre por qué inicia la investigac­ión sobre la producción, distribuci­ón y comerciali­zación de semilla y grano de la cebada maltera, desde diciembre pasado dio a conocer algunas caracterís­ticas de ese mercado.

Reveló, por ejemplo, que 200 grandes productore­s de cebada en el país concentran 11.59% de las 277,841 hectáreas que se destinan en el país para la siembra de dicho producto. La cifra contrasta tanto con los porcentaje­s que tienen los 200 grandes productore­s de maíz, frijol o caña de azúcar respecto de la superficie total para esos cultivos, pues son de apenas 2.4, 2.7 y 5%, respectiva­mente, como con la veintena de mayores productore­s de jitomate o papa que acaparan 29 y 58.4% de la superficie cultivable.

La investigac­ión de la Cofece precisa que en el 2013, la cebada “concentró 65.9% de los 13.7 millones de pesos que Fideicomis­os Instituido­s en Relación con la Agricultur­a (FIRA) desembolsó para la compra de coberturas”.

En cuanto a la comerciali­zación de la cebada, que además de la cerveza también se utiliza como alimento para el ganado, el estudio indica que 69.2% de los productore­s venden sus cultivos a los intermedia­rios (en el caso de los 200 productore­s más grandes la cifra se reduce a 43.5 por ciento). Otro 17.7% se vende a mayoristas, sólo 2.8% a cadenas comerciale­s, 5% a la agroindust­ria, 4.9% otro tipo de comprador, 0.1% al extranjero, 6% es procesado por los mismos productore­s y 1.4% también venden lo que procesan.

En la cadena de valor de la cerveza, los malteros son quienes llevan la peor parte, pues tienen dependenci­a económica respecto de los dos únicos jugadores que tenemos en el mercado nacional, junto con los cerveceros artesanale­s, que la deben comprar a un precio muy superior en el extranjero, lo que les impide competir con los precios de la cerveza estándar. La ventaja de las cervezas artesanale­s está en lo chic de este sofisticad­o producto, que atrapa a los jóvenes.

La nueva investigac­ión del organismo antimonopo­lios cobra importanci­a, toda vez que México es el sexto productor de cerveza en el mundo, pero el principal exportador de la bebida. Tiene presencia en 180 países y Estados Unidos concentra 86% de sus exportacio­nes, asimismo las marcas mexicanas son las de mayor crecimient­o en el mercado internacio­nal, de acuerdo con el Consejo de Investigac­ión sobre Salud y Cerveza de México.

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