Colima votó
En el marco de la elección extraordinaria del domingo pasado, más de la mitad de las y los colimenses acudieron a las urnas para elegir gobernador en su estado.
Se había anulado la contienda de junio y el Tribunal Electoral estableció en su sentencia que debía ser el INE quien organizara directamente los nuevos comicios locales y no el instituto de la propia entidad. Esto implicó, en los hechos, llevar a la práctica uno de los elementos torales que fueron parte de intensas discusiones cuando la reforma 2013 transformó al IFE en INE, el cual tiene qué ver con la posibilidad de que sea una autoridad nacional la que se encargue de competencias locales.
La nueva ley general reflejó los acuerdos sustantivos del Pacto por México y dispuso, en consecuencia, crear una autoridad electoral nacional, sin eliminar a las autoridades locales ni restarles autonomía, pero con un diseño jurídico que le permite al nuevo INE, por ejemplo, nombrar y remover consejeros y consejeras electorales de los institutos locales (a quienes antes designaban los grupos parlamentarios de partidos políticos en cada entidad) y, eventualmente, cuando se presentan causales específicas, también organizar directamente comicios locales o atraer parte de su organización.
Pero esta vez no fue a través de esas causales excepcionales, de atracción parcial o asunción total que establece la ley, que se estrenó la atribución de organizar una elección a gobernador en la historia del instituto, sino por sentencia (orden directa) del Tribunal.
Es la primera local para el INE desde su creación, pero no la primera vez que una autoridad electoral organiza a nivel central una competencia local. Lo había hecho el IFE de manera exitosa para elegir jefe de gobierno del Distrito Federal en 1997.
A la jornada en Colima llegamos con una lista nominal que permitía votar a 498, 867 personas, y fueron 281, 336 votos los que finalmente se emitieron (56.4%), además de 42 a través del voto en el extranjero.
La participación ciudadana no fue baja desde esa perspectiva, aunque sí frente a los comicios ordinarios en los que alcanzó poco más de 60%; pero ahí no sólo se elegía gobernador, había simultáneamente otros cargos electivos en juego y, siempre que hay concurrencia de comicios, se propicia un mayor flujo de votantes.
La geografía electoral de Colima tiene únicamente dos distritos (uno con cabecera en Colima capital y otro con cabecera en Manzanillo), lo que ha permitido desde hace algunos años que, cuando se presentan comicios federales coincidentes con los locales, exista un solo centro de votación, lo que hoy es regla general para el resto del país a través de la llamada casilla única.
Hubo incidentes reprobables antes de la jornada que impidieron instalar tres de las casillas, lo que afortunadamente es una cifra marginal que no impidió a las ciudadanas y ciudadanos ejercer su derecho a elegir en todo el estado. El domingo 17, lograron instalarse 900 de las 903 casillas que estaban previstas para recibir los votos y no hubo una sola que no tuviera, al menos, un representante de partido. En la gran mayoría, los representantes de las candidaturas que obtuvieron la mayor cantidad de votos estuvieron presentes, verificando la legalidad con la que se desarrolló el proceso de recepción y conteo de cada sufragio en el sentido en que se depositó en urnas transparentes. El PAN tuvo representación en 97.5% y el PRI en 99.8.
Al término de los cómputos distritales que se desahogaron el miércoles 20 de enero, las cifras registran 121,551 votos para la coalición PRI-PVEM-PT y NA (43.2%); 111,557 para el PAN (39.56%); 33,765 para el MC (12%); 5,171 para el PRD (1.84%); 2,318 para Morena (0.82%), y 1,278 para el PES (0.45%); además de 5,606 votos nulos (1.99%) y 90 de candidaturas no registradas (0.03 por ciento).
El candidato José Ignacio Peralta, de la coalición PRI-PVEM-PT y NA, tiene, en consecuencia y hasta este momento, una diferencia favorable de 9,994 votos (en los comicios ordinarios fue de apenas 500) frente al candidato Jorge Luis Preciado del PAN. La campaña fue tensa, como suelen serlo cuando se perfilan votaciones cerradas.
Fueron ciudadanos y ciudadanas colimenses quienes recibieron y contaron los votos y también quienes los emitieron para elegir gobierno. Las visiones diversas y las ofertas políticas requieren condiciones para hacerse valer y reflejarse en la representación popular; por ello nunca terminan del todo las reformas y los ajustes legales, porque es esa vía, la de las urnas y el voto libre, la única que ha demostrado siempre solvencia y legitimidad democrática, incluso en contextos polarizados.
*Consejero electoral del Instituto Nacional Electoral.