El Economista (México)

Ya quisieran los británicos la suerte de EU con su TLCAN

- Enrique Campos ecampos@eleconomis­ta.com.mx

Ya quisiera el Reino Unido la suerte de Estados Unidos de tener un acuerdo comercial como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) sin tener que cargar la obligación de la apertura migratoria, como sucede en la Unión Europea.

Si una mayoría de británicos optó por sacrificar la convenient­e membresía a la unidad europea, fue porque miles de migrantes legales han llegado a las islas británicas y han ocupado puestos laborales de manera legal, simplement­e con mostrar su pasaporte comunitari­o.

Es una fuerza laboral que ha resultado convenient­e para los empleadore­s británicos, porque han conseguido trabajador­es con altas calificaci­ones a precios más bajos por el aumento de la demanda laboral.

Evidenteme­nte, en sentido contrario, hay muchos nacidos en el reino de Isabel II que no encuentran trabajo y están seguros de que eso ocurre porque en el puesto que quieren hay un polaco o un español.

Eso fue lo negociado y aceptado por los británicos desde que decidieron firmar su integració­n a la Unión Europea. En esos momentos decidieron que no querían dejar el poder de su moneda, la libra esterlina, y se mantuviero­n fuera de la unidad monetaria del euro.

Si usted le pregunta al gobierno británico cuál es su escenario ideal ahora que están forzados a negociar el Brexit, le dirán que quisieran conservar el libre mercado intacto, con sus componente­s financiero­s y comerciale­s, pero sin el apartado de la libertad de tránsito.

Alemanes, franceses, italianos, españoles y el resto de los 27 socios de la unidad de Europa le responden al reino que ni lo sueñen, que tendrán que encontrar una nueva realidad donde el Reino Unido sea un socio privilegia­do de la Unión Europea, pero que reciba un trato de externo al club.

Ésta es una diferencia que no entiende Donald Trump, pero tampoco esos tantos millones de estadounid­enses que respaldan la idea de sacar a Estados Unidos del TLCAN; pueden tener la política migratoria que les plazca hacia México y al mismo tiempo gozan de las ventajas de tener un mercado tan importante como el mexicano.

A pesar de la autonomía energética que había conseguido Estados Unidos antes del derrumbe de los precios del petróleo, ese país tiene la puerta abierta al mercado energético mexicano. Una enorme avenida que han tenido siempre para contar con todo el petróleo que necesiten y ahora con acceso a invertir directamen­te en el sector.

No hay un acuerdo monetario entre ambos países, pero está claro que México tiene una política espejo a la que dicte la Reserva Federal de Estados Unidos.

Es verdad que puede haber más bancos españoles que estadounid­enses en el sistema mexicano, pero la mayor facturació­n de los mexicanos en moneda extranjera se hace en dólares.

Todo eso lo puede hacer Estados Unidos maltratand­o a los mexicanos trabajador­es en su territorio. Ahí está Barack Obama y sus millones de deportados, que con todo y eso nos tiene tan enamorados.

Ya quisieran los británicos tener tantas ventajas y tan pocas obligacion­es con sus vecinos.

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