Tecnología móvil. Mayor eficiencia, menos ahorro
El actual impulso para usar tecnología móvil en servicios financieros aún en los estratos más pobres todavía no llega a México con fuerza; no hay duda que en los próximos años se convertirá en una tendencia creciente. De ahí que sea relevante conocer los efectos que ha tenido el uso de tecnología móvil en grupos de ahorro y préstamo en otras latitudes. Un estudio reciente plantea un conjunto de interrogantes sumamente sugerentes que no tienen desperdicio. Cuestiona la hipótesis de que para los pobres la tecnología digital es la mejor opción. En pocas palabras, la digitalización puede romper la arquitectura social propia de los grupos de ahorro y afectar el comportamiento de ahorro. Ésta es una cuestión medular que no debe soslayarse. Pero, ¿cómo lo afecta?
Por el lado de las instituciones, hay amplia evidencia de que las innovaciones tecnológicas resultan atractivas: baja costos, eficientiza procesos, disminuye tiempo de captación y de colocación de crédito, etc. Del lado de los clientes, el estudio muestra varios efectos no previstos: la cohesión del grupo de ahorro se diluye; los ahorradores son más conscientes del costo de transacción; disminuye 20% tanto la frecuencia como el saldo de ahorro; se incrementa el crédito informal. Esto es particularmente más significativo en usuarios próximos a los centros de atención o sucursales; en cambio, para usuarios a mayor distancia de dichos centros, la tecnología no tuvo tales efectos negativos. Sin embargo, la individualización de los procesos gracias a la tecnología, al margen del grupo, incrementó la deserción y debilitó la fortaleza grupal.
En resumidas cuentas, estos hallazgos llevan a tener una mayor precaución ante la posible introducción de tecnología móvil con el objetivo de elevar el uso de servicios financieros. Es importante recordar que el comportamiento de los pobres es diferente al que tienen las clases medias y altas. Imaginar que se van a comportar igual ante una misma innovación lleva a cometer errores costosos económica y socialmente. Cuando la fortaleza de muchas organizaciones financieras populares radica en la arquitectura social basada en grupos de confianza y colaboración, innovaciones miméticas pueden debilitar esa arquitectura. De ahí que antes de ser introducidas, las innovaciones tecnológicas deben ser suficientemente aquilatadas y analizadas en función de los sujetos, sus tradiciones, sus patrones de comportamiento; así como probarse experimentalmente en pequeña escala; recoger información y datos duros que revelen su uso por diversos grupos de edad, ubicación, y tipo de operación.
En pocos años se irá imponiendo la tecnología en los servicios financieros para los excluidos. Este estudio muestra que la tecnología tiene efectos diversos para instituciones y para usuarios. Un efecto no deseado fue un comportamiento negativo con relación al ahorro; menos ahorro y menor frecuencia. Más grave es el riesgo que representa para los modelos basados en metodologías grupales. Por esto, será indispensable anticipar, en lo posible, los riesgos que trae consigo toda innovación para la metodología grupal y su arquitectura organizativa, así como crear mecanismos que disminuyan estos riesgos.