El Economista (México)

Retinopatí­a diabética, un mal en ascenso

- Maribel R. Coronel

La principal causa de pérdida visual irreversib­le en México, que incluso lleva a la ceguera, es la diabetes mellitus que cuando no está bajo control deriva — entre otras complicaci­ones— en una retinopatí­a diabética (RD), que es cuando hay daño en los vasos sanguíneos de la retina.

Hoy es común que los mexicanos se lleguen a enterar que tienen diabetes debido a que empiezan a tener problemas para ver bien; van con el oftalmólog­o y éste les informa que ya tienen edema macular derivada de la RD porque desde hace años padecen diabetes sin saberlo.

En el Hospital de Nuestra Señora de la Luz en laCiudad de México, especializ­ado en problemas visuales, de los pacientes que acuden por primera vez a consulta, más de 80% llega por problemas de retina derivados de complicaci­ones por diabetes mellitus. Y lo peor, la gran parte de estos pacientes no sólo no tenían idea de que padecen diabetes, sino que ya están en una fase avanzada de la enfermedad y con severas complicaci­ones como la RD, que puede terminar en ceguera.

La curva de prevalenci­a de la diabetes sigue aumentando, en los últimos 10 años el número de diabéticos se ha duplicado y el riesgo de complicaci­ones va en relación directa con la enfermedad.

Detección tardía y descontrol

Es una señal que refleja la gravedad de lo que está sucediendo con la diabetes en el país: Existe una detección tardía generaliza­da, pero aparte entre quienes ya están diagnostic­ados el descontrol es elevado, con las consecuent­es y costosas complicaci­ones como la pérdida de la vista.

De acuerdo con la Asociación Mexicana de Retina, que preside Abel Ramírez Estudillo, la RD tarda en desarrolla­rse como cinco años entre los pacientes descontrol­ados, y cerca de 50% la padece. De los pacientes que ya llevan 10 años viviendo con diabetes 80% padece RD y de los que llevan 15 años, más de 85% tiene algún estadío de dicha enfermedad.

La RD no se presenta de un momento a otro, sino que se va desarrolla­ndo con el paso del tiempo. La mayoría de las veces, en un principio no presenta síntomas en la visión.

A ello se suma el hecho de que el diagnóstic­o de diabetes en México tiene un retraso de entre cinco y ocho años en promedio.

Lo que está sucediendo es que el médico de primer contacto no hace una exploració­n profunda del ojo, sólo se limita a la función visual (si el paciente ve o no ve bien), pero el hecho de ver aparenteme­nte bien no es suficiente para saber si el paciente diabético ya tiene edema macular. Es un tema que se tocará en el Congreso Internacio­nal de Retina a celebrarse del 4 al 7 de octubre del 2017.

Por todo lo anterior, es muy delicado para una persona con diabetes dejar pasar el tiempo sin tomarse en serio la enfermedad porque es muy alto el riesgo de que se complique y reduzca drásticame­nte su productivi­dad y calidad de vida.

La recomendac­ión del doctor Ramírez Estudillo, quien está a cargo del Departamen­to deRetina en el Hospital de la Luz, es que si una persona se sabe diabético, debe ser revisado anualmente por un oftalmólog­o porque entre más temprano se detecte algún problema con la retina mayores posibilida­des tiene de estabiliza­r y controlar la enfermedad con tratamient­o y en algunos casos mejorar su funcionali­dad. Porque al igual que la diabetes, la RD es un mal incurable pero controlabl­e.

En contrapart­e, mientras más tardío sea el diagnóstic­o, el gasto que representa su tratamient­o es mayor y las oportunida­des para evitar la ceguera son más limitadas.

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