Canciller: México no pagará el muro
Jared Kushner le llamó para felicitarlo
SE TRATABA de la primera comparecencia mediática de Luis Videgaray como secretario de Relaciones Exteriores. Con seguridad en sus palabras, pero con un lenguaje no verbal en transición, del técnico al diplomático, Videgaray reveló a Carlos Loret de Mola en Televisa que “jamás (…) nunca me lo hubiera imaginado”, el hecho de que su vida hubiera quedado marcada por Donald Trump. Quizá, para encausar su mensaje sobre el carril diplomático, Videgaray citó a uno de los tótems de la diplomacia mexicana, Fernando Solana: que el trabajo sea “estimulante”, “útil a México” y “donde aprenda”. Así se quitó de encima el bautizo que le dieron sus críticos al llegar a la torre de avenida Juárez, la humildad en su intento de aprender del mundo diplomático.
Fue la visita del candidato republicano a Los Pinos el último día de agosto la que detonó un terremoto político con epicentro en Videgaray. ¿Lo volvería a hacer?, preguntó Loret. “Sí, pero de manera diferente”. Fue precipitada y mal organizada. Lo reconoció.
La visita era necesaria: “Al convertirse en candidato (Trump), es un hecho que existía un riesgo relevante de no tener puentes”, dijo el canciller. Cuando el nombre mágico de Jared Kushner fue pronunciado por Loret, a Videgaray le regresaron los gestos que utilizaba cuando se desempeñaba como secretario de Hacienda. El yerno, y próxima mano derecha del presidente de Estados Unidos en el Despacho Oval, le llamó por teléfono para felicitarlo por su nombramiento como canciller. Misión cumplida.
El anatema de Peña Nieto y la amenaza que contribuyó al triunfo de Trump fue analizada: el muro. La bomba que amenaza a la relación bilateral. “Por dignidad” no lo pagará México, dijo Videgaray.
Quien conoce a Videgaray le llamó la atención un ángulo desconocido en él: el humano. Después de presentar su renuncia, “por congruencia”, al presidente Peña “recibí el afecto de mi esposa e hijos”. Fue el primero de dos cambios indefectibles en Videgaray que reveló a Loret. El segundo: ¿quiere ser presidente?, pregunta Loret. No. El entorno revela honestidad en su respuesta. La crisis del país no permite pensar más allá de febrero del 2017. Así fue la primera de las pocas interlocuciones que acostumbra tener Videgaray. (Redacción)