Stephen Bannon, el guionista del odio
Es el asesor de mayor influencia sobre Donald Trump en temas de política exterior y seguridad
Stephen Bannon es uno de los hemisferios cerebrales de Donald Trump. Durante las primeras horas de gobierno del presidente de Estados Unidos, el pensamiento de Bannon se ha podido observar a través de dos órdenes ejecutivas: la que se refiere al muro fronterizo, y la que mayor polémica ha generado al día de hoy: el cierre de fronteras estadounidenses para personas con nacionalidad iraquí, iraní, somalí, yemenita, libia, siria y sudaní.
Trump ha convertido a Bannon en algo más que fuente de pensamiento. Es su alter ego. Su guía que le dará “luz” en temas torales durante su gobierno.
Al convertirse en consejero de Seguridad Nacional, Bannon cierra un poderoso triángulo ideológico de influencia sobre el presidente: política exterior, lucha antiterrorista y seguridad nacional. Nadie tendrá mayor influencia en esos tres temas sobre el presidente Trump como Bannon.
Trump está aprovechando que aún no han sido ratificados varios de sus secretarios, como los de Estado (Rex Tillerson) y Comercio (Wilbur Ross), para fijar coordenadas de su gobierno, y en Bannon ha encontrado a su mejor consejero: ya hizo enojar a varias naciones del mundo. Ya generó una nueva confrontación con el gobierno del presidente Peña Nieto. Bannon decidió eliminar del comunicado conjunto la promesa de no volver a hablar en público sobre el muro. Jeff Sessions rompió la “promesa” en menos de 48 horas.
El primer antagonista con el que probablemente se encontrará Bannon es Jared Kushner. Trump jugará el rol de árbitro: atemperar los rasgos antiisraelíes de Bannon para que su yerno Kushner no responda las provocaciones.
También será interesante conocer el debate que sostendrá Tillerson con Bannon, sobre todo al tomar decisiones estratégicas durante casos complejos sobre Oriente Medio y Rusia.
Durante la campaña, Trump sostuvo una reunión con el equipo editorial del New York Times. Entre varios de sus comentarios, llamó la atención uno: a los periodistas les dijo que su periódico era similar al portal de Bannon: Breitbar News. Una página sensacionalista, de noticias falsas y de especulaciones. No es difícil imaginar las caras de los periodistas.
El 30 de abril del año pasado, cuando Bannon todavía dirigía el portal Breitbar News, dedicó una nota sobre México: “No son inmigrantes, son colonos”, decía la cabeza. “Primero México ha sido un lema político del gobierno del presidente Peña Nieto (…) Sin embargo, cuando Donald Trump aboga por Estados Unidos primero, es denunciado por expertos por demagogo y nativismo”.
Bannon pasará a la historia como el autor intelectual de la primera guerra en la era Trump, la cultural. La estigmatización sobre los musulmanes recae en países como Irak e Irán pero no en aquellos donde Donald Trump tiene negocios. Al principio de siglo, se decía que en los países donde existiera por lo menos un restaurante McDonald’s, el ejército estadounidense nunca lanzaría un misil. Ahora los intereses han cambiando. Donald Trump no ordenará un solo ataque militar a los países con quienes mantenga intereses empresariales.
Pronto firmará un decreto para acabar con el Estado Islámico. No quiero ver la estrategia propuesta por Bannon.