Laurean a Sarukán por su labor en la ecología
El científico y exrector de la UNAM creó hace 25 años la Comisión Nacional para el Conocimiento y uso de la Biodiversidad
AL DOCTOR José Sarukhán Kermez se le reconoce por haber sido rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y por haber fundado el Instituto de Investigación de Ecología, el doctorado en Ecología así como el Museo de la Ciencia de la UNAM, Universum, el primero en su tipo en América Latina. Sin embargo, salvar la biodiversidad en los ecosistemas de México a través del fortalecimiento institucional se convirtió en su principal inspiracióny es por ello que hoy es galardonado con el premio Tyler por Logro Ambiental 2017, nombrado por algunos como el Nobel de medio ambiente.
Sarukhán ha publicado en prácticamente todas las revistas científicas más reconocidas; ha recibido el grado de doctor honoris causa de 10 universidades del mundo y fue el primer mexicano en ser nombrado miembro extranjero de la Royal Society de Inglaterra, pero, para el biólogo y ecólogo, la Comisión Nacional Para el Conocimiento y uso de la Biodiversidad (Conabio) es y será uno de sus mayores logros.
En el gobierno de Carlos Salinas de Gortari se vivió un momento crítico cuando las selvas húmedas empezaron a extinguirse debido a la deforestación extensiva. En ese momento el mandatario acudió al científico para pedirle su apoyo y demostrar que el país estaba preocupado por sus recursos naturales. Fue entonces cuando Sarukhán ideó una institución enfocada exclusivamente a la biodiversidad, un proyecto pionero a nivel mundial.
25 años después, la Conabio es una institución poderosa, con un presupuesto anual de más de 20 millones de dólares. Gestiona la mayor base de datos de biodiversidad nacional accesible electrónicamente en el mundo, con más de 11.2 millones de especímenes, y es un participante obligatorio en las decisiones relacionadas con las políticas mexicanas de protección medioambiental, silvicultura, pesca, agricultura y políticas internacionales.
Hoy los ecosistemas de México tienen una supervisión institucional que protege activamente su biodiversidad; tal ha sido su éxito que incluso el consejo asesor del expresidente Barack Obama recomendó que fuera usado como modelo para Estados Unidos. “Él sabía que salvar la biodiversidad en los ecosistemas de México requeriría mucho más que ciencia excelente”, así lo expresó la presidenta del comité ejecutivo del Premio Tyler, Julia Marton-Lefèvre, quien aseguró que este galardón es por identificar un problema científico y crear una solución que fue insertada en las leyes y regulaciones de su país.
El doctor Sarukhán dijo sentirse “honrado y humilde” ante el premio y atribuyó su responsabilidad social a sus mentores, el eminente biólogo Arturo Gómez-Pompa (también laureado con el Tyler) y el botánico Efraim Hernández Xolocotzi.
Aseguró que “los científicos deben hacer que la gente tenga conciencia de las implicaciones que la investigación tiene en las áreas que la rodean y sobre su propia salud. Creo que el mundo académico tiene un contrato con la sociedad de alzar la voz si la información no está siendo usada de la forma debida, quizás debido a razones políti-
cas o económicas. Sé que no todo el mundo tiene la disposición para hacer ese tipo de trabajo, pero, si uno siente que puede ejercer este papel, que puede ser llamado activismo o política, creo que uno tiene que ejercerlo.
“Los científicos deben defender un principio fundamental: la humanidad no puede avanzar si los gobiernos pretenden no conocer o no basarse sobre los hechos y la
ciencia”, agregó.
SOBRE EL PREMIO TYLER
Fue establecido en 1973 por John y Alice Tyler. Hoy es otorgado por su comité ejecutivo internacional con apoyo de la Universidad del Sur de California. Premia la ciencia medioambiental, salud y energía medioambiental. Los galardonados abarcan políticas y salud ambiental, contaminación del aire y el agua, perturbación y pérdida de biodiversidad, energía y recursos.
El doctor Sarukhán será premiado en Washington el 4 de mayo, recibirá 200,000 dólares y una medalla conmemorativa. Anteriormente lo ganaron la experta en primates Jane Goodal y el biólogo especialista en la comunicación de las hormigas, Edward Osborne Wilson.
Los científicos deben defender que la humanidad no puede avanzar si los gobiernos pretenden no conocer o no basarse sobre hechos y ciencia”. José Sarukhán Kermez,
creador de la Conabio.