La banca en la sombra: hora de salir de la oscuridad
Se refiere a cualquier financiamiento o intermediación realizada por entidades financieras que se encuentran total o parcialmente fuera del sistema bancario
Shadow banking
La avalancha de regulación bancaria ha tenido como efecto colateral el mayor crecimiento de la banca en la sombra. Esta actividad se ha visto favorecida por una regulación y supervisión más laxas, de hecho, no existen unas uniformes a nivel internacional, ni un marco macroprudencial transparente y exhaustivo. Como consecuencia, los riesgos del sistema financiero podrían estar transfiriéndose desde el sector bancario al sector en la sombra, y es ahí donde se debe poner foco, para evitar nuevos episodios de riesgo sistémico. Sigue siendo una asignatura pendiente de la reforma regulatoria global iniciada en la Cumbre del G-20 de Washington en el 2008.
¿Qué debemos entender por banca en la sombra? Con carácter general, se considera shadow banking cualquier financiamiento o intermediación crediticia realizada por entidades financieras, infraestructuras o plataformas que se encuentran total o parcialmente fuera del sistema bancario habitual. Esta actividad llegó a representar en el 2014 cerca de 40% del total de los activos del sistema financiero global, según el Consejo de Estabilidad Financiera. La fragmentación y la heterogeneidad son atributos de este universo no bancario, que además se caracteriza por un elevado apalancamiento y una fuerte dependencia del financiamiento a corto plazo.
Algunos ejemplos de banca en la sombra son: la gestión de vehículos de inversión colectiva, los vehículos de titulización, los hedge funds, las compañías financieras de leasing y de crédito al consumo. Además, desde hace algún tiempo las actividades de crowdfunding y los préstamos peer-to-peer han venido ganando relevancia.
La banca en la sombra puede ser una herramienta muy útil para complementar al sector bancario en la concesión de crédito, especialmente en Europa, donde aproximadamente dos tercios del financiamiento de la economía procede de las entidades bancarias. El financiamiento no bancario también puede contribuir a mejorar la competitividad de la economía europea, promoviendo la competencia, la innovación y el crecimiento económico. La proliferación de plataformas digitales es un ejemplo de fuente de financiamiento para nuevas ideas y proyectos. Otra bondad de esta actividad es que, en caso de default de una entidad en la sombra, se simplificaría la absorción de pérdidas, ya que serían los inversionistas los que tendrían que absorberlas. Igualmente, permite reducir los costos gracias a una menor intermediación y una mayor competencia.
Ahora bien, la banca en la sombra reduce la disciplina de mercado y contribuye a exacerbar la prociclicidad debido a su elevada dependencia del financiamiento a corto plazo. Los agentes tienden a aprovechar el arbitraje regulatorio, proliferando actores yactividades que explotan las ventajas de operar en la sombra. Si no se regula y supervisa de manera adecuada, se pueden acumular nuevos desequilibrios con impacto negativo en el sistema financieroy laeconomía real. Un ejemplo es lo sucedido en la mayor plataforma china de préstamos peerto-peer, en la que los directivos utilizaron dinero de los inversionistas para enriquecerse ellos mismos.
Ello pone de manifiesto dos cosas esenciales: que el cliente debe conocer los riesgos de esta actividad y que existe la necesidad de desarrollar una regulación que favorezca una actividad en un entorno de mercado, transparente, y con unas garantías mínimas para los inversionistas. Los consumidores mejorarían con ganancias de eficiencia, vía precios, al acceder a más servicios financieros y más competitivos. Las entidades financieras podrían diversificar y disminuir sus riesgos gracias a la igualdad de condiciones entre los bancos y no bancos.
A modo de conclusión, es necesario un enfoque prospectivo y basado en reglas que permita transformar la banca en la sombra en una actividad transparente y resiliente. Es importante enfatizar que no se trata de aplicar directamente -y tal cual- las medidas ya existentes para los bancos a los no bancos. Sino que es preciso un marco que tenga en cuenta las especificidades de la banca en la sombra y que, al mismo tiempo, proporcione las mismas reglas del juego para los mismos productos o servicios con independencia de quién los proporcione.
*BBVA Research