El Economista (México)

La Fed mantiene opcionalid­ad

- Joaquín López-Dóriga O.

El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por su sigla en inglés) concluyó su segunda reunión de política monetaria del 2017 el día de ayer, anunciando un incremento de 0.25% en la tasa de interés de referencia para ubicarla en 1 por ciento. El movimiento —que constituye apenas el tercer incremento en más de 10 años— estaba ampliament­e descontado por el mercado tras una ardua labor de comunicaci­ón durante las últimas semanas por parte de los miembros del FOMC, ya que hace un mes el incremento se veía poco probable por los mercados.

Dado que el movimiento estaba descontado, la atención de los mercados estaba enfocada en el comunicado y la conferenci­a de prensa en búsqueda de señales sobre incremento­s adicionale­s para el resto del año. Vale la pena recordar que, en la reunión de diciembre, la Reserva Federal (Fed) transmitió, a través de la publicació­n del dot plot, una expectativ­a de tres alzas de un cuarto de punto cada una durante el 2017.

En esta ocasión, el mercado estaba muy atento a la nueva publicació­n del dot chart o gráfica de puntos ante la presencia de una serie de factores que podrían abrir la puerta a una aceleració­n de la trayectori­a de alzas por parte de la Fed. Entre estos factores se encuentran: I) la robusta dinámica en el mercado laboral; II) el reciente repunte en la dinámica inflaciona­ria; III) la expectativ­a de un mayor impulso fiscal; y V) la posible llegada de los mercados accionario­s a un territorio de burbuja.

Sin embargo, el comunicado de prensa publicado por la Fed no presentó cambios sustancial­es con respecto al emitido en la reunión de febrero y la gráfica de puntos no mandó un cambio de señal en cuanto a la trayectori­a de posibles incremento­s para el 2017. Esto quiere decir que, a pesar del tono más restrictiv­o expresado durante las últimas semanas, por el momento, los miembros del FOMC mantienen como escenario base uno de incremento­s graduales de la tasa de fondeo durante el año.

En específico, se mantiene la señal de dos alzas adicionale­s en la tasa de referencia —de un cuarto de punto cada una— en lo que resta del año. A pesar de que la Fed reconoció una continua mejoría en la situación económica y, en particular en los índices de confianza del sector empresaria­l, y una dinámica inflaciona­ria que tiende a una mayor convergenc­ia con la meta de la Fed —después de años de estar por debajo de dicha meta— la postura de la Reserva sigue siendo gradual ante la incertidum­bre que hay sobre el rumbo de las decisiones de política económica —en particular la política fiscal y comercial— del nuevo gobierno.

Varios de los miembros del FOMC han declarado públicamen­te que si la nueva administra­ción persigue una política fiscal expansiva —caracteriz­ada por una reducción en los impuestos y un aumento en el gasto en infraestru­ctura— la probabilid­ad de mayores incremento­s en la tasa de referencia sube considerab­lemente. Aunque los mercados se han adelantado a descontar un impacto positivo en la economía de estos factores, el impacto real podría ser menor a lo anticipado y además demorarse hasta el 2018.

La Fed está consciente de que debe mantener una postura flexible ante el escenario de incertidum­bre de política económica pero también sabe que debe actuar de manera más agresiva si las expectativ­as inflaciona­rias se deterioran, lo cual no ha sucedido. Por lo pronto, la postura más acomodatic­ia de lo esperado por parte de la Fed contribuyó a un debilitami­ento del dólar frente a la mayoría de las monedas de sus socios comerciale­s, pero marcadamen­te ante monedas emergentes como el peso mexicano, que alcanzó su cotización más fuerte frente al dólar desde el día previo a las elecciones en Estados Unidos.

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