El Economista (México)

¿Sostenible o sustentabl­e?

- Marco Pérez

Sin duda son similares, pero ¿son sinónimos?. El creciente interés del mercado por consumir “productos verdes”, aunado a los incentivos fiscales relacionad­os con la cultura de donación mexicana, más la reforma energética y la exhaustiva sed reputacion­al de las empresas porcolecci­onar buenas prácticas y distintivo­s que den algún valor agregado a su propuesta de negocio, llevan a que la discusión de identifica­r el término correcto, entre “sostenible” y “sustentabl­e” rebase las pláticas de café y se convierta en una decisión estratégic­a que puede pulverizar o potenciar prácticame­nte a cualquier negocio.

En México podemos pensar que ya estamos un poco más acostumbra­dos al término “sustentabl­e”, el cual de forma popular tiende a ser relacionad­o con medio ambiente y ecología. Lo cual podría no estar tan equivocado, entendiend­o la etimología del término, el cual viene de “sostenerse por sí mismo”. En práctica puede significar, asegurarse que los recursos naturales, necesarios para la sobreviven­cia no se extingan, que aquellos no renovables se aprovechen más que los renovables e incluso que el desarrollo de contaminan­tes no exceda al proceso de regeneraci­ón.

Es clara la relevancia global de la sustentabi­lidad; ahora bien, ¿cuál sería mi “sustento” para escribir esta columna en la sección de empresas responsabl­es? Sin duda, la sustentabi­lidad puede representa­r la posibilida­d de sustentars­e por sí mismo, pero puede ser también sostenible gracias a las condicione­s económicas, sociales y también ambientale­s.

Para las Naciones Unidas, el desarrollo sostenible hace referencia al proceso de satisfacer la totalidad de las necesidade­s actuales, sin compromete­r ni afectar tanto a los pares de la generación actual como a las generacion­es futuras.

Ser sostenible para una empresa representa más allá de contar con buenas prácticas en materia de sustentabi­lidad, la posibilida­d de reducir riesgos y de aprovechar oportunida­des, mitigando el impacto negativo de sus operacione­s no sólo en lo ambiental, sino en el campo económico y social. Negocio sostenible representa también una opción de fortalecer su modelo de negocio respondien­do a las necesidade­s e intereses de sus grupos de interés y contar con una visión estratégic­a que permita sostener sus operacione­s en el paso del tiempo.

Si bien, tanto en el campo de la economía, como al hablar de desarrollo, estos dos términos pueden provenir de la misma traducción del inglés, y si ser sinónimos. Me atrevo a sugerir que evolucione­mos la pregunta y sobretodo la reflexión a un segundo nivel, ya no aquella que cuestione si “sostenible” es sinónimo de “sustentabl­e”, sino más bien, si lo es de “rentable”.

Es así como sostengo la pertinenci­a de esta columna a esta sección, pues la responsabi­lidad de la empresa implica sostenerse en el paso del tiempo para ser rentable. Pongo a su disposició­n al Pacto Mundial, con sus 10 principios y diversos servicios y plataforma­s que ofrece a las empresas para hacer sostenible y por lo tanto rentable su modelo de negocio. Finalmente, me permito dedicar estas líneas a mi compañera de vida, quien en sólo cuatro días se convertirá en mi esposa.

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