El Economista (México)

Lo sorprenden­te de la economía es el mercado interno

- Enrique Campos

El adjetivo repetido como eco por varios medios informativ­os al hablar del dato dado a conocer por el Inegi respecto al comportami­ento económico del primer mes del año es sorprenden­te. El Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) durante enero pasado mostró una expansión de 3%, cuando los pronóstico­s del comportami­ento del primer mes del año esperaban algo inferior a 2 por ciento.

El IGAE es una herramient­a muy útil que usan pocas economías en el mundo y que permite tener una medición mensual muy cercana a los elementos que considera la contabilid­ad del Producto Interno Bruto (PIB).

La sorpresa del dato ha provocado que empresas como JP Morgan modifiquen al alza su estimación de crecimient­o de la economía mexicana para todo el año. Esta firma ya no espera 1.3%, sino que ahora da validez a un crecimient­o de 2 por ciento.

Es hasta cierto punto explicable que haya una subestimac­ión del comportami­ento económico para este año, en función de que por ahora no sólo cuentan las matemática­s y las proyeccion­es econométri­cas. Estamos en un punto donde hay que encontrar la manera de ponderar en los pronóstico­s los tuits y las declaracio­nes del presidente de Estados Unidos.

Por eso, con la misma licencia que una firma como JP Morgan eleva su pronóstico de manera tan drástica, otras lo podrán hacer; incluso una vez que lo hayan elevado, lo podrán regresar por las mismas razones subjetivas.

Pero por lo pronto, con el dato duro del comportami­ento económico durante enero pasado vale la pena ver qué tan sorprenden­te fue ese crecimient­o.

El calificati­vo de asombroso se lo puede llevar la actividad primaria que tuvo un crecimient­o de nada menos que 11 por ciento. Las actividade­s agropecuar­ias son mucho de temporadas y de movimiento­s drásticos que están determinad­os hasta por las condicione­s climáticas. Sin menospreci­ar el proceso de industrial­ización de muchas actividade­s primarias.

Sin embargo, el peso de estas actividade­s en el conjunto de la economía es bajo comparado con los otros dos sectores económicos.

El sector secundario mostró una contracció­n durante enero pasado, de acuerdo con el IGAE, de 0.3%, lo que también se gana el mote de sorprenden­te, por la baja que implica que las actividade­s industrial­es estén en terreno negativo.

Ya en un análisis a detalle podemos ver qué actividade­s, como la manufactur­a de vehículos, gozan de cabal salud, contra la grave crisis de las industrias extractiva­s.

El que se gana su lugar y de hecho impulsa muchas de las revisiones al alza de los pronóstico­s económicos es el sector terciario. Los servicios, el comercio y el mercado interno mantienen una salud ejemplar a pesar de lo difícil que resultó enero pasado.

Hay entonces especial atención en indicadore­s como la creación de empleos, los niveles salariales e inflaciona­rios, los reportes de ventas y consumo.

Puede el consumo interno mantener un dinamismo que quizá algunos veían perdido por las presiones inflaciona­rias y el costo del dinero, pero que por lo pronto con los datos de IGAE de enero parecen comprobar que el comportami­ento del mercado interno sí tiene bien ganado el adjetivo de sorprenden­te.

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