Margarita para arriba, AMLO para abajo
Los políticos mienten y las encuestadoras falsean información.
Rumbo a la elección presidencial del 2018 pasamos de las mentiras de los políticos a las mentiras de los encuestadores, pomposamente llamada “guerra de encuestas”. Durante el mes de marzo, dos encuestadoras ubican a Margarita Zavala muy cerca o por encima de Andrés Manuel López Obrador.
Hasta el mes de marzo, el pejeliz iba en una carrera en solitario, se vio beneficiado por el gasolinazo, siendo él mismo y sus alianzas (amigos) su principal enemigo, seguido por muchos puntos por el PAN con su recua de mulas listas para saltar a la aventura presidencial.
Las encuestas de marzo suben a Margarita Zavala al primer lugar con todo y su estrella twittera ron Felipe, sin explicar mucho las razones del cambio en las preferencias electorales también trepan al desplomado PRI al ring electoral con el súper candidato Osorio Chong, que a pesar de errática conducción política incrementó sus preferencias electorales.
Aunque existen nueve partidos con sus respectivos candidatos y de los poderosos candidatos independientes, la elección presidencial será entre dos fuerzas políticas, como sucede desde hace mucho tiempo. En caso de que los encuestadores le brinden oxígeno al PRI, la elección se haría de tercios, el marqués de Macuspana ya sabe lo que es pelear y perder con candidatos del PRI y PAN.
Si la elección es entre dos, máximo entre tres, bien podríamos obviar el financiamiento para el resto de los partidos.
El asunto es que los políticos mienten o bien los políticos mienten a través de las encuestadoras; el tema, culto lector, no es quién amanece arriba, sino las inexplicables fluctuaciones del electorado, resultan con olor a trampa o por lo menos confusas. No hay nada extraordinario en Zavala o en Osorio que explique el repunte, del lado del devaluado Peje tampoco.
Encuestas mienten, los políticos mienten... el fin de semana leí en este mismo diario un artículo de Greg Sargente/The Washington Post que explicaba por qué Trump se está hundiendo, concluyendo que la traducción de la agenda de Trump a la política está mostrando que sus elementos principales son impopulares o impracticables porque se basan en mentiras. El espejo de Trump ensucia la cara a los populistas de izquierda y de derecha, los políticos no aprenden la lección. ¿Tampoco los electores? En fin, cada quién vota por quien puede y quiere.