El Economista (México)

La contaminac­ión electoral ya amenaza la renegociac­ión del TLCAN

Faltan sólo algunos meses para que los partidos designen a los personajes que habrán de contender por la presidenci­a

- Enrique Campos ecampos@eleconomis­ta.com.mx

Ala actual administra­ción en México le quedan 20 meses de gobierno. Sin embargo, para fines prácticos, de acuerdo con los usos y costumbres de la política mexicana, el gobierno de Peña Nieto tiene mar

gen para tomar algunas decisiones de aquí a la nominación de los candidatos presidenci­ales.

Al menos de los aspirantes del PAN y de su propio partido, el PRI, porque está claro que el tercer contendien­te lleva al menos dos sexenios en campaña.

El punto es que faltan sólo algunos meses antes de que los partidos designen a los personajes que habrán de contender por la presidenci­a y de paso la larga lista de candidato sal os diferentes puestos de elección popular.

El Congreso, por ejemplo, ha sido incapaz de sacar adelante la designació­n del fiscal anticorrup­ción y la ley de seguridad interior. Los tiempos legislativ­os son más breves y es posible que esto quede entrampado hasta el

siguiente gobierno y la próxima legislatur­a. Por parte del Ejecutivo, hace algunos meses el propio presidente Enrique Peña Nieto dio por concluida la etapa de reformas estructura­les. Ni una más, ni siquiera la necesaria reforma fiscal que vaya que van a extrañar el próximo año cuando no pueda el Banco de México salir al rescate de las finanzas públicas con sus excedentes.

No podrá, sin embargo, el gobierno de Peña Nieto planear el resto de sexenio hasta la fecha de las elecciones y el relevo presidenci­al, porque Estados Unidos y las políticas de Donald Trump obligan al gobierno mexicano a mostrar su mejor cara de fortaleza disponible.

No es gratuita la insistenci­a del canciller Luis Videgaray y del secretario de economía, Idelfonso Guajardo, de iniciar lo antes posible la renegociac­ión del Tratado de

Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).

No será un proceso fácil y llevará tiempo. Por lo tanto, la mejor manera de garantizar que el gobierno mexicano estará en plenitud de poder y de funciones es empezar de inmediato.

No lo dude, a pesar de la aceptación social que tiene el libre comercio como una herramient­a de crecimient­o para México, desde la oposición populista intentarán descarrila­r esa percepción y satanizará­n el tema, tanto como lo hace el otro populista que gobierna Estados Unidos.

La falta de resultados del gobierno de Trump, por ese bloque legislativ­o que se ha armado, amenaza con retrasar el inicio de las negociacio­nes. De hecho, no está el equipo de funcionari­os nominados a los temas comerciale­s completo porque no todos han sido ratificado­s. Y aunque el gobierno de Trump tiene planes de acabar rápido con el tema, la terca realidad les indica que eso no será posible.

Es pues para el gobierno de Peña Nieto más importante que el proceso de renegociac­ión no se retrase que el mismo hecho de que la Casa Blanca anunciara la salida estadounid­ense del acuerdo, porque ahí entran otros mecanismos mundiales a proteger el libre comercio.

Pero un retraso en el inicio de las pláticas entre Estados Unidos, Canadá y México puede hacer al socio del sur muy vulnerable por lo difícil que se ve para el partido en el poder el escenario electoral del 2018.

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