La propuesta para recuperar a Barragán
LA PIEZA LLEVA POR TÍTULO Aprueba consejo de expertos de la UNAM exposición de Jill Magid en el MUAC, que inaugura el 27 de abril pese a protestas
LA NOTICIA de que la artista Jill Magid fue a Guadalajara por 25% de las cenizas del arquitecto Luis Barragán (Guadalajara, 19021988,) con el fin de convertirlo en un diamante de dos quilates para adornar un anillo, escandalizó a la familia, a escritores como Juan Villoro y a muchas personas más.
Pero pocos conocen la razón de la artista para hacer dicho objeto, que se presentará en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) de la UNAM, institución que decidió, pese a las críticas y amenazas, seguir con la exposición que incluye la pieza.
La historia detrás del archivo de Luis Barragán es como una novela de amor y drama, y comienza tras su muerte, según relató Jorge Volpi, coordinador de Difusión Cultural de la UNAM.
“El arquitecto no tuvo hijos y es su amigo y socio (Raúl Ferrera) quien se queda con el archivo del artista pero, por desgracia, en 1993 Ferrera se suicidó y su viuda, Rosario Uranga, es la que se queda con el archivo profesional del arquitecto”.
Es ahí donde comienza una labor para que alguna institución pública o privada mexicana compre el archivo, pero a ninguna le interesa pese a que el deseo del arquitecto era que se quedara en México.
Es entonces que la viuda del mejor amigo de Barragán entregó el archivo al galerista en Nueva York, Max Protec y se pone a la venta.
“En 1994 Federica Zanco, prometida del empresario Rolf Fehlbaum, dueño de la empresa Vitra, decide comprar el archivo de Luis Barragán por 2.5 millones de dólares y regalárselo”, señaló Volpi.
Entonces, atraída por la historia de Luis Barragán, el archivo y dicho acto de amor entre los compradores, la artista Jill Magid decide crear The Proposal (La propuesta).
Se trata de un diamante con parte de las cenizas del mexicano, montado en un anillo y ofrecido a Federica Zanco en una “propuesta” para que ella, de aceptar, decidiera regresar a nuestro país el archivo de uno de los arquitectos mexicanos más notables.
Así, el 23 de septiembre del 2015 removió de la urna del arquitecto 500 gramos sus restos cremados y obtuvo un diamante de 2.02 quilates. Se cuestiona a las autoridades en Guadalajara de permitir “tal atrocidad” y parte de la familia, que tiene a Roberto Morris, hijo de Sari Bermúdez (ex titular de Conaculta) de RP, protesta.
“Sé que el archivo profesional (de Barragán) pudo haberse dispersado o deteriorado de no ser por ti, del mismo modo que ha sucedido con su arquitectura”, le escribió Magid a Zanco el pasado 31 de mayo en una de las múltiples cartas que le ha hecho llegar.
“No pongo en duda el compromiso que has mostrado hacia el archivo. No llego siquiera a vislumbrar la enorme y dedicada labor con que lo has organizado y preservado. Eso es extraordinario y lo agradezco. Pero también te has convertido en su obstáculo. Tú y sólo tú decides quién tiene acceso a la obra de Barragán y quién no”, continúa la carta. No hubo respuesta y el archivo continúa en Suiza.
NO HAY JUICIO O IMPEDIMENTO LEGAL PARA PRESENTARLO
La exposición Jill Magid: Una carta siempre llega a su destino. Los Archivos Barragán se inaugurará el 27 de abril y fue aprobada por el Comité Curatorial y de Programación del MUAC, así como por el Consejo Académico de este museo.
“Solicitamos a la dirección de Asuntos Jurídicos un dictamen sobre la exposición, y si tenía problemas jurídicos que pudieran repercutir en la Universidad, y no existe ningún riesgo. De lo contrario, la Universidad hubiera intervenido para cancelarla”, explicó Volpi. Ante la polémica y protestas, la
Para mí, es una historia de amor gótica con un y una subtrama de derechos de propiedad intelectual. Es un raro triángulo amoroso, formado por una relación entre Barragán, Zanco y Fehlbaum”.
Jill Magid, artista.
UNAM organizará cuatro mesas de diálogo que buscan incluir todas las voces en torno a La propuesta. El MUAC y el Instituto de Investigaciones Jurídicas serán los espacios en los que se llevarán a cabo entre el 27 de abril y el 4 de mayo.
Los encuentros versarán sobre la pertinencia del proyecto, derechos de autor, propiedad intelectual, políticas y mercantilización de archivos, enfoques jurídicos, vacíos legales en torno a la disposición de restos humanos, laicidad, así como perspectivas éticas y filosóficas derivadas de estos temas.
Los curadores de la exposición, Cuauhtémoc Medina y Alejandra Labastida, consideran que con este proyecto el MUAC abre el debate político y ético sobre las condiciones presentes y futuras de la transferencia de la cultura patrimonial de un modelo de estado-nación a uno de entidades corporativas.
Durante el encuentro con la prensa, Jorge Volpi se negó a dar una opinión personal sobre la exposición y la joya de Barragán: “Estamos conscientes de la crítica o el enojo que puede suscitar esta exposición, pero por eso queremos dejar claro que en la UNAM no hay censura. Es un espacio abierto, libre y transparente”.