El plan B del TLCAN (II)
De acuerdo con la Cepal, la modernización del tratado era necesaria, al margen de las motivaciones de Trump para renegociarlo. El sur de México había quedado -según Alicia Bárcena- muy rezagado de los beneficios del tratado, y ahora, en la renegociación, se le puede dar un papel importante, buscando que participe más en los temas logísticos de comercio. la modernización del acuerdo también significa adaptarlo a la economía del siglo XXI y a la economía digital.
Para esto, los socios del TLCAN pueden promover mayor integración en la infraestructura de telecomunicaciones e impulsar el comercio electrónico y los servicios financieros en plataformas digitales. Lo importante para México es que no se parta de supuestos muy discutibles que ha planteado Estados Unidos, como la pérdida de empleos. Es que la pérdida de empleos en Estados Unidos no ha sido necesariamente porque las empresas se han venido a México, sino por la automatización y la robotización. Esto es un riesgo para todos. En México, 52% de los empleos en la industria manufacturera podría ser automatizado.
La ventaja hasta ahora, siguiendo el análisis de la Cepal, es que México ha llevado datos duros a la negociación. El déficit de Estados Unidos con China es más de cinco veces mayor (347,000 millones de dólares) que el que tiene con México. Y este tratado ya no es únicamente para intercambio de bienes y servicios.
Además, desmantelar una integración es muy difícil, especialmente por cuanto hace a las cadenas de valor. Estamos hablando de una zona de producción conjunta en la que los componentes estadounidenses de las exportaciones mexicanas llegan a 40 por ciento. Si esta renegociación no resulta, el mayor perdedor sería Estados Unidos. Por eso considera que es difícil que se salga del acuerdo.
Una eventual salida de Estados Unidos del TLCAN no sería tan desastrosa para la economía mexicana. La Cepal calcula que pudiera haber una pérdida de crecimiento de 0.3% por año para México. Si esta cifra se acumula en el tiempo, sí sería preocupante. Pero el que más perdería sería Estados Unidos. Los aranceles de la OMC (que entrarían a regir el comercio bilateral si Trump se sale del tratado) son más bajos en algunos rubros. Por ejemplo, en los automóviles son de 2.5 por ciento. Lo relevante del análisis de la Cepal es que, con o sin tratado, México tendrá quereplantear aspectos centrales de su economía. En cualquier escenario, México deberá desarrollar una política industrial clara, diversificar sus mercados y tener una agenda fuerte en materia digital y energía.
La industria que ya hay es un activo, sobre todo si México logra transformarla y se mete de lleno a la electrónica, a la robótica… con una fuerte capacitación laboral. No podemos seguir aumentando la productividad a partir de bajos salarios. Hay que hacerlo a partir del conocimiento. Con tratado o sin tratado.
Ojalá nuestro gobierno y nuestros empresarios aprendan la dura lección y comiencen a poner los cimientos para una economía mexicana del siglo XXI. Quien gane las próximas elecciones tendrá mucho que decir.
Y*Máster y Doctor en Derecho de la competencia, profesor investigador de la UAEM y socio del área de competencia, protección de datos y consumidores del despacho Jalife& Caballero.