Candidatos vemos, corrupciones no sabemos
En anticorrupción, muchas acusaciones, pocos resultados.
Uno de los temas torales de las campañas políticas es la corrupción, enquistado en la vida de los mexicanos; uno y otro candidato es acusado de corrupción. Sin lugar a duda, el más dañado por las sombras de la corrupción es el frentista Ricardo Anaya, quien a pesar de las múltiples explicaciones y su equipo legal no logra esclarecer convincentemente el origen de sus ingresos.
El candidato Meade es señalado por su participación en la estafa maestra, recientemente recibió coucheo en su preparación para el debate del secretario de Hacienda, su amigo José Antonio González Anaya, que, si bien no pareciera que haya impediente legal, al menos existen dudas sobre la asesoría, sobre todo si éste proporcionó información confidencial al candidato Meade. Qué necesidad hay de empezar con dudas el segundo debate.
Del lado de AMLO se ciernen los recuerdos de René Bejarano, Carlos Imaz y del apostador Gustavo Ponce, quienes se involucraron en actos de corrupción bajo su mandato como jefe de Gobierno.
Desde luego que los candidatos tienen propuestas para combatir la corrupción, Jaime Rodríguez Calderón propone cortar las manos a los políticos corruptos; Andrés Manuel López Obrador, predicar con el ejemplo; Ricardo Anaya, elegir a personas independientes como responsables de combatir la corrupción, y Meade, eliminar el fuero y nuevas reglas.
Mientras tanto, la política pública del gobierno mexicano para combatir la corrupción se encuentra herida de muerte, pues no ha sido capaz de conformar el Sistema Nacional Anticorrupción; no han nombrado al fiscal Anticorrupción y tan sólo se encuentran conformados 18 de los 32 sistemas locales anticorrupción.
El gobierno de Enrique Peña, que se mueve bajo las sombras de la corrupción, ha tenido tres secretarios de la Función Pública, en la Auditoría Superior de la Federación también hubo un accidentado cambio de titular, la falta de continuidad en los funcionarios y de voluntad se refleja en los escasos resultados en la lucha contra la corrupción.
Se ha creado una red de coordinación en la Federación y los estados para atender la lucha anticorruptiva, se ha llenado de nueva y costosa burocracia; sin embargo, nuestro país retrocede en todos los indicadores internacionales, un tema que acapara los espacios noticiosos recibe poca atención de las autoridades mexicanas. Querido lector, en la política anticorrupción hay muchas acusaciones y pocos resultados.