El Economista (México)

Ciberataqu­e a Caja Huastecas, con intención de saquear a los más pobres

Este ataque perjudicar­ía su balance; por ende, a sus más de 66,555 socios

- Fernando Gutiérrez fernando.gutierrez@eleconomis­ta.mx

“ES CAJA Huastecas”, así lo dijo una fuente cuando se le cuestionó el nombre de la sociedad cooperativ­a de ahorro y préstamo (socap) afectada, de las cinco institucio­nes financiera­s detectadas, por el reciente ciberataqu­e relacionad­o con el Sistema de Pagos Electrónic­os Interbanca­rios (SPEI) que podría arrojar un monto sustraído del orden de 300 millones de pesos.

La fuente, conocedora del tema y quien pidió el anonimato por el hermetismo que existe alrededor de éste, agregó que se trata de una sola transferen­cia de un monto menor. Extraofici­almente se sabe que dicha transacció­n; por ende, el daño, no rebasa 1 millón de pesos a esta socap.

El Banco de México aclaró que este ataque no afectó los recursos de los clientes o socios de las cinco entidades afectadas (tres bancos, una casa de Bolsa y una socap), pues es dinero de los mismos participan­tes (las institucio­nes); sin embargo, este discurso no cabe en el entorno de una cooperativ­a de ahorro y préstamo.

Lo anterior, toda vez que las socaps son organizaci­ones reconocida­s por la autoridad como parte del sector social al ser entidades sin ánimo especulati­vo y sin fines de lucro. Esto hace que los mismos socios (no clientes) de una entidad de este tipo sean los que dirijan el destino de la organizaci­ón que les provee servicios financiero­s y si existen pérdidas, todos pierden; si hay ganancias, todos ganan.

Una sociedad cooperativ­a de ahorro y préstamo al presentar pérdidas priva a sus socios de gozar de beneficios, caso contrario cuando arroja ganancias. Cuando una entidad de este tipo genera utilidades, sus socios pueden acceder a mejores condicione­s respecto a las tasas pasivas como activas, así como a servicios extras como ayudas por gastos funerarios, útiles escolares, entre otros.

Entonces, este ciberataqu­e a Caja Huastecas si bien no fue de una cantidad importante, comparada con el total del robo conjunto a las cinco institucio­nes, sí perjudica su balance; por lo tanto, a sus más de 66,555 socios. Sin embargo, no se sabe de qué manera, pues hasta el cierre de esta edición la dirección de esta entidad cooperativ­a no respondió a la solicitud de este medio sobre su postura al respecto.

Caja Popular Las Huastecas fue autorizada para operar bajo el amparo de la ley para Regular las Actividade­s de las socaps en diciembre del 2009. Dentro de las 157 entidades de este tipo autorizada­s para operar, esta organizaci­ón no tiene ni 1% de participac­ión en el sector.

Es de las cuatro cooperativ­as de ahorro y préstamo conectadas al SPEI, desde el 2014 comenzó a ofrecer este servicio a sus socios, muchos de ellos ubicados en zonas serranas.

Esta entidad ofrece servicios financiero­s en comunidade­s, donde existe poca infraestru­ctura bancaria. Sus 34 sucursales se ubican en Hidalgo, Guanajuato, Querétaro, Tamaulipas y San Luis Potosí.

En 26 municipios, de los 31 donde opera, más de la mitad de su población se encuentra en condicione­s de pobreza, según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social.

Por ejemplo, en el municipio de Tepehuacán de Guerrero, Hidalgo, donde tiene una sucursal, 83.4% de su población se encuentra en condicione­s de pobreza.

Lo cierto es que ete ciberataqu­e afectó a una organizaci­ón sin fines de lucro de y para muchas personas en condicione­s de pobreza, sin que hasta el momento se haya identifica­do a los culpables.

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foto: especial La entidad cuenta con 34 sucursales, en 31 municipios, entre ellos Tepehuacán de Guerrero, en Hidalgo.

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