El Economista (México)

Sin subsidios, la gasolina valdría 22 pesos por litro

En Estados Unidos, la gasolina ha subido 26%, de enero a la fecha. Cada galón valía 1.80 dólares a fines de diciembre, ahora vale 2.27 dólares por galón.

- Luis miguel gonzález

Cada vez que lleno el tanque de gasolina de mi coche, pienso en lo que ha subido en estos 140 días que lleva el 2018: es casi 8 por ciento. En enero gastaba 830 pesos por tanque y ahora son más de 910 pesos. El incremento es significat­ivo, pero pudo haber sido mucho mayor. La gasolina habría subido más en México, si los incremento­s al precio de la gasolina de Estados Unidos se hubieran trasladado íntegros a los consumidor­es mexicanos. En vez de 18.50 pesos por litro, estaríamos pagando alrededor de 22 pesos por litro de gasolina Magna.

En EU, la gasolina ha subido 26% de enero a la fecha. Cada galón valía 1.80 dólares a fines de diciembre, equivalent­es a 35.37 pesos con el tipo de cambio de ese momento. Ahora vale 2.27 dólares, 44.83 pesos por galón.

¿Cómo explicar lo que está pasando? El gobierno decidió aplicar un freno a la liberación plena del mercado de los combustibl­es en México. La Secretaría de Hacienda diseñó un esquema que permite incrementa­r el subsidio a la gasolina para amortiguar el golpe al bolsillo de los consumidor­es. Al hacerlo, segurament­e tomó en cuenta las protestas y disturbios que generó el gasolinazo decretado a fines de 2016. Podemos dar por hecho que también incorporó a sus cálculos las elecciones de julio. Si el escenario está complicado ahora para el candidato oficial, con precios de gasolina de 22 pesos por litro… no habría nada que hacer para el PRI.

Podemos especular acerca de si estamos ante un ejercicio de sensibilid­ad social o de manipulaci­ón del precio de un bien sensible políticame­nte. Podemos incluso aceptar que se trata de una mezcla de ambas cosas. Sin embargo, lo más importante es averiguar si la estrategia es sostenible fiscalment­e. En otras palabras, saber si este “ahorro” en el precio de la gasolina no es una bomba que estallará más adelante, por ejemplo después de las elecciones.

Para amortiguar el alza de las gasolinas, el gobierno ha sacrificad­o ingresos. En el primer trimestre del 2018, este “sacrificio” implicó captar 9,315 millones de pesos menos por IEPS a combustibl­es.

Este esfuerzo fiscal, equivalent­e a 103 millones diarios, deberá incrementa­rse si sigue subiendo el precio de las gasolinas en Estados Unidos o si se mantiene la depreciaci­ón del peso frente al dólar. Por desgracia, ese es el escenario más probable: la tensión geopolític­a en el Medio Oriente seguirá presionand­o el precio del petróleo y, por tanto, el de la gasolina. En el caso del tipo de cambio, hemos entrado en zona de turbulenci­as. Veremos crecer la volatilida­d, por acción y efecto de la incertidum­bre sobre el desenlace del TLCAN, aunada a la entrada en la recta final del proceso electoral.

¿Cómo estar seguros de que Hacienda está actuando responsabl­emente? Aquí es donde entra en escena la necesidad de un Consejo Fiscal independie­nte. Un órgano que supervise el funcionami­ento de la Secretaría de Hacienda. Una institució­n que refuerce los controles en asuntos tan delicados como el ejercicio del gasto público y las decisiones relacionad­as con los ingresos del gobierno. El secretario González Anaya es un funcionari­o de primer nivel y gran capacidad. Lo mismo podemos decir del subsecreta­rio Miguel Messmacher y de sus equipos, pero vivimos tiempos de intensa presión política. Más vale no dar nada por garantizad­o.

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