El emprendimiento social genera cambios disruptivos.
El detonante para crear un proyecto de este tipo son los problemas que se viven día a día
EL EMPRENDIMIENTO social es una revolución silenciosa que busca transformar tanto el ámbito social como del medio ambiente. No se trata de altruismo, sino de aplicar innovación para cambiar el mundo, porque “un cambio disruptivo genera una transformación social brutal”, dice Jordi Navas, periodista y escritor de Be Social, libro que reúne la historia de emprendedores en temas de desempleo, discapacidad, cambio climático y seguridad vial.
En entrevista con El Economista menciona que el detonante del emprendimiento social son los problemas que se viven día a día y el que las personas, sobre todo los jóvenes ya no buscan ser un empleado más, sino utilizar la tecnología para crear un mundo más justo, sustentable e inclusivo. Toman el emprendimiento social como un estilo de vida.
“Más que buscar el éxito que consigna bienes, cada vez la gente apuesta por una vida con sentido”, pronuncia Navas.
JÓVENES EMPRENDEDORES
En Be Social el escritor recopila la historia de emprendimiento social de 30 jóvenes a nivel mundial que crean desarrollos y servicios a bajo costo para atacar una problemática de sus comunidades.
De ellos, 10 fueron reconocidos con el Premio Jóvenes Emprendedores Sociales 2017 que otorga la Universidad Europea de Madrid y 20 forman parte del programa Laureate Global Fellows, una iniciativa de Laureate International Universities y la International Youth Foundation que conforman una red de emprendedores sociales.
Uno de ellos es el emprendedor Dysmus Kisilu, quien dice que una sola persona haciendo algo positivo supone ya un cambio y que es como empezar un fuego sabiendo que se va a extender.
El joven originario de Kenia creó Solar Freeze, un contenedor para conservar la fruta y que ayuda a contrarrestar 45% de pérdidas por desperdicio de comida que se produce por la falta de refrigeración.
Además empodera a las mujeres de la comunidad porque se les enseña y da trabajo de mantenimiento de los páneles solares que fungen como energía para el contenedor. “Las mujeres comienzan a te- ner salario, los agricultores tienen márgenes de ganancia y se mantiene higiene en las comunidades porque no hay desperdicios”.
LA TECNOLOGÍA COMO MOTOR
La tecnología juega un papel fundamental en este tipo de emprendimiento, pues es el motor de muchos de los proyectos, tal es el caso de Shur, plataforma creada por el emprendedor japonés Junto Ohki, con la que por medio del Video Reader Service, las personas con sordera pueden comunicarse con los demás.
Es una plataforma tipo Skype que se vende a las empresas y al ayuntamiento, a fin de que las personas con sordera que acudan al médico puedan comunicarse por medio de lengua de señas.
Cuando Navas le preguntó a Ohki cómo se decidió a crear este producto, el emprendedor le dijo: “Yo lo único que he hecho es darme cuenta del cambio tecnológico que supuso la aparición de la tecnología de la información que permitirán la comunicación online”.
Pablo Santaeufemia es otro ejemplo de emprendedor social que utiliza la tecnología como pilar. Bride for Billions que se desarrolla en España, es una plataforma gratuita que ofrece cursos de emprendimiento, modelo de negocio, plan de validación y mentorías, a fin de democratizar el emprendimiento.
A la fecha ha impulsado a más de 200 empresas y la fórmula consiste en “aplicar simplemente lo que es real”, es decir, no promover emprendimientos mundanos y frívolos para la élite y las personas que con dinero puedan adquirir. “Hagamos pequeñas cosas, que por 1 euro puedas influir en la mejora de vida a una escala global. Emprendimientos que generan beneficios a bajo costo para mucha gente”.
“Hagámoslo para la gente y aplicable a las comunidades de cualquier lugar. Que sean ellos los que, aplicando esa metodología y visión, puedan ser los promotores de ese cambio a escala local”.
NECESARIO, UN MODELO DE NEGOCIOS
El emprendimiento social no es altruismo, como cualquier emprendimiento requiere un modelo de negocios. Se cree que si se quiere ganar dinero no se es social, pero se tiene que ser rentable para llegar a más gente.
El foco tiene que estar puesto en cómo generar ganancias y hay muchas formas, una de ellas es por medio de prestar servicios de bajo valor y extenderlo a una gran cantidad de masa social, microfinanciamiento o crear alianzas con empresas para hacer responsabilidad social corporativa.
Pero también se tienen que vencer las barreras. Por ejemplo, en España, dice Jordi, los emprendedores sociales se quejan de que las estructuras fiscales no les ayudan y que una fundación inmediatamente recibe deducciones fiscales por su actividad, en cambio una emprendedor social tiene que demostrar que su actividad es de interés público para poder recibir los beneficios.
La tecnología es el motor de muchos de los proyectos de Be social, libro que habla del emprendimiento social.