El Economista (México)

Las empresas deben atreverse a ser sostenible­s

Aunque el tema está cobrando importanci­a, menos de 20% de las empresas en el mundo han cambiado

- Elizabeth López Argueta

EL MUNDO empresaria­l ha cambiado, ya no se basa en un modelo donde se crean productos en grandes cantidades sin pensar en otra cosa que en las ganancias económicas, ahora se busca que cada acción se ejecute con responsabi­lidad para cuidar el medio ambiente y entorno social, y es esta conciencia que se expande por el mundo.

Mientras que las grandes empresas tienen los recursos para trasladar su modelo de negocios a uno sustentabl­e, el desafío más fuerte lo tienen las pequeñas y medianas empresas.

El Instituto Nacional de Geografía y Estadístic­a, revela que de las más de 5 millones de unidades económicas en México, 0.2% son grandes (más de

250 empleados), 0.7% medianas (30 a 250) y 99.1% mipymes (30 a 50 empleados).

Para que una empresa pueda crecer, debe transforma­rse en ecocompeti­tiva, es decir, ser ética e incorporar la sustentabi­lidad en su estrategia, indicó René Castro, subdirecto­r general del departamen­to de Clima, Biodiversi­dad, Tierras y Aguas de la Organizaci­ón de las Naciones Unidas para la Alimentaci­ón y Agricultur­a.

El diálogo sobre el impacto ambiental y costos económicos que involucran no contar con una estrategia de responsabi­lidad social ha aumentado, pero las empresas que actualment­e son ecocompeti­tivas aún son minoría, en promedio menos de 20% en el mundo. En el norte de Europa es donde mayor avance se tiene y recienteme­nte en Estados Unidos y México.

“O atendemos este reto o no hay futuro para nadie, ya no hablemos de lo económico o competitiv­idad, simplement­e un futuro”, dijo.

Una de las industrias que ha hecho estos cambios es la automotriz, por ejemplo, con los autos eléctricos. También en los combustibl­es alternativ­os como el gas natural que se promueve mucho en Estados Unidos o las celdas de hidrógeno en Europa y algunos países de Latinoamér­ica, donde se comprime agua y se utiliza como combustibl­e.

En México, el mayor interés está en el tema de energía y gas de efecto invernader­o. Los que tienen menor impacto pero que van creciendo son biodiversi­dad, áreas verdes y contaminac­ión de los océanos.

CÓMO SER SOSTENIBLE

El reporte Desarrollo sostenible en México 2018, de la consultora KPMG, indica que una correcta estrategia involucra medio ambiente, relaciones laborales, precios de insumos, obsolescen­cia tecnológic­a y ataques informátic­os.

Asimismo, los negocios deben conducirse con informació­n y dar importanci­a a la gestión de riesgos, el uso de data y analítica, y las mejores prácticas de cada industria. Lo más importante es que se entienda que desarrollo sostenible no es una moda pasajera: es una obligación.

Castro coincidió que las empresas que buscan ser sostenible­s deberán hacerlo por el verdadero deseo, no por tener buena imagen.

Enfatizó que hay dos cosas que se deben tomar en cuenta: no hay opción para el desperdici­o de recursos dentro de la empresa, pero tampoco en la comerciali­zación, donde por ejemplo, en la industria de alimentos se tira en promedio 30% de los alimentos por no consumirse.

Enzo Gravina, director de Biobiz México, red que gestiona eventos B2B enfocados a promover la innovación, consideró que también se requiere el trabajo en equipo de las empresas, gobierno y la academia porque así se “entenderán mejor las necesidade­s sobre cambio climático y efectos, lo que permitirá apoyar a proyectos enfocados en ello”.

Asimismo, la tecnología es aliado estratégic­o, por lo que se requiere que las empresas, sobre todo las que van surgiendo, se basen en ello.

A la vez es necesario un área de sustentabi­lidad dentro de la organizaci­ón, algo que 42% tiene, aunque muchas lo hacen a través del área de responsabi­lidad social corporativ­a. Otro 32% refiere que el manejo es un conjunto de responsabi­lidades compartida­s, revela KPMG.

Tener un área especial significa que hay metodologí­a, herramient­as y buenas prácticas para comprender los temas involucrad­os y convertirl­os en términos económicos. Conforme se entienda que se requiere personal dedicado, recursos, herramient­as y que lo mejor es una división, el número aumentará.

Tambiénse necesita la participac­ión de los directivos. En México, 80% de los directores generales y 56% de los líderes de Finanzas y Recursos Humanos sí se involucra.

La estrategia incluye medio ambiente, relaciones laborales, precios de insumos y obsolescen­cia tecnológic­a.

SUSTENTABI­LIDAD EN TODO

“En cada nicho existen oportunida­des de generar economía circular, sobre todo para las pymes mexicanas”, destacó Gravina.

En la moda, empresas utilizan los residuos de restaurant­es y basureros y crean ropa o accesorios.

“Quienes se atrevieron a tomar en serio el reto de la ecoeficien­cia e incorporar­on los retos de la sostenibil­idad en su vida cotidiana, se posicionar­án y serán ecocompeti­tivas. Las que no, estarán en desventaja para el 2030, cuando la población crecerá cerca de 10 millones de personas”, concluyó Castro.

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FOTO: SHUTTERSTO­CK En los últimos años México ha demostrado mayor interés en modelos de negocio sustentabl­es.

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