El Economista (México)

La inflación, tema olvidado… por ahora

- Enrique Campos

Por supuesto que los que no pueden ni dormir por el comportami­ento de los precios son los integrante­s de la Junta de Gobierno del Banco de México. Y no es para menos, los registros quincenale­s del Índice Nacional de Precios al Consumidor que mide el Inegi no bajan a los niveles donde el banco central los considera prudentes.

Y a la par que la inflación está por arriba de la meta oficial, aquella de 3% más-menos 1 punto porcentual, se mantienen las tasas de interés en niveles superiores a 8 por ciento.

Pero en general, no hay una abierta preocupaci­ón por el tema inflaciona­rio. Más allá de las cantaletas políticas que hablan de la terrible crisis de precios que causó el gobierno anterior con el gasolinazo.

Ciertament­e esa liberación de precios es en buena medida lo que explica que el índice general se mantenga fuera de cauce, pero tampoco hay una crisis inflaciona­ria como tanto repiten desde la otrora oposición.

El dato dado a conocer por el Inegi al término del pasado mes de diciembre no es nada alentador para los tomadores de decisiones de política monetaria.

Una inflación mensual de 0.70% resulta muy alta, la más alta en siete años para un mes de diciembre, y presiona el registro anual. Con este dato, la inflación de todo el 2018 fue de 4.83 por ciento.

Esto obliga al banco central a mantener el dedo en el gatillo para enfrentar un enero que se ve venir con una cuesta enorme. No sólo por los incremento­s a precios y tarifas con los que se está estrenando esta administra­ción, sino por los incremento­s salariales decretados para este año.

Y falta sumarle el impacto en precios que pudiera tener esta pifia del gobierno federal de implementa­r tan mal el plan de combate al robo de combustibl­es.

Ya veremos si esa actitud de no pasa nadaque mantiene el gobierno de López Obrador no acaba por aportarle algunas décimas más a la inflación.

Por lo que hace al dato histórico de la inflación, aquí se le pueden dar muchas lecturas al cierre del gobierno de Enrique Peña Nieto.

El incremento acumulado de los precios, medidos a través de ese índice general, el INPC, fue de 27.9 por ciento. Un nivel que si se mide en sexenios es el más bajo de las últimas ocho administra­ciones.

Desde Díaz Ordaz que no cerraba un gobierno con un acumulado inflaciona­rio tan bajo.

Pero en medio, caben todos los matices. Por ejemplo, en los tiempos de Felipe Calderón la inflación sexenal fue más alta, pero no dejó de decrecer, a diferencia de los tiempos de Peña Nieto cuando el gasolinazo sacó de cauce los precios durante sus dos últimos años.

La baja más significat­iva entre el inicio yel final del sexenio en materia inflaciona­ria la tuvo Ernesto Zedillo,

quien tuvo un índice inflaciona­rio durante el primer año de 52% y durante el último de 9 por ciento.

Y los que no se han aburrido de denostar a una administra­ción que ya no existe gritan que Peña Nieto dejó la peor inflación anualizada para un mes de diciembre de los últimos 15 años. Todo cabe en las estadístic­as.

En fin, entre la lista de los temas que más preocupan socialment­e no está la inflación. Este es un valor que se tiene que preservar. No sólo por parte del Banco de México, que tiene esa enorme responsabi­lidad, sino también por parte del gobierno federal que debe evitar decisiones irreflexiv­as que alteren la estabilida­d, entre ellas la de precios.

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