Efecto dominó, en contra del régimen
Bogotá. DE ASUNCIÓN a Lima y de Washington a Buenos Aires. Las reacciones frente al nuevo juramento del cargo como presidente de Nicolás Maduro no se hicieron esperar.
El primer golpe lo recibió Maduro por parte de Paraguay cuyo presidente anunció la ruptura de relaciones diplomáticas. “El gobierno de la República de Paraguay adopta hoy (jueves) la decisión de romper las relaciones diplomáticas con la República Bolivariana de Venezuela”, dijo el presidente Mario Abdo en un mensaje televisado, donde también pidió a otros países que “se expresen con hechos concretos en favor del pueblo venezolano”.
Por su parte, el ministro de Relaciones de Exteriores de Chile, Roberto Ampuero, aseguró: “Todos conocemos el estilo del dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, y sabemos que su forma predilecta de referirse a quienes piensan distinto es a través de la descalificación personal, no es ninguna sorpresa. Ustedes saben, al asno se le reconoce por su rebuzno”, dijo Ampuero.
Perú llamó a consulta a su encargada de negocios, quien era la última diplomática que estaba en Caracas y calificó de “ilegítimo” su nuevo período presidencial.
Desde Canadá, la canciller Chrystia Freeland, dijo en un comunicado que su país seguirá tomando acciones fuertes contra Venezuela, después de haber establecido sanciones dirigidas contra 70 funcionarios.
Para el presidente de Argentina, Mauricio Macri, la investidura de Maduro “carece de la autoridad de las urnas y también de credibilidad internacional”. El mandatario dijo que “su poder no es auténtico, aunque trata de escabullirse en la victimización. Maduro se presenta como el presidente perseguido. Pero él no es la víctima, Maduro es el victimario”, remató. Argentina confirmó lo estipulado por el Grupo de Lima, en el sentido de que no permitirá la entrada de políticos venezolanos a su país y cancela el diálogo político y cualquier tipo de negociación comercial.
El rechazo fue brutal.