Presión social sobre senadores republicanos crece día a día
Una encuesta revela que 53% de los ciudadanos considera a Trump responsable de la situación
Washington. VEINTICUATRO DÍAS después del inicio del cierre parcial más largo del gobierno en la historia de los Estados Unidos, y con la Casa Blanca y los demócratas de la Cámara de Representantes en las antípodas de la negociación, la presión está aumentando entre senadores republicanos para elaborar un plan de salida que haga que los empleados federales vuelvan a trabajar.
El senador republicano Lindsey O. Graham comentó el día de ayer que el presidente Trump debería de abrir el gobierno y no concluir la negociación con los congresistas demócratas sobre el financiamiento para la construcción del muro, y en caso de que en tres semanas no exista un acuerdo entre ambas partes, entonces sí podría declarar la situación como emergencia nacional.
En una entrevista para Fox News Sunday, Graham sostuvo que Trump no va a renunciar a su petición de más de 5,000 millones de dólares para la construcción de un muro a lo largo de la frontera de Estados Unidos y México.
IMPACTO ELECTORAL
Veintidós republicanos del Senado, incluido Mcconnell, son candidatos a la reelección en el 2020, en comparación con 12 demócratas.
Hasta el momento, tres senadores republicanos, Cory Gardner, Susan Collins y Lisa Murkowski, han pedido el fin inmediato del cierre, incluso, también le piden a Trump dejar a un lado la negociación del presupuesto para el muro.
Si otros senadores comienzan a sentir la presión de los electores, podrían doblar la mano de Mitch Mcconnell (republicano, líder del Senado), comentó el estratega republicano Doug Heye.
Si bien es cierto que la mayor parte de los escaños del Senado que se disputarán en el 2020 corresponden a estados sólidamente republicanos, los actuales senadores teman que la presión podría venir de la derecha radical.
Sólo un puñado de republicanos están en carreras potencialmente competitivas, incluyendo a Collins, Gardner, Joni Ernst, Thom Tillis, Martha Mcsally y David Perdue.
Los demócratas lo saben. “Es hora de que esos centristas hablen en su propio comité republicano del Senado y le digan a Mitch Mcconnell: “Se acabó el partido. Queremos que esto termine, no hay excusa para el cierre”, dijo el demócrata Richard Durbin en Meet the Press.
Agregó que “una vez que el presidente se dé cuenta de que perdió el apoyo de los republicanos del Senado, podremos remangarnos la camisa y abrir el gobierno”.