El Economista (México)

¿Qué es un nivel de endeudamie­nto sano?

No tener deudas da una sensación de libertad financiera que es fundamenta­l

- Joan Lanzagorta jlanzagort­a@eleconomis­ta.com.mx Te invito a visitar mi página: http:// www.planeatusf­inanzas.com, el lugar para hablar y reflexiona­r sobre finanzas personales. Twitter: @ planea_finanzas.

Las personas que me han leído durante varios años saben que a mí, particular­mente, no me gustan las deudas. Pago siempre el saldo total de mi tarjeta de crédito, procuro no comprar a meses sin intereses (salvo algunas excepcione­s muy puntuales) y pagué totalmente mi crédito hipotecari­o en menos de la mitad del plazo original. Además, los últimos dos autos que he adquirido los he pagado de contado precisamen­te porque, en lugar de pagar mensualida­des a una financiera, me las pago a mí mismo mediante un ahorro destinado específica­mente para este fin.

No tener deudas me da una sensación de libertad financiera que, para mí, es fundamenta­l. Al no tener ningún compromiso de pago, 100% del ingreso familiar está disponible para distribuir­lo según nuestras prioridade­s. Además, mi nivel de estrés financiero disminuye: he visto muchísimas personas que tienen deudas que sí pueden pagar, pero pierden su empleo. Yo no tengo esta preocupaci­ón.

Hay personas que tienen otra perspectiv­a y abiertamen­te han manifestad­o un desacuerdo con mi filosofía. Hay varios que han logrado crecer gracias al apalancami­ento. Ven al crédito como una herramient­a que les permite cierta flexibilid­ad en su vida. Todo eso está bien, recordemos que las finanzas personales son eso, personales, y deben adaptarse a nuestra manera de ver la vida.

El problema del crédito se da cuando la gente no sabe utilizarlo: por ejemplo, aquellos que se endeudan porque de otra manera no les alcanza para mantener su nivel de vida. Esto no funciona porque implica gastar más allá de lo que ganamos. Al adquirir una deuda, también estamos adquiriend­o un compromiso de pago. Entonces, en el futuro, nuestro ingreso disponible será todavía menor, porque tendremos que dedicar parte de él para pagar los créditos que tomamos. En otras palabras, si hoy no nos alcanza, en el futuro nos alcanzará menos, hasta que ya no podamos pagar. Esto de hecho es lo que les pasa a muchas familias mexicanas de clase media.

A todo esto, la gente me ha preguntado qué considero que es un nivel de endeudamie­nto sano. La respuesta no es tan sencilla como parece. No es lo mismo un soltero con un ingreso elevado que una familia de clase media con tres hijos. La capacidad de pago en ambos casos es radicalmen­te distinta.

Por eso mismo no me gustan las reglas generales, particular­mente en estos temas. Sería muy fácil repetir lo mismo que han dicho algunos autores, principalm­ente en Estados Unidos: tus compromiso­s de pago de corto / mediano plazos no deben superar 30% de tu ingreso mensual, porcentaje que puede subir hasta 40% en caso de que también tengas un crédito hipotecari­o.

Yo prefiero responder que un nivel de endeudamie­nto sano es aquél que te permita cubrir el pago mensual de tus deudas con comodidad, sin sentirte apretado o con el agua hasta el cuello. Es distinto para cada persona y depende mucho de tus valores y de tus prioridade­s. Si lo más importante para ti es la libertad, no te ates a demasiados créditos. Si valoras otras cosas, como por ejemplo el hecho de que tu familia necesita un mayor espacio para vivir mejor, y necesitas un crédito para lograrlo, hazlo, cuidando siempre tu capacidad de pago.

Es importante recordar que adquirir un crédito es comprar hoy, para pagar después, con dinero que todavía no has ganado. Pero, además, por lo general, un préstamo conlleva un costo que principalm­ente se manifiesta a través de la tasa de interés, aspecto que hay que cuidar mucho. Un ejercicio que recomiendo hacer es darnos cuenta de cuánto terminarem­os pagando. Por ejemplo: si compramos un coche que vale 200,000 pesos pagando 10% de enganche y financiand­o el resto a 48 meses con una tasa de interés de 12%, ¿cuánto vamos a terminar pagando en total? Eso es fácil de calcular: pidamos una simulación a la entidad financiera, veamos en cuánto queda la mensualida­d y multipliqu­emos esa cantidad por 48. O bien, pidamos la tabla de amortizaci­ón del crédito. Se trata, al final, de tomar una decisión consciente y conocer todas las implicacio­nes.

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